Un alto consumo de fibra reduciría las enfermedades no transmisibles

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Los beneficios de incluir fibra en nuestras comidas diarias han sido documentados por más de un siglo gracias a químicos, médicos y fisiólogos.

Dado que los alimentos ricos en fibra requieren masticar y retener parte de su estructura en los intestinos, el organismo tiene mayor sensación de saciedad; esto ayuda al control de peso e influye de forma positiva en los niveles de lípidos y glucosas.

Otro de los beneficios es que la descomposición de las fibras en el intestino grueso por bacterias residentes tiene efectos adicionales como la protección contra el cáncer colorrectal.

Un estudio observacional reciente, realizado por investigadores de la University of Otago, en Nueva Zelanda, indica que las personas con una dieta alta en fibra tienen menos enfermedades no transmisibles (como eventos cardiovasculares o la diabetes).

La información analizada proviene de ensayos clínicos hechos durante al menos 40 años. Se incluyeron 185 estudios relacionados a 135 millones de sujetos; así como 58 pruebas clínicas que involucraron a 4 mil 635 adultos.

Los especialistas se enfocaron en las muertes prematuras por problemas coronarios, enfermedades cardiovasculares e infartos. De igual forma, incluyeron a pacientes con diabetes tipo 2, cáncer colorrectal; además de individuos con otros cánceres asociados a la obesidad: cáncer de seno, de endometrio, de esófago, y de próstata.

Los datos revelaron que al incrementar 8 gramos la ingesta de fibra al día, las muertes e incidencias cardiacas se redujeron del 27%.

Según los resultados, hay un decremento del 15% al 30% en la mortalidad relacionada con enfermedades cardiovasculares en quienes más fibra consumían.

De igual modo, observaron que una dieta rica en fibra reduce la incidencia de desórdenes coronarios; infartos; diabetes tipo 2, y cáncer colorrectal, entre un 16% y 24%.

En general, los beneficios de comer entre 25 y 29 gramos de fibra son mucho más notorios. Adicionalmente, los científicos encontraron que aumentar el consumo de fibra se asocia un bajo peso y menor nivel de colesterol.

Se estima que el consumo de fibra promedio es menor a 20 gramos diarios. La UK Scientific Advisory Committee on Nutrition, en 2015, recomendó incrementar el consumo de este producto hasta en un 30%; no obstante, sólo 9% de los adultos mantienen esa cantidad dentro de su dieta.

Los alimentos que aportan fibra son: granos integrales, legumbres, hortalizas y frutas.

Otro de los hallazgos fue que las dietas con bajo índice glucémico y baja carga glucémica también protegieron a los individuos contra la diabetes tipo 2 y accidentes cardiovasculares. Aunque en este aspecto, los enlaces con la salud son menos claros; ya que este tipo de productos pueden contener azúcares añadidos, grasas saturadas y sodio.

Cabe mencionar que, a pesar de no haber hallado ningún riesgo asociado al consumo de fibra, los autores de la investigación señalan que una ingesta elevada de este alimento puede tener efectos negativos en personas con bajos niveles de hierro o minerales.

El estudio fue parte de una comisión por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El objetivo: informar sobre el desarrollo de nuevas recomendaciones para la cantidad óptima de fibra; conocer qué tipos de carbohidratos deben consumirse para evitar el sobrepeso y enfermedades no transmisibles.

Con anterioridad, se habían realizado pruebas similares; sin embargo, en ellos sólo se examinaban indicadores de la calidad de los carbohidratos y un número limitado de enfermedades. Por ese motivo, era difícil establecer qué alimentos incluir para evitar un amplio rango de padecimientos.

Con las conclusiones de los neozelandeses, se proporciona evidencia para crear guías nutricionales para una dieta rica en fibras; todo con la finalidad de mejorar la salud y reducir el riesgo de mortalidad por enfermedades.

El análisis fue publicado en la revista The Lancet.