Descubren relación entre la pérdida auditiva y el deterioro cognitivo

- Por

La demencia ha sido declarada una condición de prioridad en salud pública por parte de la OMS, por lo que su investigación ha sido incentivada, para aprender sobre causas y factores de riesgo modificables que inciden en su presentación, que ayuden a encontrar terapias efectivas.

Actualmente, alrededor de 50 millones de personas conviven con cuadros de demencia en todo el mundo, y se calcula que esta cifra aumentará a 75 millones para el 2030.

Existen varias posibles causas de demencia que se están investigando, desde etiologías infecciosas, como las bacterias implicadas en infecciones en las encías, así como factores de riesgo asociados, incluyendo la hipertensión arterial (HTA).

Además, varios estudios han encontrado una estrecha relación entre la pérdida auditiva no tratada y el riesgo de desarrollar demencia, pues, tanto la pérdida de audición como el deterioro cognitivo son condiciones multifactoriales y progresivas, lo que pueden ser indicativos de un daño auditivo y neurodegenerativo acumulativo a lo largo de la vida.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, los problemas de audición representan la primera discapacidad en el mundo. Su prevalencia se incrementa con la edad y es mayor entre los hombres que entre las mujeres: se calcula que un tercio de los hombres de 40 años o más sufren algún grado de pérdida auditiva, que en las personas de 65 o más años es de un 91 por 1,000, y sube a 300 por 1,000 en mayores de 80 años.

En cuanto a México, unos 10 millones de habitantes tienen algún tipo de afectación auditiva, de los que, entre 200,000 mil y 400,000 personas sufren sordera total.

El estudio

En cuanto a la población de estudio, el equipo de investigadores evaluó la asociación entre la pérdida auditiva autoinformada y la disminución de función cognitiva subjetiva (SCF). Para su investigación, los científicos del Hospital Brigham and Women’s y la Escuela de Medicina de Harvard- ambos en Boston- analizaron datos del Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud (HPFS) , que reclutó a 51,529 hombres profesionales de la salud, con edades entre 40 y 75 años cuando el comenzó, en el año 1986.

Los hombres completaron cuestionarios sobre el estilo de vida, el uso de medicamentos y el historial médico cada 2 años; además de la  dieta, que se informaba cada 4 años.

El número de participantes iba disminuyendo según transcurría el estudio, dependiendo de si respondían las encuestas. Además se descartaban aquellos que padecían algunas patologías como Parkinson, cáncer (no cutáneo) o accidente cerebrovascular, para minimizar la posibilidad de confusión debido a la gravedad de estas patologías o los efectos relacionados con el tratamiento de las patologías. 

Así, el estudio longitudinal de 8 años (2008-2016) incluyó finalmente a 10,107 hombres, con edades de 62 años o más, que informaron su estado auditivo en 2006 y no tuvieron problemas cognitivos subjetivos en 2008.

El equipo definió el declive cognitivo subjetivo como aquellos cambios en la memoria y el pensamiento que las personas advierten en sí mismas, que pueden indicar «características sutiles» del deterioro cognitivo que no se detectan en las pruebas objetivas de rendimiento, según explican los investigadores.

Pérdida auditiva y deterioro cognitivo

Cuando el equipo analizó los datos en relación con el grado de pérdida auditiva sufrida, encontró que la pérdida de audición estaba relacionada con un riesgo apreciablemente mayor de deterioro cognitivo subjetivo.

En comparación con los participantes que no reportaron tener problemas auditivos en el 2006 que el riesgo aumentó proporcionalmente a la gravedad de la pérdida auditiva:

  • Los participantes que informaron una pérdida auditiva leve tenían un riesgo 30% mayor de deterioro cognitivo subjetivo posterior.
  • Aquellos que reportaron una pérdida auditiva moderada tenían un riesgo 42% mayor.  
  • Los que reportaron una pérdida auditiva grave, pero que no estaban usando audífonos, tenían un riesgo 54% más alto.

Un análisis adicional reveló que los participantes con pérdida auditiva grave, pero que usaban audífonos, tenían un riesgo de 37% de deterioro cognitivo subjetivo posterior.

En palabras de la autora principal del estudio, la epidemióloga Dra. Sharon Curhan: «Nuestros hallazgos muestran que la pérdida de audición se asocia con un nuevo inicio de preocupaciones cognitivas subjetivas que pueden ser indicativas de cambios en la etapa temprana de la cognición«. Agrega que también podría «ayudar a identificar a las personas con mayor riesgo de deterioro cognitivo».

Curhan y sus colegas comentaron que estas características comunes probablemente apuntan a una acumulación de «daño auditivo y neurodegenerativo» a lo largo de la vida.

Limitaciones del estudio y posibilidades de terapia

Pese a los datos obtenidos, los autores indican que este resultado no fue estadísticamente significativo, por lo planean continuar el estudio en grupos más diversos utilizando otras herramientas y medidas: «Planeamos realizar estudios longitudinales adicionales sobre la relación entre la pérdida auditiva y la cognición en mujeres y en poblaciones más jóvenes, lo cual será informativo«, por lo que Curhan advierte que aún no está claro si existe un vínculo causal entre la pérdida de audición y el deterioro cognitivo.

Agrega el equipo que la detección temprana de la disminución en la memoria y la capacidad de pensamiento podría ayudar a desarrollar terapias de mayor efectividad, en comparación con aquellas que se dirigen a tratar las etapas tardías de la demencia.