Estudio demuestra que las mujeres serían más propensas al Alzheimer

- Por

Dentro de la posible etiopatogénesis de la enfermedad de Alzheimer se considera que el factor desencadenante es la síntesis exacerbada de una macromolécula, el péptido amiloide, que se deposita en el espacio extracelular y forma las placas seniles, junto a células y fibras nerviosas con anomalías estructurales y bioquímicas, que se distribuyen por amplias regiones del encéfalo.

Estos agregados desencadenan respuestas inmunitarias del tipo inflamatorias por parte de las neuronas, al ser identificarlos como compuestos tóxicos.

Otra sustancia -la proteína tau mutada- es el principal constituyente de la estructura patológica conocida como ovillos neurofibrilares, que se encuentran en el citoplasma de la neurona y cuya cantidad se correlaciona con la intensidad de la demencia, ya que se ha demostrado mayor abundancia en aquellas áreas donde la destrucción neuronal es más intensa.

Las zonas más frecuentemente afectadas por la acumulación de estas proteínas anómalas son aquellas importantes para la memoria, como el hipocampo y las zonas próximas al lóbulo temporal.

Diferencias por sexo y explicaciones posibles

Estadísticamente se ha visto que el sexo femenino tiene mayor propensión a desarrollar la enfermedad de Alzheimer, pues ya a la edad de 65 años, las mujeres tienen una probabilidad de 1 en 6 de padecer de esta patología, en comparación con 1 en 11 para los hombres. Es más, los actuales hallazgos indican que las mujeres de 60 años de edad tienen el doble de probabilidades de desarrollar Alzheimer que de padecer cáncer de mama.

Se ha buscado una explicación convincente para esta disparidad, en base a hallazgos epidemiológicos y estudios genéticos, ya que hasta hace algún tiempo, esta diferencia había sido atribuida a la mayor longevidad del sexo femenino, ya que la edad es el factor de riesgo principal para desarrollar esta patología, pero en promedio, las mujeres viven tan solo cuatro o cinco años más que los hombres y actualmente se sabe que la enfermedad de Alzheimer comienza 20 años antes del diagnóstico, por lo que esta explicación resulta insuficiente.

Por su parte, los estudios genéticos han ofrecido una explicación parcial de esta diferencia al investigar el gen ApoE-4– relacionado con el aumento del riesgo de Alzheimer de aparición tardía- para el que descubrieron que las mujeres que portaban esta variante genética tenían el doble de probabilidades de desarrollar Alzheimer en el futuro, en relación a las mujeres sin el gen; mientras que los hombres portadores del gen presentaban un riesgo ligeramente mayor que aquellos que carecían de él, pero tampoco está claro por qué este gen determina un aumento tan dramático del riesgo para la patología.

Además, otras investigaciones muestran niveles más elevados de proteína tau en el líquido cefalorraquídeo (LCR) de mujeres, en comparación con los pertenecientes a hombres, en función de la apolipoproteína E (APOE) ε4 y β-amiloide (Aβ), si bien no esclarece la asociación del sexo con la deposición de tau en individuos clínicamente normales.

Un nuevo estudio y sus implicaciones

Un estudio, reportado en la revista JAMA Neurology, cuyo objetivo era examinar las diferencias de sexo en la asociación entre el acúmulo de las proteínas amiloides Aβ y la deposición de tau cerebral, midió la cantidad de estas macromoléculas a través de imágenes obtenidas con tomografía por emisión de positrones (PET).

El informe, publicado en base a los datos obtenidos de 296 personas mayores (edad promedio: 74,6 años) que estaban cognitivamente sanas y se sometieron a las tomografías PET,  mostró que las mujeres tenían más probabilidades de que aparecieran en sus cerebros estas proteínas anómalas, puesto que las exploraciones revelaron que los hombres tenían menos depósitos de tau y beta-amiloide en sus cerebros, comparativamente con las mujeres.

Como explica la Dra. Reisa Sperling, autora principal del estudio: “La creciente evidencia sugiere que las mujeres pueden tener un mayor riesgo de ciertos cambios fisiológicos asociados con la enfermedad de Alzheimer».»Las mujeres mostraron más cantidad de tau en una región del cerebro que los hombres, lo que se asoció con individuos con mayores cantidades de depósitos de placa del péptido beta-amiloide, otro marcador del Alzheimer».

Si bien existen investigaciones que han demostrado que las mujeres predispuestas genéticamente al Alzheimer tienen niveles más altos de tau en su LCR que los hombres predispuestos, el estudio actual es el primero en identificar un patrón similar en individuos clínicamente sanos: «Estos hallazgos brindan apoyo a un creciente cuerpo de literatura que expone una base biológica para las diferencias sexuales en el riesgo de enfermedad de Alzheimer», añade Sperling.

Sperling, refiriéndose a la relevancia de este estudio, explica que los actuales descubrimientos apoyan otros estudios en cuanto a la identificación de posibles causales para las diferencias en el riesgo de enfermedad de Alzheimer observadas entre hombres y mujeres, por lo que estos hallazgos en los niveles cerebrales de estos «biomarcadores» involucrados en la enfermedad se están convirtiendo en un foco cada vez más relevante en la investigación del Alzheimer.