Descubren molécula que detecta daño renal evitando las biopsias

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La enfermedad renal crónica (ERC) es una falla de los riñones para cumplir con el filtrado de sangre de forma adecuada. Esta situación conlleva a una acumulación de los desechos en el cuerpo y, como consecuencia, se generen otros problemas de salud.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ERC es un síndrome clínico resultado de la pérdida progresiva e irreversible de la estructura y función renal. En México, este padecimiento ocasiona 25% de las muertes en pacientes con diabetes mellitus.

El daño renal se produce lentamente. Algunas personas ni siquiera presentan síntomas hasta que la enfermedad está muy avanzada. Para detectarla, se suelen utilizar análisis de sangre y de orina; sin embargo, hasta ahora no existe un tratamiento que cure la ERC, sólo la retrasan.

Lo ideal, por supuesto, es detectar la ERC en etapas iniciales.

Para ello, Andrea Sánchez, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, realizó una investigación en la cual identificó a la proteína Serpina3k; en otras palabras, es una alternativa de biomarcador para la detección temprana de la enfermedad renal crónica.

La investigadora desarrolló un modelo animal con ratas de laboratorio. Las clasificó en el grupo con ERC y en el grupo sin esta enfermedad. Posteriormente, evaluó las proteínas de la orina; el común denominador en esas pruebas fue Serpina3k.

De acuerdo con Andrea Sánchez, la molécula aparecía en las etapas más tempranas de las alteraciones estructurales del riñón.

La proteína Serpina3k funcionó de forma eficiente al medir las concentraciones en la orina. Por otro lado, observaron que también se sobreexpresaba en el mismo riñón; esto sugiere la posibilidad de que sea un mecanismo de mediación del daño producido.

Este método ya ha sido probado clínicamente en colaboración con expertos en nutrición; ellos usan las muestras de pacientes con nefritis lúpica para detectar ERC.

Serpina3k, aún en investigaciones

Serpina3k es una proteína anteriormente estudiada en otros tejidos. Se ha descrito como antiinflamatoria a nivel sistémico; asimismo, se le han atribuido funciones antifibróticas. A pesar de ello, se desconoce el papel específico que juega en los riñones.

Para conocer su rol, Andrea Sánchez trabajó con especialistas en nefrología y pacientes con nefritis lúpica, una enfermedad autoinmune que afecta al riñón y sólo puede diagnosticarse mediante biopsia.

En las pruebas, los científicos encontraron niveles altos de la molécula en los pacientes enfermos; por el contrario, los individuos sanos no mostraron la presencia de la proteína.

Tras esos exámenes, se dieron cuenta de que la presencia de Serpina3k en la orina era un indicador de alteración en la estructura renal.

La ventaja de este hallazgo es que no se necesitó realizar una prueba invasiva como una biopsia.

De acuerdo con Andrea Sánchez, las evaluaciones se han realizado con densitometrías y kits ELISA; éstas son herramientas a base de placas de medición que, a través de cambios de color, determinan el resultado.

Este estudio se está llevando a cabo con la asesoría de Norma Bobadilla, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM. Los resultados hasta ahora obtenidos han motivado a las investigadoras a solicitar una patente.

Además, este descubrimiento otorgó a Andrea Sánchez el Premio Nacional de la Juventud 2018, el cual se detalló en el artículo A novel role of urine serpina3k in the recognition of kidney diseases y que será publicado próximamente en la revista Scientific Reports.