Inmunoterapia y esclerosis múltiple: nuevo tratamiento podría prevenir y revertir los síntomas

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La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que puede causar una  gran cantidad de signos y síntomas, como una severa debilidad muscular y dificultad creciente en la coordinación y el equilibrio, pudiendo incluso, en los peores casos, conducir a una parálisis  parcial o total. También se manifiestan frecuentemente problemas cognitivos, que pueden aparecer en fases tempranas de la enfermedad.

Se estima que alrededor de 2,3 millones de personas en todo el mundo conviven con esta enfermedad, siendo más comúnmente diagnosticada en personas jóvenes, que tienen entre 20 y 50 años de edad.

La patogénesis exacta de la esclerosis múltiple continúa sin dilucidarse por completo, pero varios estudios han indicado que existe la implicancia de un proceso autoinmune, por el cual el sistema inmunológico ataca erróneamente la mielina de las propias fibras nerviosas.

Inmunorreacción y mielina

Este proceso inmunomediado implica la activación de las células T efectoras auto-reactivas, que atacan a las proteínas de la mielina, incluida la glicoproteína oligodendrocítica de mielina (MOG). En condiciones normales, las células T reguladoras frenan la actividad dañina de estas células, pero esto no ocurre en las personas afectadas por la EM.

Este daño en la mielina ocasiona lesiones inflamatorias que deterioran gradualmente las fibras nerviosas, dando como resultado la destrucción de los axones y la conducción nerviosa, afectando por lo tanto, la comunicación entre el cerebro y la periferia.

Inmunoterapia: una prometedora luz en el camino

En base al estudio de este mecanismo inmunológico, una nueva  estrategia para prevenir y revertir la esclerosis múltiple podría al fin estar a la vista.

Un equipo de investigadores de la University of Florida in Gainesville ha desarrollado una forma de inmunoterapia genética utilizando modelos murinos que desarrollaron la enfermedad.

El autor principal del estudio, Brad Hoffman y sus colegas, publicaron recientemente sus resultados en la revista Molecular Therapy .

Si bien, algunos estudios previos habían podido demostrar que la introducción de células T reguladoras en el organismo enfermo puede ayudar a prevenir el daño causado por las por las células T efectoras autorreactivas  sobre la mielina, al igual que algunos de los síntomas neurológicos de la EM, Hoffman señaló que estos efectos protectores eran de corta duración.

Con estos datos como base, los investigadores se propusieron desarrollar una estrategia basada en inmunoterapia genética, con miras a proporcionar protección a largo plazo para las fibras de mielina.

Su método consistió en el aprovechamiento de la capacidad del hígado para propiciar la tolerancia inmune, por medio de la utilización de un vector viral, el virus adeno-asociado (AAV), a través del cual se administró un gen que codifica una proteína de la vaina de mielina (MEL) en los hepatocitos. Esto logró estimular la actividad de las células T reguladoras específicas de MOG, que suprimieron la actividad destructiva de las células T efectoras autorreactivas, obteniendo una inmunotolerancia efectiva y duradera en los ratones, evitando así que estas células atacaran y degradaran la mielina.

Según explica Hoffman: «La terapia génica tradicional AAV se ha centrado en la entrega de un transgén que produce una proteína terapéutica”… «Aquí usamos la plataforma deliberadamente para inducir células reguladoras específicas, con el fin de restaurar la tolerancia inmunológica y revertir una enfermedad autoinmune«.

Resultados de la reversión de síntomas de EM

Los investigadores, luego de probar la técnica de terapia génica en modelos de ratones con alto riesgo de desarrollar EM, descubrieron que esta terapia evitaba que los roedores desarrollaran los síntomas clínicos de la enfermedad durante 7 meses.

Además, sus hallazgos indicaron que esta terapia génica logró revertir una serie de síntomas en ratones en fases avanzadas de EM, que ya sufrían déficits neurológicos y parálisis de las patas traseras.

El equipo señaló que la inmunoterapia por sí sola no fue capaz de revertir la etapa terminal de EM en los ratones, pero  cuando se combinó con una dosis baja del medicamento inmunosupresor rapamicina, se obtuvo la remisión completa en casi la totalidad de los ratones en esta fase de la enfermedad.

En definitiva, este enfoque combinado de inmunoterapia/rapamicina logró revertir la parálisis severa en los roedores y evitó cualquier síntoma de EM en los ratones durante un período de alrededor de 100 días, aproximadamente.

Hoffman y sus colegas quedaron impresionados por sus descubrimientos, ante  lo cual declaró: «Liderando el proyecto, había pasado casi una década estudiando los mecanismos de tolerancia inmunológica inducida por la terapia génica, por lo que confiaba en que la inmunoterapia genética sería eficaz, especialmente para prevenir la enfermedad … «Sin embargo, mi equipo y yo estuvimos sorprendidos e impresionados por lo efectivo que fue revertir la enfermedad preexistente y restaurar la movilidad en ratones que estaban esencialmente paralizados«.