Gonorrea: causas, síntomas y prevención

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, en 2012, se produjeron 78 millones de nuevos casos en adolescentes y en adultos de entre 15 y 49 años de edad. Además, la incidencia es de 19 casos por cada 1000 mujeres y 24 por cada 1000 hombres.

La gonorrea es una enfermedad de transmisión sexual que infecta tanto a hombres como a mujeres en los genitales, recto y garganta. Es causada por una bacteria llamada Neisseria gonorrhoeae, y es la segunda infección sexual más frecuente.

Según datos de la OMS, América tuvo alrededor de 1.9 millones de casos existentes en mujeres y 1.6 millones de casos en hombres.

Contagio y síntomas

La gonorrea se contagia por mantener relaciones sexuales vaginales, anales u orales sin protección. En mujeres suele ser asintomática, pero puede tener complicaciones graves y transmitirse a los hijos durante el embarazo.

Suele confundirse con una infección vaginal o de vejiga; no obstante, si se observa aumento en la secreción vaginal, ardor o sangrado entre periodos, es necesario acudir a un médico para determinar las causas.

Cuando las mujeres embarazadas contraen gonorrea sin el tratamiento adecuado, pueden contagiar a los hijos en el vientre. Como consecuencia, los bebés desarrollan conjuntivitis que, en casos severos, conducen a cicatrices y a ceguera.

En los hombres, los síntomas suelen ser más claros:

  • sensación de ardor al orinar,
  • secreción de color blanco, amarillo o verde del pene,
  • dolor o inflamación en los testículos.

Ahora bien, cuando la gonorrea afecta al recto, se presentan secreciones, picazón en el ano, dolores al defecar y sangrado.

Gonorrea y garganta

La gonorrea es cada vez más común. La OMS ha informado de un incremento de esta enfermedad en más de 50 países. ¿La razón? Algunos científicos señalan que se debe al sexo oral.

Según los especialistas del Global Antibiotics Research and Development Partnership, la garganta humana aloja miles de millones de bacterias y actúa como un depósito silencioso. Cuando la bacteria de la gonorrea aparece, es difícil de detectar y de tratar.

Para diagnosticarla, es necesario obtener una muestra del área infectada y cultivar las bacterias en laboratorio. A pesar de esto, puede que no ofrezca suficientes bacterias.

Ahora bien, si se logra detectar, sigue siendo difícil de tratar, ya que hay menos vasos sanguíneos en la garganta que permiten que los antibióticos actúen en ella. Si no se atiende, puede extenderse a los genitales y causar dolor pélvico y testicular en hombres, y enfermedad inflamatoria pélvica, embarazos ectópicos e infertilidad en mujeres.

Resistencia a antibióticos

Otra de las causas que ha provocado que la gonorrea sea más común es su resistencia a los antibióticos. Los científicos han notado que tiene una gran capacidad para encontrar maneras de ser resistente a los medicamentos.

Según los especialistas, solo hay un antibiótico que sigue funcionando de manera constante contra las cepas resistentes. Sin embargo, han encontrado un tipo de supergonorrea que se ha vuelto inmune a cualquier tratamiento estándar.

La aparición de bacterias dañinas no suele ser preocupante, pero cuando comparte alojamiento con las bacterias naturales de la garganta, las invasoras son capaces de intercambiar ADN mediante un proceso llamado transferencia genética horizontal.

La transferencia genética horizontal se apoya en los plásmidos, que son moléculas circulares de ADN que contienen material genético de las bacterias separadas de los cromosomas. Los plásmidos, entonces, se transfieren fácilmente de una especie bacteriana a otra cuando están cerca.

Si esos plásmidos transferidos contienen genes resistentes a medicamentos, la bacteria gonorreica que lo adquiere se vuelve también resistente.

Datos de los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) señalan que el 30 % de las infecciones por gonorrea en Estados Unidos son resistentes a por lo menos un medicamento, y los estudios muestran que, en gran medida, se debe a la transferencia genética.

Los países que han mostrado mayor resistencia a medicamentos son India, China, Indonesia, algunas zonas de Sudamérica, Canadá y Estados Unidos. Sobre África y Medio Oriente hay pocos datos.

El problema de no poner atención a esta situación es que se volverá mucho más frecuente y podrá ocasionar epidemias de enfermedades contagiosas.

Medidas de la OMS ante la gonorrea

Según la Red Latinoamerica de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos, la gonorrea se ha vuelto resistente al ciprofloxacino, el antibiótico más común para tratar esta enfermedad.

Por lo anterior, la OMS ha trabajado con sus países miembros en una estrategia mundial del sector salud 2016-2021, en la cual se describen las acciones que se deben aplicar para ampliar la prevención y el control de enfermedades de transmisión sexual y VIH en América.

Dentro de esa estrategia, la OMS señala dos tratamientos para la gonorrea:

  • ceftriaxona en dosis de 250 miligramos por vía intramuscular mediante una sola dosis, más azitromicina en dosis de 1 gramo por vía oral.
  • cefixima en dosis de 400 miligramos por vía oral más azitromicina en dosis de 1 gramos por una dosis.

Hasta el 2017, tan solo el 8 % de los países latinoamericanos y del Caribe tenían información sobre el uso de la combinación de ceftriaxona más azitromicina como parte de las recomendaciones de la OMS.

Por su parte, especialistas del Hospital Monte Sinaí, en Nueva York, reiteran que la gonorrea aún responde a una inyección de una cefalosporina de amplio espectro, junto con una formulación oral de azitromicia, aunque se han registrado casos de resistencia a este tratamiento en Japón, Francia y España.

Eso no significa que la supergonorrea sea incurable, sino que se requiere de un esfuerzo mayor y de tener cuidado con otras herramientas alternativas que no han sido autorizadas.

Se sabe que los investigadores trabajan en tres nuevos medicamentos para tratar la gonorrea, pero se encuentran en diferentes fases y ninguno ha obtenido aprobación.

Prevención y diagnóstico

Para detectar la gonorrea se usan muestras de orina; sin embargo, también se pueden tomar de la garganta y del ano. El diagnóstico se debe hacer en laboratorio.

Según la OMS, hay países donde no se disponen de esas pruebas, pero personal capacitado podría ofrecer tratamiento basándose en la presencia de síntomas, como la secreción vaginal y uretral.

La gonorrea se puede curar con medicamentos. Aunque estos no repararán ninguna lesión permanente que haya causado la enfermedad, detendrán la infección.

Cuando se estén tomando medicamentos contra la gonorrea, no se deben tener relaciones sexuales, sino hasta después de siete días de terminado el tratamiento.

Si la gonorrea no se atiende, aumentan las probabilidades de contraer o de transmitir el virus de inmunodeficiencia humana. En mujeres, puede ocasionar enfermedad inflamatoria pélvica que causa formación de tejido cicatricial que obstruye las trompas de Falopio, embarazo fuera del útero, infertilidad, dolor pélvico o abdominal crónico. En los hombres, por su parte, causa afecciones dolorosas en los testículos y, en casos menos comunes, infertilidad.

La mejor manera de evitar el contagio de gonorrea es con la abstinencia sexual; sin embargo, para la población sexualmente activa, los métodos de barrera como el condón de látex o diques dentales también previenen su transmisión.