Artritis reumatoide, síntomas y tratamiento de una enfermedad sistémica de rápida evolución

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La artritis reumatoide es una enfermedad crónica, progresiva y una discapacidad autoinmune que causa inflamación y dolor en las articulaciones así como en otros órganos. Las manos y los dedos de los pies son los primeros y más afectados por esta enfermedad; pero cualquier articulación puede ser dañada.

El Center for Disease Control and Prevention, de Estado Unidos, estima que más 1.5 millones de adultos estadounidenses sufre artritis reumatoide. El National Health Service, de Reino Unido, reporta más de 350 mil personas a nivel mundial con esta afectación; por su parte, el John Hopkins Arthritis Center indica que entre el 1% y el 2% de la población padece artritis reumatoide.

The Mayo Clinic, en Estados Unidos, asegura que la artritis reumatoide es más común en mujeres. También es más usual en personas mayores de 40 años; aunque cifras recientes de la National Rheumatoid Arthritis Society, de Reino Unido, muestran que más de 12 mil niños menores de 16 años, presentan una forma temprana de este desorden.

Una enfermedad autoinmune

El sistema inmunológico humano es una compleja organización de células y anticuerpos que tienen la función de encontrar, así como de destruir organismos y sustancias dañinas. Si el sistema inmunológico comienza a atacar al propio cuerpo al confundir tejidos como invasores, entonces aparecen las enfermedades autoinmunes.

Las personas que contraen una enfermedad así tienen anticuerpos en su sangre que atacan a los tejidos, en consecuencia se produce inflamación. En el caso de la artritis reumatoide, el sistema inmune ataca el revestimiento de las articulaciones; esto, a diferencia de la osteoartritis, provoca la erosión del hueso y la deformidad de la articulación hasta el daño permanente. Los especialistas denominan a este desorden como una enfermedad sistémica; es decir, que afecta a todo el cuerpo.

Comparación entre un cartílago normal, osteoartritis y artritis reumatoide.

Comparación entre un cartílago normal, osteoartritis y artritis reumatoide. Fuente: Pinterest

Síntomas que vienen y se van

La artritis reumatoide es en general una enfermedad muy dolorosa. Los síntomas en cada paciente varían en intensidad; pueden aparecer y desaparecer: no hay forma de predecir cuándo será el próximo ataque ni con qué severidad.

Las personas que estén en la etapa inicial de la artritis reumatoide pueden sentirse enfermas, cansadas y hasta presentar fiebre. No obstante, los signos más comunes son el dolor, la inflamación, la rigidez y la pérdida de la función de las articulaciones. Los síntomas pueden ser leves o graves:

  • Articulaciones sensibles, calientes e hinchadas.
  • Hinchazón de las articulaciones de ambos hemisferio del cuerpo.
  • Hinchazón en articulaciones de la muñeca y los dedos; en menor medida en el cuello, hombros, codos, rodillas, tobillos y pies.
  • Rigidez de más de 30 minutos de duración por las mañanas o tras un largo periodo de descanso.

Hasta ahora se desconoce la causa de la artritis reumatoide; sin embargo, se piensa que los genes, el ambiente, las hormonas y el tabaquismo juegan un papel importante en el desarrollo de la enfermedad. Para hacer un diagnóstico es necesario realizar exámenes de sangre y de rayos X; así como revisar la historia médica del paciente y hacer algunas pruebas físicas, para evitar confundirla con otras enfermedades de las articulaciones que se presentan con síntomas similares.

Tratamiento

La finalidad de los tratamientos para la artritis reumatoide son:

  • Eliminar el dolor;
  • reducir la hinchazón;
  • detener o retrasar el daño a la articulación;
  • permitir que las y los pacientes puedan mantener actividad física normal.

El tratamiento más común es el consumo de medicamentos que calman el dolor y aminoran la hinchazón. Tanco el fármaco como la periodicidad de ingesta dependerán de la salud del paciente y de la gravedad de su artritis.
Cuando el daño por la artritis reumatoide es mucho más severo, se puede recurrir a cirugías; pero se necesita una valoración previa para saber si el paciente es candidato o no a la intervención.

En la mayoría de los casos, se sugieren dietas especiales, vitaminas, terapias complementarias y actividad física; pero lo más importante es asistir con constancia a las citas médica para dar seguimiento a la enfermedad y hacer evaluaciones al tratamiento elegido.

Artritis reumatoide

Fuente: peru.com

Obesidad y artritis

Un estudio a pacientes adultos con artritis reumatoide, publicado en abril de este año en la revista Arthritis Care & Research, dio a conocer que la obesidad está asociada con una rápida progresión de la artritis; además, notaron que quienes perdían peso también quedaban discapacitados con mayor rapidez que quienes ya eran delgados. Con este avance, los científicos podrán aproximarse a nuevos tratamientos; el objetivo es crear terapias mucho más eficaces y tomar otras medidas de prevención para ambas enfermedades.