Pérdida de peso: la hormona del amor podría ayudar

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Con niveles de obesidad y sobrepeso sin precedentes, además de las consecuencias en la salud en la sociedad y los altos costos de tratar los daños en la salud, varias instituciones se han visto con la obligación de tomar cartas en el asunto. Algunas de las acciones tomadas van desde la aplicación de impuestos, hasta mayor investigación al respecto. Algunas de las investigaciones nos han acercado a entender mejor cómo combatir el problema. Al dar una mejor perspectiva de cómo el sobrepeso afecta a ambos sexos y cómo participa el metabolismo, por dar un par de ejemplos.

Actualmente, el esfuerzo por entender mejor como atacar el sobrepeso va dando resultados. Recientemente, la doctora Liya Kerem (quien ejerce en el Hospital General de Massachusetts) ha publicado un estudio, donde muestra un posible aliado contra la obesidad. Se trata de la llamada «hormona del amor» u oxitocina.

¿Qué es y qué efectos tiene la oxitocina?

La oxitocina es un neurotransmisor y hormona. Dicha hormona es también conocida como «hormona del amor». Y tiene un papel fundamental en el comportamiento humano. La hormona se relaciona estrechamente con la empatía, la formación de relaciones personales y en la actividad sexual. A nivel social, la sustancia es responsable de la formación de recuerdos grupales y reconocimiento social. Otro ejemplo de la importancia de la oxitocina en las relaciones, es la formación del vínculo madre e hijo.

Además, los niveles saludables de oxitocina están relacionados con bajos niveles de estrés y ansiedad. En general, la hormona esta relacionada con una conducta social estable, además de la estabilidad psicológica.

Aparte de las implicaciones en la conducta, la oxitocina también se usa en la medicina. Durante el labor de parto, es común utilizar dicha hormona para facilitar el nacimiento.

Oxitocina y sobrepeso

Antes del estudio de la doctora Liya, ya se había reportado un hecho interesante. La oxitocina en spray nasal, interviene con las áreas del cerebro relacionadas con los hábitos alimenticios. Con el fin de estudiar esta relación, los investigadores reclutaron 10 voluntarios. Quienes debían tener sobrepeso o algún grado de obesidad.

Los voluntarios recibían la hormona en spray nasal o algún placebo. Como parte del estudio, ninguno de ellos sabía que tratamiento era el que recibía. Poco después de una hora, a todos ellos se les mostraba distintas imágenes. En general, las imágenes mostraban alimentos (Tanto de pocas como muchas calorías), así como de objetos comunes.

El objetivo, era escanear distintas áreas del cerebro. En este caso, los académicos se centraron en el área encargada de la recompensa del cerebro. En el caso de personas con obesidad, la zona de recompensa se activa al ver imágenes de comida. Para ello, recurrieron a una técnica llamada imagen por resonancia magnética funcional (IRMf). La cual permite observar el flujo de sangre en el cerebro.

Al analizar cada uno de los voluntarios, la dra. Kerem encontró lo que esperaba. Aquellos que recibieron la oxitocina, mostraron una menor actividad en la zona de recompensa al ver imágenes de alimentos. Lo que se traduce en una menor búsqueda de esos alimentos.

La autora del estudio dice que el trabajo es prometedor. Ya que no sólo podría ser un tratamiento más efectivo para la obesidad. Debido a que ataca a una de las grandes causas del sobrepeso.

Artículo original alojado en la página de la Sociedad Endocrina. Información adicional de Medical News Today, National Center for Biotechnology Information (NCBI) y Medline.