¿Estrógeno y vitamina D protegen la salud metabólica después de la menopausia?

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Una nueva investigación en China sugiere que el estrógeno y la vitamina D, además de trabajar en conjunto para promover la salud ósea, podrían ayudar a prevenir el síndrome metabólico en mujeres posmenopáusicas.

El síndrome metabólico se trata de diferentes factores de riesgo como obesidad, presión arterial alta, niveles altos de azúcar en la sangre; estos, a su vez, aumentan las probabilidades de desarrollar padecimientos como la diabetes tipo 2, enfermedad cardiaca, accidentes cerebrovasculares, entre otros.

El nuevo estudio, publicado en la revista Menopause, se enfocó en los niveles de estrógeno y la vitamina D, y su relación con el síndrome metabólico.

En el examen, participaron 616 mujeres chinas que ya habían pasado la menopausia. Sus edades oscilaban entre los 49 y los 86 años; ninguna de las participantes tomaba suplementos de estrógenos o vitamina D al inicio de la recopilación de datos.

Los investigadores midieron los niveles de estradiol en la sangre, que es la hormona de estrógeno más fuerte, y la vitamina D. De igual manera, observaron los factores de riesgo para el síndrome metabólico.

Los autores encontraron una correlación positiva entre la vitamina D y el estradiol. Es decir, las mujeres con niveles más bajos de vitamina D tienden a contar con niveles bajos de estradiol; en cambio, aquellas con niveles altos de vitamina D, tienen niveles altos de estradiol.

Por otro lado, se dieron cuenta de que los niveles más altos de vitamina D se acompañan de medidas favorables en presión arterial, glucosa y cantidad de lípidos. No sucede así con los niveles bajos de vitamina D.

Asimismo, el análisis mostró que las mujeres con niveles insuficientes de vitamina D y estradiol tenían mayores probabilidades de tener síndrome metabólico.

Síndrome metabólico

El síndrome metabólico comprende cinco factores de riesgo:

  • obesidad central;
  • niveles altos de triglicéridos;
  • niveles bajos de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL);
  • presión arterial alta;
  • y niveles elevados de glucosa en la sangre.

Las evaluaciones del reciente estudio se hicieron con criterios de la Federación Internacional de Diabetes de 2006 (IDF 2006).

Dicha definición establece que el síndrome metabólico consiste en obesidad central más dos de los otros factores.

Lo anterior significa que una mujer con demasiada grasa alrededor del área del estómago aumenta sus probabilidades de contar con más grasa en otras partes del cuerpo como la cadera, y de padecer enfermedades cardiacas.

Los niveles para medir obesidad central estándar son iguales o mayor a 80 centímetros de cintura en China.

En México, menos de 80 centímetros se considera rango normal, más de esa medida es un factor de riesgo; en Estados Unidos, la medida es igual o mayor a 88 cm.

Para los otros factores de riesgo, los criterios de la IDF 2006 fueron:

  • Nivel de triglicéridos de 150 miligramos por decilitro (mg/dl).
  • Colesterol HDL debajo de 50 miligramos; el cual, en niveles normales, ayuda a la sangre a transportar el colesterol lejos de las arterias.
  • Presión arterial alta.
  • Glucemia en ayunas igual a 100 mg/dl; que puede ser un signo temprano de diabetes.

Un problema de salud pública

La menopausia es el momento que marca el fin de la vida reproductiva en la mujer; por lo tanto, hay ausencia de menstruación.

Este periodo inicia con variaciones en la duración del ciclo menstrual y con un aumento de la hormona folículo estimulante; de igual forma baja la hormona luteinizante y concluye con la menstruación.

Tras ese evento, llega la posmenopausia que va desde que acaba la menstruación hasta el fin de la vida. En este lapso hay un descenso de concentraciones de estrógenos; el perfil clínico de las pacientes en variable y pueden tener síntomas leves o severos.

En varios casos, tiene un impacto significativo en su vida cotidiana.

Uno de sus efectos secundarios es el síndrome metabólico, que afecta a una de cada 20 personas mayores de 20 años en México. En Estados Unidos, se ha identificado que cerca del 35% de los adultos lo padecen, en especial los mayores de 60 años.

Estudios como el de los científicos chinos son una señal de alerta sobre qué aspectos deben considerarse para tratar la salud individual de las mujeres en etapa posmenopáusica.

Con información de Medical News Today.