¿Azúcar causa hiperactividad en los niños?

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Los alimentos y las golosinas azucaradas han sido asociados a un incremento de la actividad infantil. Sin embargo, la relación entre el azúcar y la hiperactividad en los niños no se ha comprobado hasta el momento. Tampoco hay hallazgos significativos en torno al TDAH y al consumo de sacarosa.

Relación entre los niños y el azúcar

A fines de los años setenta y a principios de los ochenta hubo un creciente interés en la teoría de que la sacarosa (azúcar común) causaba hiperactividad en los niños. Varios estudios parecían mostrar que este comportamiento era directamente proporcional al consumo del popular carbohidrato. Sin embargo, ciertas falencias metodológicas de los estudios impidieron determinar si el azúcar es la causa de la hiperactividad o si esta impulsa el incremento de su ingesta.

Pero este tema reunió marcada atención científica en la década de 1990. En 1995, JAMA publicó un metanálisis, que incluyó estudios que habían usado un placebo y un ciego. Esto significa que tanto los padres como los maestros involucrados desconocían quién había recibido el azúcar y quién el placebo.

Después de analizar los datos, la conclusión fue la siguiente: «Este metanálisis de los estudios reportados hasta la fecha encontró que el azúcar (principalmente sacarosa) no afecta al comportamiento o al rendimiento cognitivo de los niños».

Sin embargo, los autores no descartaron la posibilidad de que ejerza un «pequeño efecto». También podría suceder que una subsección de niños responda de manera diferente a la sacarosa.

Sensibilidad al azúcar

Puesto que algunos padres creen que su hijo puede ser especialmente sensible al azúcar, un grupo de investigadores comparó a dos grupos de niños de diferentes edades. Un grupo “normal” y otro “sensible” al azúcar.

Cada familia se turnó para seguir tres dietas experimentales; cada una durante 3 semanas. Todas estaban libres de colorantes artificiales, aditivos y conservantes. 

Estas fueron:

  1. Rica en sacarosa, sin edulcorantes artificiales.
  2. Baja en sacarosa, pero con aspartamo como edulcorante.
  3. Baja en sacarosa, pero con sacarina, un edulcorante placebo.

Semanalmente, el equipo evaluó tanto el comportamiento como el rendimiento cognitivo de los niños. Los autores concluyeron que no existían diferencias significativas entre las tres dietas.

En 2017, un estudio, publicado en el International Journal of Food Sciences and Nutrition, investigó el impacto del consumo de azúcar en el sueño y en el comportamiento de 287 niños de 8 a 12 años. Los investigadores concluyeron que «el consumo total de azúcar no estaba relacionado con problemas de comportamiento o de sueño ni afectó la relación entre estas variables».

Origen y causas de la hiperactividad en niños

Un estudio que apunta a las expectativas de las madres con respecto al comportamiento de sus hijos apareció en el Journal of Abnormal Child Psychology en 1994. Los investigadores reclutaron niños con madres que los describieron como «sensibles al azúcar».

Estos fueron divididos en dos grupos. Todos recibieron aspartamo como placebo, pero a la mitad de las madres se les dijo que cada uno de sus hijos había recibido un placebo. Por su parte, a las demás, que habían consumido una gran cantidad de azúcar.

Tras documentar las reacciones, los autores manifestaron que, aquellas madres con expectativas asociadas al exceso de azúcar, calificaron a sus hijos como más hiperactivos.

Otra variable a considerar en cuanto al comportamiento del niño es el entorno en el que recibe un exceso de productos azucarados. Estos pueden ser excitantes de por sí, como en una fiesta de cumpleaños.

 A fines de los años setenta y principios de los ochenta, hubo un nuevo interés en la teoría del azúcar y de la hiperactividad. Varios estudios parecían mostrar que los niños que eran más hiperactivos consumían más azúcar.

Sin embargo, estos estudios fueron transversales, lo que significa que estudiaron a una población de niños en un momento dado. 

Incluso en la actualidad, se dedica bastante investigación para comprender el poder de este dulce químico sobre el cerebro y sobre la salud humana.

Lo que se sabe bien es que las golosinas azucaradas causan una hiperglucemia transitoria. Pero los síntomas asociados a esta situación incluyen sed, micción frecuente, fatiga, irritabilidad y náuseas. No incluyen hiperactividad.

Azúcar y TDAH

Entonces, según los hallazgos, para la gran mayoría de los niños, el azúcar no causaría hiperactividad. Pero en el caso de los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) existe la pregunta de si este carbohidrato podría exacerbar la sintomatología. Otros plantean si una dieta alta en azúcar podría aumentar el riesgo de desarrollar TDAH.

Un estudio publicado en 2011 no encontró «ninguna asociación significativa entre el volumen total de la ingesta de azúcar simple de bocadillos y el desarrollo de TDAH».

Por su parte, una revisión sistemática y un metanálisis, publicados en el Journal of Affective Disorders en 2019, analizaron la «evidencia de la asociación entre los patrones dietéticos y el TDAH». Los autores concluyeron que «una dieta alta en azúcar refinada y grasas saturadas puede aumentar el riesgo» de TDAH, mientras que una dieta rica en frutas y verduras tiene un efecto protector.

Sin embargo, reconocen que el tipo de estudio utilizado, como es un diseño transversal o de control de casos, no puede determinar causa-efecto, mientras que aquellos que son observacionales pueden adolecer de problemas metodológicos.

Además, existe evidencia de que las personas con TDAH son más propensas a comer en exceso que las personas sin este trastorno. Esto podría implicar que el aumento del consumo de alimentos que activan las redes de recompensas en el cerebro, como los alimentos azucarados, podría ser el resultado del TDAH, y no un factor que aumenta el riesgo de este trastorno.