Actividad sexual frecuente podría retrasar la menopausia

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Un estudio con una investigación de 10 años mostró que algunas mujeres con mayor actividad sexual tenían más probabilidades de retardar la menopausia.

La menopausia es un proceso normal que a menudo se da en mujeres que tienen entre 40 y 50 años de edad. Ocurre cuando los ovarios dejan de producir estrógeno y progesterona, lo que se manifiesta en una amenorrea persistente por 12 meses.

Desde hace tiempo se conoce una asociación entre el estado civil y el momento de ocurrencia de la menopausia. Los científicos han observado que las mujeres casadas alcanzan la menopausia más tardíamente que sus pares solteras, viudas o divorciadas.

La causa se desconoce, pero existe una hipótesis entre la menopausia y el estado civil que relaciona la cohabitación hombre-mujer. Esta estrecha interacción haría que la mayor exposición de las mujeres a las feromonas masculinas incrementen la probabilidad de tener un ciclo menstrual regular que retrase la menopausia.

Frecuencia sexual versus menopausia

Un nuevo estudio, que fue publicado por la Royal Society Open Science, investigó sobre las probables causas que inciden en que las mujeres casadas tengan una menopausia más tardía.

Como explicación alternativa, los investigadores hipotetizaron que las personas casadas suelen tener más relaciones sexuales que las que no están con pareja.

La autora principal del estudio, Megan Arnot, del University College of London, explicó la motivación para diseñar el estudio: «Notamos que en la literatura existente sobre la menopausia había una tendencia de mujeres casadas que la experimentaban más tardíamente, lo que nos pareció extraño. No mucha gente había tratado de explicar esta asociación, y pensé que quizás era adaptativa como respuesta a la frecuencia sexual, así que decidimos probar eso».

La investigación recopiló datos de 2936 mujeres obtenidos del «Estudio de Estados Unidos sobre la salud de las mujeres en todo el país» (SWAN, por sus siglas en inglés).

Las participantes respondieron a varias preguntas, como la frecuencia de las relaciones sexuales y el tipo de contacto mantenido (sexo oral, contacto sexual o caricias). También, si se había practicado la autoestimulación en el último semestre.

De las consultadas, ninguna era menopáusica, pero el 46 % estaba en la perimenopausia temprana (con síntomas de la menopausia, como irregularidades menstruales y sofocos) y el 54 % era premenopáusica (con ciclos regulares y sin síntomas de perimenopausia).

En los 10 años que duró el seguimiento, un total de 1324 (45 %) de las 2936 mujeres experimentaron la menopausia natural a una edad promedio de 52 años.

¿Ahorro energético?

Los investigadores descubrieron que el patrón más frecuente de actividad sexual era semanal (64 %). Aquellas mujeres que reportaron haber mantenido relaciones sexuales semanalmente tenían un 28 % de probabilidades de retrasar la menopausia, en comparación con las que tuvieron contactos íntimos menos de una vez al mes.

La razón de estas observaciones, según Arnot, puede deberse a que «la ovulación requiere mucha energía y perjudica la función inmune. Desde un punto de vista evolutivo, si una persona no es sexualmente activa, no sería beneficioso asignar energía a un proceso tan costoso». Es decir, que si la mujer no mantiene relaciones sexuales, no hay para qué mantener la ovulación para un embarazo improbable.

La coautora del estudio, Ruth Mace, profesora del University College de Londres, aclara que este estudio establece un vínculo, pero no constituye una prueba de que tener relaciones sexuales entre los cuarenta y los cincuenta años retrasará la menopausia: «Controlamos una amplia gama de variables, incluidos los niveles de la hormona estrógeno, el tabaquismo y el IMC (índice de masa corporal), y la asociación permanece. Pero eso no significa que el comportamiento sexual necesariamente retrase la menopausia».

Agrega que dentro de las variables involucradas hay que considerar que la actividad sexual puede modificar los niveles hormonales. Además, «podría haber una tercera variable, como otros niveles hormonales de los que no teníamos datos», los cuales podrían ejercer una influencia desconocida.

Importancia del estudio

Si bien el estudio no explica la conexión causal entre la actividad sexual y la menopausia, brinda una posible asociación. Sin embargo, hay que destacar que «es la primera vez que un estudio muestra un vínculo entre la frecuencia del sexo y el inicio de la menopausia», indicó Arnot. 

La investigadora agrega que «puede ser que las mujeres perimenopáusicas no tengan ganas de mantener relaciones sexuales», pero «no queremos ofrecer consejos de comportamiento en este momento. Estos resultados son una indicación inicial de que el momento de la menopausia puede ser adaptativo en respuesta a la probabilidad de quedar embarazada. Será necesario realizar más investigaciones en el futuro».


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