Usos de la realidad virtual para aprender a controlar y manejar el miedo irracional

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Si bien cuesta dar una definición científica del miedo, se sabe fehacientemente cuando se experimenta, ya que en general se sienten variadas sensaciones corporales: aceleración del pulso, hormigueo en las extremidades, respiración superficial y muy rápida, sensación de fuerza muscular muy incrementada y apreciación distinta del tiempo, que parece ralentizarse.

Pero no todo se restringe a este abanico de percepciones, puesto que corresponde a un estado anímico y patrón de comportamiento especialmente diseñado a través de innumerables generaciones para responder adecuadamente ante el peligro y actuar, según ensayo y error, resultando cada fallo de decisión en muerte o daño grave para el sujeto afectado.

El miedo en el laboratorio

Andrew Huberman , PhD, profesor asociado de Neurobiología en Stanford, quiere aprender sobre el miedo, a través de la identificación de los circuitos neuronales involucrados en dicha respuesta.

Un objetivo posterior de estos hallazgos, es ayudarle a las personas a controlar aquellos miedos irracionales que impiden su enfrentamiento de manera saludable.

La visión y el miedo

Para poder estudiar el miedo, primeramente es necesario inducirlo. Esto se logra  a través de nuestro dominante: la visión, ya que según Huberman «Casi el 40 por ciento del cerebro humano se dedica al procesamiento de la información visual«, por lo tanto, cualquier amenaza que se “vea”, recibirá una especial atención por parte de los circuitos neuronales.

Pero existe un gran desconocimiento de lo que sucede desde el procesamiento visual de una visión de amenaza hasta su llegada, procesamiento, acción y superación a nivel cerebral.

Dentro de lo que se conoce está el hecho que las imágenes, al impactar en la retina desencadenan una serie de complejas señales y después de varios pasos que conlleva su procesamiento, origina la percepción a nivel consciente de aquello que vemos.

Pero también hemos desarrollado respuestas especializadas y muy rápidas frente a las amenazas visuales, al saber que algo es amenazante, para poder actuar y después averiguar qué cosa era.

Para estos acontecimientos existe una ruta alterna que actúa frente a las amenazas con gran rapidez e involucra a la amígdala, la cual desencadena la secreción de hormonas del estrés, poniendo así a disposición una gran carga extra de glucosa para absorción y uso muscular.

Los ratones “audaces”

Existen otros centros cerebrales involucrados en lo que a detección y respuesta a la amenaza respecta que no se conocen tan detalladamente. Lindsey Salay, del laboratorio de Huberman ha podido identificar uno de estos centros, que se encuentra en la zona central del cerebro.

Uno de los miedos innatos que tienen los ratones es a los depredadores aéreos. Ante una potencial amenaza de este tipo, el roedor puede optar por quedar “congelado”, con lo que dificulta a detección por parte del ave merodeador o bien realiza una rápida carrera para acceder a un refugio cercano disponible.

Para estudiar los cambios en la actividad cerebral frente a una amenaza visual, Salay utilizó una maqueta que simula un espacio abierto y una pantalla de video en el techo que mostraba una figura que crecía de tamaño, simulando a un ave de rapiña.

Salay comparó los datos de la actividad cerebral de los ratones que habían sido expuestos a este «predador simulado» durante unos minutos con el de los ratones que no lo habían sido. Así, pudo localizar una región particular del tálamo llamada línea media ventral, o vMT (los seres humanos tenemos una estructura similar), que se activó en presencia del “depredador”, pero estaba relativamente inactiva en su ausencia.

Pero lo que Salay encontró es tan sólo una pequeña parte de este complejo engranaje, ya que, al  contrario: si se estimula directamente la vMT de los ratones por un tiempo suficiente, en lugar de quedar inmóviles o huir para refugiarse, empiezan a golpear sus colas contra el suelo o la pared.

Los ratones cuyos centros vMT han sido estimulados también corren más al aire libre, volviéndolo más visible para su potencial atacante. Es como si el ratón estuviera provocando al ave de presa para que se le acerque, lo que podría ser una especie de “audacia” o “valentía”.

A los humanos aparentemente también les agrada esta estimulación, ya que según reportes de algunos estudios de principios de los años sesenta, los sujetos de prueba preferían la estimulación que se realizaba en la región del cerebro análoga a la vMT de un ratón, en comparación a la estimulación de cualquier otra área del cerebro, incluidas aquellas asociadas con la excitación sexual.

Curiosamente, cuando se les pidió describir la sensación ante dicho estímulo, no la consideraban agradable, sino que manifestaron sentir «frustración y cólera leve«. Esto podría ayudar a explicar en gran medida nuestra atracción por los deportes, así como la química en las relaciones amorosas que establecen las personas.

León versus gacela

Un león que persigue a una gacela están en condiciones físico-químicas parecidas, en cuanto a la secreción de hormonas y la respuesta corporal. La diferencia básica es su estado mental, puesto que el león desea estar en esa situación, en cambio la gacela, no.

Ahí es donde entra en juego el vMT que afecta la conversión del estado mental, por lo tanto Huberman plantea: «Esperamos aprender a convertir las gacelas en leones«.

El equipo de investigadores no pretende tener físico acceso al análogo humano del vMT, sino inducir el miedo en las personas bajo condiciones controladas con la utilización de realidad virtual, controlando algunos aspectos que acompañan a este miedo y ver si existen maneras confiables y seguras para minimizarlo.

VR: El equipo de realidad virtual

Para estudiar el miedo, hay que inducirlo, según Huberman. Para lo cual está empleando un enfoque basado en la percepción visual, con la ayuda de una cámara de realidad virtual, creación totalmente original de su equipo.

VR es el único equipo capaz de capturar las experiencias visuales y reproducirlas en lo que abarca la esfera visual del sujeto: hay que ponerse las gafas, pulsar el botón «play», y a cualquier punto que se mire, se verá una réplica fidedigna en 3D de los escenarios de la vida real. Una entrada par audio mejora más esta experiencia y la vuelve más real.

El equipo de Huberman equipó su cámara VR con una ventana de observación para que los investigadores puedan monitorear a los participantes en tiempo real. Además equiparon el cuarto de pruebas con paredes acolchadas en caso que un sujeto intente salir corriendo ante un campo abierto virtual.

Usos posibles de la realidad virtual

Posterior a la contestación de una encuesta sobre los miedos y ansiedad experimentada en la actualidad, los participantes serán monitorizados a través de sensores, a medida que experimenten varios escenarios inquietantes generados en la cámara VR.

Posteriormente se les enseñará a manejar ese miedo a través de respuestas  posibles ante la situación, tendientes a controlar esa sensación. Después se repetiría la situación con la realidad virtual para evaluar si dicho entrenamiento fue efectivo.

Huberman espera poder trabajar utilizando la cámara VR con cientos de participantes sanos el próximo año. El objetivo es establecer las líneas de base para los diversos parámetros que se están estudiando.

Posteriormente, se espera incluir a personas que sufren trastornos de estrés postraumático, trastornos de ansiedad generalizados, así como una diversidad de fobias.

Huberman pretende utilizar la ciencia para reducir sistemáticamente el miedo y la ansiedad en grados patológicos. Después de ser expuestos a una gran variedad de amenzas virtuales,  los participantes recibirán entrenamiento en varios métodos para hacer frente a sus miedos y elaborar mejores respuestas frente al estrés.

Según explica Huberman: «Nuestro objetivo no es sólo aprender sobre el miedo, sino probar maneras de involucrarse en un enfrentamiento más adaptable para ayudar a la gente a tomar decisiones más lógicas frente al miedo«…»Hay un montón de prácticas ya por ahí que pretenden reducir la ansiedad. Sabemos que tienen algo de utilidad. »

Una de las posibles técnicas de lucha contra el miedo que los investigadores probarán es la respiración controlada. Puesto que la respiración rápida estimula la excitación, en oposición los patrones de respiración profunda, lenta y exhalando de manera marcada inducen el estado de calma.

Aclara Huberman: «No estamos hablando de meditación”… «Se trata de cómo puedes controlar tu estado mediante la acción, no la inacción – cómo hacer frente cuando tienes que tomar una decisión en una fracción de segundo o cuando estás estresado y lo sabes, pero parece que no puedes salir de ese estado. Queremos elaborar protocolos que prescriban pasos exactos y comprobables: por ejemplo, inhale durante dos segundos, mantenga durante dos segundos, exhale durante cuatro segundos y no se preocupe por mantener un mantra en mente, ¿Cómo mediríamos ésto?. Comportamientos como la respiración, pueden ser medidos con cuidado. »

Huberman ve un tremendo potencial para técnicas de reducción de miedo comprobables. Pero enfatiza: «No estamos tratando de» curar «el miedo. Queremos desarrollar herramientas de afrontamiento para reducir el miedo irracional”, ya que «El miedo puede mantenerte vivo”.