Ritmo cardiaco: ¿cuándo se puede hablar de un ritmo cardíaco «normal»?

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Los latidos del corazón son los signos vitales más populares; pero también son indicadores importantes de la salud del cuerpo humano. Todos, alguna vez, hemos escuchado hablar de cómo el corazón se acelera cuando hacemos ejercicio o estamos entusiasmados; mas no siempre nos referimos a ese suceso como “ritmo cardiaco”. El ritmo cardiaco —frecuencia cardiaca—, es la forma de medir esa aceleración o la no aceleración del corazón. Con mayor formalidad, el ritmo cardiaco es el número de veces en que el corazón late durante un minuto.

Ahora bien, los latidos suceden cuando el corazón, un órgano muscular, bombea sangre. Este bombeo varía en intensidad y velocidad como resultado de la actividad física, emociones o adrenalina; es decir, el ritmo cardiaco es capaz de modificarse según la situación en la que nos encontremos.
Cuando una persona está tranquila o relajada, el número de latidos por minuto se conoce como ritmo cardiaco en reposo. Si una persona presenta mayores o menores latidos en reposo, puede indicar que hay algún problema de salud; eso sí, tener un ritmo cardiaco dentro de los niveles normales, no quiere decir que una persona esté exenta de cualquier tipo de padecimiento.

Ritmo cardiaco normal

Identificar cuál es el rango normal de ritmo cardiaco es importante; pues, de esta manera, podremos saber si nuestros órganos están recibiendo suficiente sangre para funcionar o si es necesario someternos a estudios para determinar qué sucede en nuestro cuerpo.

De acuerdo con el National Institute of Health (NIH), de Estados Unidos, el ritmo cardiaco es progresivamente más lento en personas que están pasando de la niñez a la adolescencia. El ritmo normal de cualquier mujer u hombre de más de 10 años es de 60 a 100 latidos por minuto (bpm). En los atletas, el ritmo se mantienen en los 60 bpm y puede bajar hasta 40 bpm.

Según el NIH.

  • El ritmo cardiaco normal hasta 1 mes es de 70 a 190 bpm.
  • De 1 a 11 meses; 80 a 160 bpm.
  • De 1 a 2 años; 80 a 130 bpm.
  • De 3 a 4 años; 80 a 120 bpm.
  • De 5 a 6 años; 75 a 115 bpm.
  • De 7 a 9 años; 70 a 110 bpm
  • 10 años o más; 60 a 110 bpm.

El ritmo cardiaco puede variar o incrementar como respuesta a cambios de temperatura, de emociones, por posiciones del cuerpo, ejercicios o, incluso, por levantarnos muy rápido de la cama o de algún asiento. Para quienes practican actividad física constante o son atletas de alto rendimiento, el rango de bpm se modifica mucho más.

Rangos normales de frecuencia cardiaca

Fuente: transfusionnews.com

El ritmo cardiaco durante el ejercicio

La recomendación de los especialistas para quien hace algún tipo de actividad física es no forzar demasiado al cuerpo; al hacerlo, forzamos también al corazón y podemos ocasionar un daño. Lo anterior quiere decir que se trata de ir poco a poco, entrenar al cuerpo para que resista un poco más cada vez y seamos capaces de intensificar nuestros ejercicios.

Lo que sí es un hecho es que, al ejercitarnos, el ritmo cardiaco aumenta durante el tiempo de actividad y minutos después de terminarlo. Sin embargo, cabe destacar que al incluir la actividad física como parte de la rutina diaria, así como ser un atleta de alto rendimiento, tiene como consecuencia una baja en la frecuencia cardiaca; esto quiere decir que el corazón se vuelve más eficiente: trabaja menos para obtener nutrientes y oxígeno necesarios para cada parte del cuerpo.

De acuerdo con la American Heart Association (AHA), el rango máximo de frecuencia cardiaca durante una actividad física muy intensa es de 220 bpm; por supuesto, ese subidón depende también de la edad y tipo de actividad.

Rangos normales de frecuencia cardiaca durante la actividad física moderada y vigorosa

Rangos normales de frecuencia cardiaca durante la actividad física moderada y vigorosa

Según la AHA, lo más recomendable es ejercitarnos para estar dentro de los rangos normales con al menos 30 minutos de actividad aeróbica moderada cinco días a la semana; o 25 minutos de actividad aeróbica vigorosa tres días por semana; incluir ejercicios para aumentar la fuerza muscular al menos 2 veces por semana. Después de los 40 años, la actividad aeróbica 3 o 4 días a la semana sería lo ideal.

¿Qué pasa cuando mi ritmo cardiaco no es normal?

Aunque pensemos que la velocidad de los latidos son el único factor para determinar si algo no está bien en el cuerpo; debemos enfocarnos también en cómo es el ritmo del corazón. Si es constante y hay un espacio regular entre cada latido, puede que todo esté normal. Las variaciones ocasionales son normales también; pero si notamos latidos fuera de ritmo, más acelerados o más lentos, varias veces al día, quizá sea momento de visitar a un médico.

El ritmo cardiaco anormal más común es la fibrilación arterial. Un ritmo cardiaco acelerado puede ser taquicardia, de la cual se derivan:

  • taquicardia supraventricular;
  • taquicardia sinusal inapropiada;
  • aleteo auricular;
  • fibrilación auricular;
  • taquicardia ventricular;
  • fibrilación ventricular.

Los desórdenes causados por una baja frecuencia cardiaca son: bloqueo cardiaco y bradicardia.

Cualquiera que sea el malestar, lo importante es que un médico lo revise y diagnostique para recibir el tratamiento adecuado. Eso sí, también podemos ayudar a mantener nuestro ritmo cardiaco normal con ejercicios de respiración, actividades como el yoga, ejercicio constante, perdiendo peso o dejando de consumir tabaco.

El ejercicio aumenta la frecuencia cardiaca

Fuente: Pixabay

Por último, el pulso no es ritmo

El pulso es un término muy asociado con el ritmo cardiaco; se refiere a cuántas veces por minuto las arterias se expanden y contraen como respuesta a los latidos del corazón. Aunque el pulso no es lo mismo que la frecuencia cardiaca, sí es una forma directa de medirla.