Leche cruda: hay peligros acertados y beneficios todavía por demonstrar

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Recientemente, beber leche cruda o no pasteurizada para estimular el sistema inmunológico, prevenir alergias y tener una piel para saludable, se ha vuelto popular.

Sus defensores alegan que la leche cruda podría curar el intestino bajo el argumento de que la pasteurización, un proceso de calentamiento para matar bacterias dañinas, reduce la cantidad de vitaminas y bacterias “buenas”.

Si bien la pasteurización puede tener un efecto en el contenido nutricional, la realidad es que consumir leche cruda puede provocar infecciones graves y letales.

Beneficios sin pruebas

La pasteurización lleva ese nombre por Louis Pasteur. Se trata de un método que implica calentar ciertos tipos de alimentos y bebidas a unos 72° centígrados durante 15 segundos y, posteriormente, enfriarlos a 3° C.

Gracias a ese proceso, se reduce la cantidad de microorganismos patógenos que reducen la vida útil del producto.

En 2011, un artículo publicado en PubMed.gov mostró los resultados de una comparación de 40 estudios sobre los efectos de la pasteurización en los niveles de vitaminas en la leche.

Los hallazgos mostraron reducción en vitaminas B1, B2, C y ácido fólico; pero los investigadores concluyeron que los niveles de esas vitaminas (excepto la B2) eran tan bajos que la leche no debería considerarse una fuente importante de esos elementos.

Por otro lado, observaron que la leche cruda ofrece cierta protección contra las alergias; no obstante, los factores ambientales involucrados en la agricultura y producción impidieron llegar a conclusiones contundentes al respecto.

Para 2015, científicos alemanes publicaron una investigación en The Journal of Allergy and Clinical Immunology. En ella, analizaron la frecuencia con que 983 bebés menores a un año de edad sufrieron fiebre e infecciones en el tracto respiratorio.

Los separaron en aquellos que recibieron leche cruda y los que consumieron leche procesada a temperatura ultra alta (o UHT).

Los especialistas llegaron a la conclusión de que beber leche cruda durante el primer año de vida podría reducir el riesgo de sufrir fiebre o infecciones respiratorias hasta en un 30% en comparación con la leche UHT.

Así, sugirieron que, de encontrarse un método para eliminar los patógenos de la leche con un procesamiento mínimo, podría tener un gran impacto en la salud de los bebés.

Ahora bien, estos resultados no quieren decir que también funcione para los adultos; pues los bebés deben tomar leche materna o de fórmula para obtener todos los nutrientes que necesitan y no se encuentran en la leche de vaca.

Bacterias dañinas

El cuerpo humano tiene alrededor de 39 billones de células bacterianas. Entre ellas se encuentran bacterias malas y bacterias buenas.

En los alimentos, esos patógenos se pueden encontrar desde la misma granja donde se produce, y en el alimento de las vacas lecheras.

Algunas bacterias malas se han asociado con la leche cruda. Entre ellas se encuentran Mycobacterium bovis, el agente responsable de la tuberculosis bovina; Campylobacter Salmonella, Listeria y E. coli.

Es por esos patógenos que la leche cruda es capaz de producir infecciones en el organismo humano.

De hecho, en 2015, en Colorado, doce personas se infectaron con una cepa de campylobacter jejuni, resistente a los fármacos, tras beber leche cruda.

Ninguna persona murió; sin embargo, todos presentaron diarrea con sangre, calambres estomacales y dolores de cabeza.

Esas situaciones no solo pasan en Estados Unidos. En 2017, en Gales, se informaron de dieciocho casos de infección por campylobacter por beber leche cruda.

Es por lo anterior que, en varios países, incluidos Reino Unido y México, los productos lácteos solo pueden venderse si tienen un método de producción aprobados.

En México, por ejemplo, en el Reglamento de control sanitario de productos y servicios, se hacen las especificaciones sobre la leche y productos derivados; estos se relacionan con la producción, etiqueta, transportación.

Incluso se hace la especificación de que la leche cruda podrá destinarse al consumo humano siempre y cuando cumplan con los requisitos sanitarios.

Por su parte, en Gran Bretaña, además, las granjas de producción deben inspeccionarse dos veces al año y la leche debe tener un etiqueta de advertencia.

Las opiniones y evidencias sobre las consecuencias de beber leche cruda aún están divididas; aunque son más las investigaciones que señalan que la contaminación potencial de la leche cruda con bacterias dañinas es un riesgo muy grande en comparación con sus posibles beneficios.

Con información de Quartz.