Estudian viabilidad del uso de drones como transporte de muestras biológicas

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Investigadores de Johns Hopkins University realizaron un estudio que busca determinar la funcionalidad de los vehículos aéreos no tripulados,  mejor conocidos como drones, para utilizarse como medio de transporte de muestras de sangre de pacientes.

De probar sus beneficios los drones podrían convertirse en una alternativa segura, efectiva y más barata para  transportar pruebas  médicas desde sitios remotos a laboratorios especializados. Esto podría ser de gran utilidad para la mayoría de los países de Latinoamérica pues tan solo en México el 22.2% de la población total reside en zonas rurales aisladas que difícilmente podrían tener acceso a laboratorios médicos por el costo y complicaciones de desplazamiento que implica.

Este tipo de vuelos en drones  ya han sido practicados anteriormente por Johns Hopkins University para estudiar el impacto químico, hematológico y microbiano en las muestras de sangre de acuerdo a los métodos de transporte terrestre o aéreo. Esta ocasión el equipo  de científicos ha roto su récord en cuanto a distancia en un vuelo que se llevó a cabo en colaboración con University of Arizona y tuvo una duración total de 3 horas en donde el dron recorrió 258 kilómetros sobre el desierto de Arizona.

Este experimento excedió las recomendaciones generadas por el World Health Organization y el Clinical Laboratory Standards Institute respecto a tiempos de espera entre la extracción de sangre de paciente y su análisis en laboratorio. Sin embargo  no se presentó ninguna modificación de acuerdo a los análisis finales en relación con este parámetro temporal.

El estudio contempló identificar cambios en las muestras ocasionados por el tiempo, distancia y tipo de movilidad en el que se transportaron las mismas. Para esto los científicos diseñaron un experimento utilizando la sangre de 21 voluntarios en un total de 84 muestras. Anterior al vuelo en dron estas fueron trasladadas por poco más de 120 kilómetros vía terrestre hasta la zona donde se realizaría el despegue y aterrizaje del vehículo aéreo.

Posteriormente las muestras fueron divididas en dos grupos. La mitad de ellas sobrevolaron 258 kilómetros el desierto de Arizona a una altura de 144 metros a bordo del vehículo Latitude Engineering HQ-40 controlado por un piloto certificado.

Para mantener la temperatura controlada y evitar modificaciones o efectos en las muestras al dron le fue adaptada una cámara de control térmico diseñada por Johns Hopkins University en donde la temperatura promedio se mantuvo en 24.8 grados centígrados. Para realizar esto se tomaron en cuenta los lineamientos de la  International Air Transport Association respecto al tratamiento de materiales biológicos.

Las muestras de sangre restantes se resguardaron estáticas dentro de un automóvil con aire acondicionado que las mantuvo a temperatura ambiente promedio de 26 grados centígrados.

Luego del aterrizaje del dron el total de las 84 muestras fueron unidas nuevamente y transportadas de forma terrestre por casi 100 kilómetros hasta Mayo Clinic en Scottsdale, Arizona con el fin de identificar si el medio de transporte aéreo o terrestre al que se sometieron las había alterado de alguna forma.

Fuente: Johns Hopkins University

Para obtener un diagnóstico se realizaron 17 de las 19 pruebas químicas y hematológicas para comparar valores entre ambos grupos. Los resultados obtenidos indicaron gran similitud en ambos grupos respecto a células rojas, células blancas, plaquetas, niveles de sodio, entre otros parámetros.

No obstante la única diferenciación detectada fue en los niveles de potasio y glucosa con un 6.2% y 8% respectivamente que se atribuye a la degradación química generada por la mayor temperatura registrada en las muestras estáticas en comparación con las muestras que realizaron el vuelo.

El siguiente paso para este equipo es probar su diagnóstico en vuelos de mayor duración y distancia en el interior y exterior de Estados Unidos pues afirman es posible utilizar este medio de transporte tomando en cuenta un delicado sistema de control ambiental para asegurar el estado del material biológico.

Lo resultados de dicha investigación fueron financiados por Peter Kovler of the Blum-Kovler Foundation y han sido plasmados en el artículo Drone Transport of Chemistry and Hematology Samples Over Long Distances publicado en el American Journal of Clinical Pathology disponible en línea para su revisión.