Tratamiento genético puede frenar hepatopatía alcohólica

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La eliminación de las moléculas que aceleran la inflamación del hígado podría detener el daño provocado por el consumo excesivo de alcohol. El hallazgo para este tratamiento fue el resultado de un estudio realizado por el Hospital General de Massachussetts, Estados Unidos.

Daño irreversible

El alcohol, tras ser absorbido en el tubo digestivo, se metaboliza principalmente en el hígado. Conforme se metaboliza, se producen sustancias que pueden dañar el tejido hepático.

La hepatopatía alcohólica es la lesión del hígado causada por el consumo excesivo de alcohol durante mucho tiempo. Existen tres tipos de lesiones que suelen desarrollarse en el siguiente orden de gravedad:

  1. Hígado graso: Acumulación de grasa
  2. Hepatitis alcohólica: Inflamación del hígado
  3. Cirrosis: Sustitución permanente de una gran parte del tejido hepático normal por un tejido cicatricial (fibrosis hepática)

La cirrosis es irreversible y el único tratamiento es el transplante de hígado. Según la revista científica World Journal of Hepatology, el 16.5 % de todos los trasplantes de hígado realizados entre 2002 y 2015 en Estados Unidos correspondieron a pacientes con hepatopatía alcohólica. Este padecimiento es la tercera causa más frecuente del trasplante de hígado.

Otro dato preocupante: según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), las muertes causadas por hepatopatía alcohólica han aumentado año a año desde 2006 en todos los grupos etarios y raciales.

Tratamiento genético

Los investigadores analizaron las células hepáticas de 51 personas con diferentes grados de hepatopatía alcohólica para entender el impacto del consumo excesivo de alcohol en el hígado.

El equipo analizó la composición genética de las muestras usando la secuenciación de ácido ribonucleico. Descubrió que el gen cGAS activa la molécula IRF3, la cual provoca la inflamación de las células hepáticas. Eventualmente, esto conduce a la muerte celular.

Según la Organización Mundial de Gastroenterología (OMGE), más de 50 millones de personas sufren de enfermedades hepáticas crónicas. La hepatopatía alcohólica es la más común en el mundo occidental.

Eliminar la proteína cGAS

El objetivo del estudio era determinar cómo el alcohol activa la molécula IRF3 y de qué manera la inflamación se propaga por todo el hígado. Entender este proceso es sumamente importante, ya que la reacción inflamatoria puede continuar incluso cuando la persona ha dejado de consumir alcohol.

Para ello, los investigadores alimentaron ratones con la dieta Lieber-DeCarli. Esta dieta líquida ha sido diseñada expresamente para estudiar el impacto del alcohol en los roedores.

Bajo la dieta Lieber-DeCarli, los niveles de cGAS e IRF3 aumentaron en el tejido hepático de los ratones.

Tras descubrir la correlación entre la ingesta de alcohol y la creación de estas moléculas, los investigadores crearon ratones genéticamente modificados que no tenían la proteína cGAS.

Cuando fueron expuestos al alcohol, estos ratones presentaban una menor activación de la molécula IRF3 y un daño hepático menor.  

Una opción

Los investigadores también identificaron otra molécula que activa la IRF3 y que mata a las células hepáticas: el Cx32. Tras inhibir a la molécula Cx32, los roedores también presentaban un daño hepático menor.

El equipo concluyó que un tratamiento enfocado en inhibir la producción de la proteína cGAS o la molécula podría frenar el deterioro hepático en millones de pacientes en todo el mundo.

Estos hallazgos fueron publicados en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS).

El siguiente paso será la realización de un estudio con humanos. «Como ya sabemos cuáles son los agentes clave en este proceso, tenemos metas para desarrollar un tratamiento», dijo Jay Luther, gastroenterólogo del Hospital General de Massachussetts.

Suraj J. Patel, el autor principal del estudio, coincidió con Luther y dijo que gracias a esta investigación se logró identificar la vía molecular que activa la hepatopatía alcohólica. «Hasta ahora, solo teníamos algunos indicios de cómo avanza la hepatopatía alcohólica. Ahora este estudio nos aportó las piezas faltantes en el rompecabezas», dijo Patel.