Todo lo que debes saber sobre la lubricación vaginal
La vagina es un conducto muscular que produce de forma natural una secreción lubricante, cuya función es actuar como un antibiótico natural y facilitar la actividad sexual.
Cuando una mujer se excita sexualmente, su vagina produce lubricación adicional, lo que reduce la fricción en la vagina y disminuye las probabilidades de irritación o dolor. Esto se traduce en un aumento de la comodidad durante el coito.
En caso de que exista sequedad vaginal -que es un problema muy común-, las mujeres pueden usar lubricante artificial para hacer que la actividad sexual sea más confortable.
Lubricación vaginal natural
La mucosa vaginal es naturalmente húmeda, gracias a las secreciones producidas por el cuello uterino y por las paredes vaginales. Además, las secreciones de las glándulas de Bartolino, dos estructuras del tamaño de una arveja que se ubican a la entrada de la vagina, ayudan a mantener los labios lubricados.
Durante la excitación sexual, las glándulas de Bartolino secretan mayor cantidad de líquido para reducir la fricción. La secreción vaginal normal es de aspecto claro, puede ser espesa o de consistencia ligera, y generalmente no tiene olor o es muy leve.
La cantidad producida y su consistencia suelen cambiar en diferentes momentos durante el ciclo menstrual, debido a la actividad sexual y al empleo de anticonceptivos.
La sequedad vaginal ocasional es algo que puede presentarse, pero aquella que se torna crónica puede ser indicativo de disminución de los niveles de estrógeno, menopausia o atrofia vaginal.
Cuándo usar lubricante
Es común, incluso entre mujeres sanas, que la vagina produzca una cantidad de secreción que sea insuficiente para lubricar eficazmente.
En estos casos, un lubricante íntimo o artificial suple la carencia de secreciones vaginales naturales para que la vagina se sienta más húmeda.
Una mujer puede optar por usar lubricante íntimo cuando se experimenta sequedad vaginal en los siguientes casos:
- Uso de alguna medicación.
- Cambios en los niveles hormonales durante el embarazo o posparto.
- Menopausia.
- Cuando la vagina no produce suficiente lubricación y se torna incómoda la relación sexual.
- Al experimentar dolor o prurito (picazón) vaginal, debido a una gran sensibilidad de la mucosa vaginal.
- Cuando va a realizarse algún examen por vía vaginal, como por ejemplo, una ecografía trasvaginal.
Tipos de lubricantes vaginales
Estos productos están disponibles en muchas texturas, sabores y materiales diferentes para satisfacer las necesidades y preferencias del usuario.
Una persona que quiere probar lubricante artificial tiene varias opciones, entre las que se encuentran las siguientes:
Lubricantes a base de agua que contienen glicerina
Son bastante conocidos y usados, pero las opciones sin glicerina pueden ser más adecuadas para las mujeres que presentan una tendencia a infecciones por levaduras a repetición. Tienen la ventaja de ser seguros para usar con preservativos.
Lubricantes a base de silicona
Tienen mayor duración que los lubricantes a base de agua, lo que los convierte en una buena opción para las personas con sequedad vaginal severa o antecedentes de dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales).
Sin embargo, no son seguros para usar con juguetes sexuales de silicona y pueden dejar una sensación desagradable por su textura grasosa. Son seguros para usar con condones.
Lubricantes a base de aceite
Los lubricantes sintéticos a base de aceite, como el mineral y la vaselina, funcionan bien y están fácilmente disponibles, pero también pueden irritar la vulva y destruir los condones de látex.
Algunas mujeres usan aceite de coco para aliviar la sequedad vaginal, pero hay una falta de investigación sobre sus beneficios para la vagina.
Algunos lubricantes pueden afectar la función de los espermatozoides, lo que disminuye potencialmente las posibilidades de embarazo. Aquellas mujeres que están tratando de concebir deben elegir un lubricante que no dañe estas células.
Cremas hidratantes vaginales
Los humectantes vaginales proporcionan lubricación de acción prolongada y pueden ayudar con la sequedad crónica e intensa, pues sus efectos suelen durar varios días. Estos humectantes son seguros de usar junto con lubricantes vaginales.
Cremas de estrógenos
Estas cremas pueden tratar la sequedad vaginal secundaria a base de bajos niveles de estrógeno.
La mayoría de estas cremas requieren que la usuaria reduzca la cantidad empleada a lo largo del tiempo.
Las cremas de estrógeno dan buenos resultados, pero no son seguras para las personas que no toleran bien el estrógeno exógeno, por lo que se debe discutir con el médico los riesgos y los beneficios del uso de este producto.
Cómo usar lubricante
Al emplear lubricantes y humectantes de venta libre, las usuarias siempre deben seguir las instrucciones que figuran en la caja.
Se recomienda comenzar con la aplicación de una pequeña cantidad del producto y luego aumentarlo gradualmente, hasta que se sienta comodidad a nivel vaginal. Algunas mujeres experimentan mayor confort al aplicar el lubricante varias veces.
En algunos casos, puede resultar útil experimentar con diferentes tipos de lubricantes para evaluar cómo responde el cuerpo a estas composiciones diferentes.
En caso de sentir picazón o dolor después de usar alguno de estos productos, podría ser indicativo de una alergia o sensibilidad a un ingrediente presente en el lubricante.
Las cremas a base de estrógeno, a menudo, requieren receta médica. Además, se deben seguir las instrucciones de uso y la dosis recomendada por el médico.
Estas cremas pueden tardar un tiempo en funcionar, y la mayoría de las mujeres necesitan algunas semanas para sentir los resultados.
Riesgos y efectos secundarios
Si bien los lubricantes comerciales son seguros para la mayoría de las personas, pueden presentar algunos riesgos o inconvenientes que incluyen:
- Alergias
- Reacciones irritativas de la piel
- Micosis vaginal
- Interferencia en la fertilidad
- Requerir aplicación frecuente debido a su secado rápido
Por lo tanto, resulta conveniente informarse adecuadamente o pedir asesoría médica para aclarar las dudas y obtener los mayores beneficios posibles, en base a las necesidades individuales de cada mujer.