Prolapso uterino: todo lo que debes saber

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El prolapso uterino ocurre cuando los músculos y los ligamentos del suelo pélvico se debilitan y se estiran, por lo que el útero se desliza hacia la vagina o sobresale de ella. Es más común que afecte a las mujeres posmenopáusicas que tuvieron partos vaginales y su tratamiento depende de la gravedad del cuadro.

Tipos de prolapsos

El suelo pélvico es un entramado de músculos, ligamentos y tejidos que actúan a modo de hamaca para ofrecer sostén a los órganos pélvicos: el útero, la vagina, la vejiga, la uretra y el recto.

Si estos músculos se debilitan o los ligamentos y tejidos sufren distensión o se lesionan, los órganos pélvicos o el intestino delgado pueden sufrir un descenso y sobresalir de sus límites normales (prolapso) en la vagina.

En caso que el prolapso sea grave, los órganos pueden salir por la abertura de la vagina al exterior del cuerpo.

Por lo tanto, el prolapso de un órgano pélvico es básicamente una hernia a través de la que sobresale alguno de estos órganos porque se ha debilitado el tejido que los soportaba.

Existen diferentes tipos de prolapsos de órganos pélvicos afectados:

  • Prolapso del recto (rectocele) o del intestino delgado (enterocele).
  • Prolapso de la vejiga (cistocele) o de la uretra (uretrocele).
  • Prolapso vaginal (apical).
  • Prolapso del útero que, popularmente, se llama matriz caída.

A menudo, se presenta más de un tipo de prolapso.

Prolapso uterino: tipos y síntomas

En el prolapso uterino, este órgano desciende dentro de la vagina. Generalmente, se debe al debilitamiento de los tejidos y ligamentos que le brindan soporte. El útero puede prolapsar de las siguientes formas:

  • Hacia la parte superior de la vagina.
  • Por debajo de la abertura vaginal.
  • Parcialmente a través de la abertura.
  • A través de todo el trayecto de la abertura vaginal, que resulta en un prolapso uterino total (procidencia).

Los casos leves pueden ser asintomáticos hasta que la mujer envejezca. Cuanto más desciende el útero, más graves son los síntomas. Estos suelen aparecer al estar en posición vertical, al hacer presión sobre la zona o al toser. Desaparecen al acostarse y relajarse. A veces, el coito resulta doloroso.

Las manifestaciones del prolapso uterino o síntomas de la matriz caída de moderado a grave incluyen:

  • Sentir pesadez o “tirón” en la pelvis.
  • Tener la sensación de que el útero, la vejiga o el recto están agrandados o se desprenden a través de la vagina.
  • Notar que hay tejido que sobresale a través de la vagina.
  • Perder orina (incontinencia) o retenerla.
  • Experimentar dificultad para evacuar los intestinos.
  • Sentir que se está sentada sobre una pelota pequeña.
  • Experimentar una sensación de aflojamiento del tejido vaginal.

Los síntomas generalmente son más leves por la mañana y empeoran a medida que transcurre el día.

Como complicación mayor, el prolapso uterino puede asociarse con el prolapso de otros órganos pélvicos.

Causas

El prolapso uterino es resultado del debilitamiento de los músculos pélvicos y de los tejidos de sostén. Las causas de este debilitamiento son las siguientes:

  • Embarazo
  • Trabajo de parto difícil
  • Traumatismo durante el parto
  • Nacimiento de un bebé de gran tamaño
  • Nivel más bajo de estrógeno, como durante la menopausia
  • Sobrepeso u obesidad
  • Estreñimiento crónico
  • Enfermedades respiratorias con tos crónica
  • Fuerza excesiva en repetidas ocasiones

Diagnóstico y tratamiento

Para realizar el diagnóstico, se recurre a una exploración pélvica por parte de un ginecólogo.

También, pueden realizarse pruebas para determinar el funcionamiento de la vejiga para determinar si los fármacos o la cirugía son el mejor tratamiento.

En caso de existir llagas en la vagina o en el cuello uterino que sangran o duelen, es posible que el médico obtenga una muestra para que los profesionales del laboratorio la examinen.

El tratamiento del prolapso de órganos pélvicos busca reducir los síntomas de la mujer para mejorar su calidad de vida.

Los médicos comienzan estudiando de cerca a la paciente para evaluar la gravedad de sus síntomas y los resultados de distintos tratamientos, como los siguientes:

  • Ejercicios del suelo pélvico: A través de los ejercicios de Kegel se ayuda a disminuir la incontinencia por esfuerzo. Fortalecen los músculos pélvicos, pero no afectan al prolapso en sí, por lo que son más útiles si el problema es leve.
  • Fisioterapia del suelo pélvico: Para aquellas mujeres que tienen dificultades para contraer los músculos correctos, se les puede recomendar esta terapia.
  • Pesarios: En casos más avanzados, se emplean estos dispositivos que se colocan en la vagina. Sirven para elevar y dar soporte a los órganos pélvicos, pues reubican el útero, la vagina, la vejiga o el recto. Son muy eficaces para evitar la incontinencia de esfuerzo que se produce, por ejemplo, al practicar deportes de impacto.
  • Cirugía: En aquellos casos en los que los síntomas no responden a las otras terapias, se debe realizar una cirugía que refuerza los tejidos para evitar que el órgano descienda a través de la zona débil.

Prevención

Para reducir el riesgo de tener prolapso uterino, se recomienda:

  • Realizar ejercicios de Kegel regularmente
  • Tratar y prevenir el estreñimiento
  • Levantar objetos correctamente y evitar hacer fuerza excesiva 
  • Controlar la tos
  • Evitar el aumento de peso

Por eso, es importante enfatizar que los hábitos dietéticos y de estilo de vida saludable nos ayudan a prevenir enfermedades de diversos tipos.

Ante cualquier duda, conviene asesorarse por un médico, puesto que la prevención y la detección temprana de cualquier patología mejoran el tratamiento y el pronóstico.

Manual MSD y Clínica Mayo.