Píldora innovadora ayudaría a diferenciar entre un nódulo benigno y un cáncer mamario agresivo

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Alrededor de un tercio de las mujeres con nódulos de mama de tipo benigno o con cáncer mamario de evolución lenta se someten a procedimientos terapéuticos innecesarios- como cirugía o quimioterapia- porque los métodos de diagnóstico actuales no pueden diferenciar entre neoplasias benignas y agresivas. Además, la mamografía es una herramienta diagnóstica de sensibilidad restringida, ya que en algunos casos el tejido mamario denso oculta la presencia de tumores y provoca muertes por cáncer tratable.

En cuanto al diagnóstico, las imágenes moleculares presentan varias ventajas para detectar enfermedades como el cáncer de mama, ya que son capaces de brindar información tridimensional de gran precisión con el uso de biomarcadores específicos que se asocian a la enfermedad, hecho que no pueden lograr los análisis sanguíneos ni las imágenes anatómicas. Sin embargo, el alto costo y los riesgos de la radiación ionizante que se deben emplear para generar imágenes moleculares han impedido su uso para realizar un screening de manera más masiva.

Por su parte, los estudios clínicos han demostrado la capacidad de detectar tumores de mama utilizando sondas no específicas como el verde de indocianina, pero las limitantes asociadas han demostrado que no proporciona un beneficio significativo por sobre las técnicas de imagen no invasivas actuales.

 “Iluminando” el diagnóstico

Un equipo de investigadores de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, liderados por  Greg Thurber, han publicado recientemente unos prometedores hallazgos sobre diagnóstico molecular altamente específico para células tumorales mamarias en  la revista Molecular Pharmaceutics.

La investigación  se basa en la demostración de que los grupos sulfato– dotados de carga negativa- poseen un buen grado de absorción por vía oral y un nivel de selectividad adecuada para obtener imágenes moleculares fluorescentes útiles en la detección no invasiva de tejido patológico como el cáncer de mama.

Además, estos grupos funcionales incrementan las propiedades farmacocinéticas- como la afinidad por los ligandos- para optimizar el direccionamiento celular y compatibilidad con dispositivos de imágenes clínicas que utilizan radiación no ionizante segura (luz IR cercana).

Este hallazgo permitiría el desarrollo de una «píldora de cribado de enfermedades«, capaz de ser absorbida oralmente, con una buena biodisponibilidad sistémica, fijación a las células “blanco” con expresión de integrinas específicas, aclaramiento de fondo y obtención de imágenes tridimensionales clínicamente relevantes para la detección del cáncer mamario.

Este colorante, que se vuelve visible bajo la luz infrarroja, además de revelar con precisión dónde se encuentran los tumores, es capaz de aportar información sobre el tipo de tumor encontrado, al hacer visibles las diferentes moléculas presentes en la superficie de las células tumorales, lo que puede ayudar a los especialistas a diferenciar entre nódulos malignos y benignos, así como a evaluar el tipo de cáncer, ya que estas moléculas fueron capaces de responder en un tumor y el tejido inflamado presente en un grupo de ratones hembra estudiado.

Como beneficio adicional de esta a píldora transportadora de colorante infrarrojo está el hecho de su seguridad, ya  que los colorantes infrarrojos inyectables similares pueden generar reacciones adversas graves en algunas pacientes.

Desafíos diagnósticos y expectativas

Los investigadores tuvieron que vencer varios desafíos para lograr el diseño de un medio que permitiera de manera efectiva el acceso de las moléculas de la píldora desde su ingesta oral: seguida de su paso por el estómago sin ser degrada en su medio altamente ácido; pasar a nivel hepático sin modificaciones que volvieran inviable a colorante, hasta llegar al torrente sanguíneo, sin ser metabolizada a nivel hepático, para entregar estos químicos al torrente sanguíneo y de ahí al sitio donde se necesitan.

Además, las compatibilidades en cuanto a solubilidad son claves, según explica Thurber: «Para que una molécula se absorba en el torrente sanguíneo, debe ser pequeña y lipofílica, pero un agente de formación de imágenes debe ser más grande y soluble en agua, por lo que se necesitan propiedades exactamente opuestas«.

La  píldora de diagnóstico usada por este equipo se basó en el diseño de un medicamento anticancerígeno que no resultó eficaz en los ensayos clínicos de fase II, pero su composición era ideal para transportar macromoléculas al torrente sanguíneo, por lo que podía «encontrar su camino» de manera exitosa a cualquier tumor existente en el organismo, lo que resulta altamente esperanzador para obtener una herramienta diagnóstica certera, discriminativa, exenta de riesgos y contraindicaciones para las pacientes que lo requieran.