Pensar en el presente sirve para reducir el estrés

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Mientras se planifican las actividades con anticipación y se está consciente de la situación se puede tener una sensación de mayor bienestar y relajación. Esto se debe a que pensar en el presente y planificar el futuro sirve para reducir el estrés, según muestra un reciente estudio.

Sabemos que el estrés es una respuesta esencial para la supervivencia del sujeto. Pero cuando el organismo se altera muy fácilmente o hay demasiados factores estresantes a la vez, puede afectar la salud mental y física de una persona.

El estrés puede alterar, dentro de varias otras funciones, al  sistema inmunológico y, en consecuencia, poner en riesgo la salud física.

Luchar o huir

El estrés es la defensa natural del organismo contra los depredadores y contra el peligro. Hace que el cuerpo se inunde con hormonas que preparan al organismo para evadir o para enfrentar el peligro. 

Dentro de estas hormonas están el cortisol, epinefrina y noradrenalina. Esta oleada química desencadena variadas reacciones físicas, tendientes a mejorar la capacidad de respuesta ante una situación potencialmente peligrosa o amenazante.

Los factores ambientales que desencadenan esta reacción se denominan estresores. Como ejemplos están los ruidos, un automóvil a toda velocidad, un asalto, momentos de miedo en el cine o, incluso, una primera cita. 

Bienestar en el diario vivir

Un estudio, publicado en la revista Personality and Individual Differences, analizó los datos de 223 personas. Un total de 116 participantes tenían entre 60 y 90 años, y 107, entre 18 y 36 años.

Al iniciar el estudio, los voluntarios completaron una encuesta para determinar en qué medida practicaban el afrontamiento proactivo de manera rutinaria. Esta encuesta planteaba una variedad de afirmaciones y de preguntas como «visualizo mis sueños e intento alcanzarlos». Los participantes clasificaban cuán cierto era esto, puntuando en una escala de 1 a 4.

En el transcurso de 8 días, los investigadores entregaron a los participantes una lista de verificación diaria de 15 preguntas, cuyas respuestas debían ser sí o no. Estaban destinadas a determinar el nivel relativo de atención de la persona en ese día en particular. Un ejemplo de una de las aseveraciones fue la siguiente: «Olvidé el nombre de una persona casi tan pronto como me lo dijeron por primera vez».

Para evaluar la experiencia emocional negativa, los participantes calificaron una serie de sentimientos negativos, como ‘irritable’, ‘nervioso’ y ‘avergonzado’. Indicaron la intensidad de sus respuestas entre 1 y 5. 

Finalmente, los participantes respondieron sí o no a una serie de preguntas sobre eventos estresantes específicos. Los estresores incluyeron situaciones de índole social, familiar y laboral.

Según este estudio, se da una serie de mecanismos a través de los cuales el estrés puede afectar la salud mental de una persona. En primer lugar, está el evento estresante inicial. Secundariamente, ocurre la respuesta de la persona y, finalmente, resulta el estado emocional ocasionado por esta reacción.

El estudio analizó dos formas en las que las personas reaccionan al estrés:

  • El afrontamiento proactivo, que es una respuesta enfocada hacia situaciones venideras, e implica la planificación para evitar una situación estresante en el futuro. Algunas investigaciones previas lo habían señalado de utilidad para reducir el estrés.
  • La atención plena, donde la persona permanece en el presente durante un evento estresante, sin realizar juicios. Esto lleva a mantener una actitud de «apertura y de aceptación», según explican los autores del estudio.

Con respecto a este último punto, los investigadores han notado una reducción del estrés en aquellas personas que practican mindfulness (terapia basada en la atención plena), que se enfoca en las situaciones presentes.

Según el autor del artículo, profesor Shevaun Neupert, del Departamento de Psicología de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, «está bien establecido que los factores estresantes diarios pueden hacernos más propensos a tener un efecto negativo o mal humor. Nuestro trabajo aquí arroja luz adicional sobre qué variables influyen en cómo respondemos al estrés diario».

Afrontamiento proactivo más atención plena

Dentro de sus hallazgos, los autores observaron asociaciones entre el afrontamiento proactivo y la atención plena diaria para obtener una reducción de las emociones negativas.

Por otra parte, la investigación también indica que las personas que hacen planes, con proactividad alta pero que mantienen una baja atención plena diaria, pueden manifestar reacciones adversas más significativas frente a eventos estresantes.

Por lo tanto, pensar en el presente y planificar activamente sirve para reducir el estrés. Como dice Neupert: «Nuestros resultados muestran que una combinación de afrontamiento proactivo y alta atención plena hace que los participantes del estudio de todas las edades sean más resistentes contra los estresores diarios. Básicamente, descubrimos que la planificación proactiva y la atención plena representan aproximadamente una cuarta parte de la variación en la forma en la que los factores estresantes influyen en el efecto negativo».

Con respecto a la parte práctica de sus hallazgos, Neupert manifestó: «Las intervenciones dirigidas a las fluctuaciones diarias en la atención plena pueden ser especialmente útiles para aquellos que tienen un alto nivel de afrontamiento proactivo y que pueden estar más inclinados a pensar en el futuro a expensas de permanecer en el presente».

Los autores piensan que lo observado puede deberse a que «cuando uno planifica regularmente con anticipación a través de un afrontamiento proactivo, una persona se vuelve más experta en ese estado orientado hacia el futuro, pero a costa de ser más experta en un estado centrado en el presente».


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