Los 11 mitos más frecuentes sobre la salud mental

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Después de siglos de estar en las sombras y tras estigmas de larga data, la salud mental se está convirtiendo gradualmente en un tema que recibe más atención pública. Sin embargo, aún existe mucha ignorancia, debido a una gran variedad de mitos en torno a la mayoría de los trastornos mentales. Aquí, abordamos 11 ideas erróneas que son muy frecuentes entre el común de la gente y que es necesario desterrar.

Desmitificando la salud mental

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuando se refiere a la salud mental, relaciona términos como la promoción del bienestar, la prevención de trastornos mentales, junto con el tratamiento y la rehabilitación de las personas afectadas por estos trastornos.

Aunque la salud mental cada vez recibe más atención por parte de investigadores y entidades de salud pública, todavía persisten muchos mitos, conceptos erróneos y estigmatización en torno a las personas que padecen de alguna condición mental.

En el contexto de la cercanía del Día Mundial de la Salud Mental, el 10 de octubre, se enfatiza la importancia de la salud mental.

En esta nota revisamos 11 conceptos erróneos comunes sobre trastornos mentales:

1. Los trastornos mentales son poco frecuentes

La falsedad de esta afirmación está avalada por las estadísticas. Por ejemplo, en el 2001, la OMS estimó que «1 de cada 4 personas en el mundo se verá afectada por trastornos mentales o neurológicos en algún momento de sus vidas».

En la actualidad, unos 450 millones de personas padecen algún problema mental. Como explica la OMS, los trastornos mentales se encuentran «entre las principales causas que afectan la salud y provocan discapacidad en todo el mundo».

Dentro de los trastornos más comunes, la depresión afectó a más de 264 millones de personas en todo el mundo en el 2017.

Los datos del 2019 sobre salud mental en México estiman que un 18 % de la población urbana en edad productiva (15 a 64 años de edad) padece algún trastorno del estado de ánimo, como depresión, ansiedad o fobia. Además, tres millones de personas sufren adicción al alcohol, 13 millones son fumadoras y existen más de 400 000 adictas a fármacos psicotrópicos.

2. Los ataques de pánico pueden ser mortales

Si bien los ataques de pánico son extremadamente desagradables, pues implican un latido acelerado y una sensación de muerte inminente, no son fatales en sí.

Sin embargo, alguien que está teniendo un ataque de pánico podría ser más propenso a sufrir un accidente grave que le ocasione la muerte. 

3. Las personas con problemas mentales no pueden trabajar

Es cierto que existen condiciones de salud mental particularmente graves que impiden realizar un trabajo regular, pero la mayoría de las personas con algún problema de salud mental pueden ser tan productivas como el común de los trabajadores.

Un estudio estadounidense publicado en el 2014 encontró que «las tasas de empleo disminuyeron con el aumento de la gravedad de las enfermedades mentales».

4. Los trastornos mentales indican debilidad

Los trastornos de salud mental son enfermedades, no signos de un «carácter débil». Es más, muchos de ellos están asociados con factores genéticos o ambientales adversos.

5. Las personas sin amigos son las que necesitan terapeutas

El hecho de hablar con un amigo y asistir a terapias de conversación estructuradas con profesionales distan mucho entre sí. Si bien ambas pueden ayudar a las personas con enfermedades mentales, solo un terapeuta capacitado puede abordar los problemas con un objetivo de salud y de manera constructiva.

Además, no todos pueden hacerles confidencias a sus seres más cercanos. La terapia está totalmente enfocada en el consultante, es de carácter confidencial y objetiva, lo que no es posible en conversaciones de índole informal con las amistades o familiares.

6. Los problemas mentales son de tipo permanente

El diagnóstico de un problema mental no es necesariamente permanente. Algunas personas pueden tener episodios o reagudizaciones, entre los cuales vuelven a su estado de «normalidad». Otros pacientes reciben tratamientos (medicamentos o terapias psicológicas) que les permiten superar alguna situación o restablecen su equilibrio.

Además, hay que considerar que la «recuperación» de la salud mental tiene diferentes significados para las personas. Esta puede implicar, para algunos, el regreso a su estado previo al inicio del cuadro clínico. Para otras, significa la atenuación de los síntomas y el retorno a una vida satisfactoria, aunque sea diferente a sus condiciones previas.

7. La adicción se debe a la falta de fuerza de voluntad

Los trastornos por consumo de drogas son enfermedades crónicas, en las cuales pueden actuar múltiples factores, entre los que la fuerza de voluntad no es decisiva a la hora de salir de la adicción.

Según un artículo publicado en Addictive Behaviors Reports, los investigadores encontraron que «las personas con adicciones no parecen tener poca fuerza de voluntad; más bien, la recuperación depende del desarrollo de estrategias para preservar la fuerza de voluntad controlando el medio ambiente».

8. Los esquizofrénicos tienen una personalidad dividida

Si bien el término esquizofrenia significa «división de la mente», se debe a que Eugen Bleuler, al acuñar este término en 1908, quería «capturar la fragmentación y desintegración de la mente y el comportamiento como la esencia del trastorno».

Según la OMS, la esquizofrenia «se caracteriza por distorsiones en el pensamiento, la percepción, las emociones, el lenguaje, el sentido del yo y el comportamiento». Estas distorsiones pueden incluir alucinaciones y delirios.

9. Los trastornos alimentarios solo afectan a las mujeres

El estereotipo de que los trastornos alimentarios afectan preferentemente a mujeres jóvenes, blancas y adineradas está fuertemente arraigado. 

Sin embargo, un estudio que investigó los trastornos alimentarios durante un período de 10 años descubrió que los incrementos más significativos en su prevalencia se produjeron entre los hombres, las personas de menores ingresos y aquellos de 45 años o más.

Otra investigación evidenció que los hombres representan entre el 10 y el 25 % de todos los casos de anorexia y bulimia nerviosa, así como el 25 % de los trastornos por atracón.

10. Los trastornos alimentarios constituyen una elección de vida

Los trastornos alimentarios son el resultado de una alteración de la imagen corporal de quien los sufre y representan un serio riesgo para la salud, lo que puede llevar a casos extremos.

11. Todos los enfermos mentales son violentos

Se sabe que, incluso las personas con afecciones más graves como la esquizofrenia, son pacíficas en su mayoría.

Si bien una con determinadas patologías mentales puede volverse violenta e impredecible, los autores de una investigación de los vínculos entre la salud mental y la violencia ayudan a explicar por qué la exacerbación de este mito puede haberse masificado: «La violencia llama la atención en los medios de comunicación […]. En el contexto de la enfermedad mental pueden ser especialmente sensacionalistas, lo que solo profundiza el estigma que ya impregna la vida de nuestros pacientes».

Los autores de la revisión concluyen que las personas con enfermedades mentales, que reciben una terapia adecuada, no presentan un mayor riesgo de violencia dentro de la población general. Es más, las personas con trastornos mentales son, con mucha más frecuencia, las víctimas de hechos violentos.

Existen algunos tipos de trastornos mentales que hacen a sus afectados más propensos a ser violentos, como las personas con tipos particulares de enfermedades mentales graves: esquizofrenia y trastorno bipolar. Además, las tasas de violencia aumentan significativamente en pacientes con «triple morbilidad», como aquellos con un trastorno mental severo, sumado al consumo de sustancias y personalidad antisocial.

Considerando que las afecciones de salud mental son comunes y afortunadamente existen tratamientos disponibles, es un trabajo de toda la sociedad desterrar los mitos y el estigma asociados a los trastornos mentales. 

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