Dietas para cuidar tu salud y el planeta

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Un nuevo informe elaborado por el World Wide Fund for Nature (WWF) enfatiza la urgente necesidad de los seres humanos de transformar los nefastos sistemas alimentarios existentes. Para esto, las «dietas basadas en el planeta» pueden reducir la emisión de gases de efecto invernadero, la pérdida de biodiversidad, el uso de tierra agrícola y las muertes prematuras.

Dietas basadas en el planeta

El WWF es una organización no gubernamental que se encarga de la conservación y protección del ambiente. Recientemente, entregó su último informe llamado Bending the Curve: The Restorative Power of Planet-Based Diets, donde indica que las «dietas basadas en el planeta» consisten en patrones de alimentación que pueden redundar en enormes beneficios para el mundo y para la vida humana.

Estos beneficios son la reducción global de lo siguiente:

  • Las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 30 % a partir de la producción de alimentos
  • La pérdida de vida silvestre en hasta un 46 %
  • El uso de la tierra agrícola en al menos un 40 %
  • Las muertes prematuras en al menos un 20 %

Según WWF, las dietas basadas en el planeta garantizarán que todos los seres humanos dispongan de alimentos saludables y nutritivos. A la vez, ayudarán a revertir los impactos negativos del sistema alimentario, pasando de uno que explota y destruye el planeta a otro restaurador y que asegura el bienestar global.

¿Cuál es el impacto de las dietas en el planeta?

La producción de alimentos en el planeta daña no solo al ecosistema, sino también genera un enorme impacto en la salud humana, como mencionaron en la reciente Cumbre de la ONU sobre biodiversidad.

La crisis climática y la destrucción de la naturaleza han sido impulsadas en gran medida por nuestro sistema alimentario que está dejando a la humanidad en un estado de inminente emergencia planetaria.

En relación con las pandemias, se sabe que uno de los principales impulsores de las enfermedades infecciosas emergentes, como la COVID-19, son la conversión sostenida de tierras para la agricultura, la ganadería intensiva y el comercio ilegal de especies silvestres usadas a menudo para el consumo.

Si bien no existe una solución única para todos los países, debido a su situación particular, debe haber una reducción significativa en el consumo de alimentos de origen animal o debe incrementarse la ingesta de vegetales provenientes de cultivos propios de la región.

¿Por qué el consumo de alimentos genera mayor impacto ambiental?

El sector agroalimentario necesitará cubrir la demanda de alimentos de aproximadamente mil millones de personas más en el 2030, que se sumarán a las 7 500 millones que actualmente habitan el planeta. Es el área que más emisiones de gases con efecto invernadero metano (CH4) y óxido nitroso (N2O) genera.

Estos gases, en un lapso de un siglo, tienen un potencial de calentamiento global entre 32 y 297 veces mayor que el del dióxido de carbono (CO2), que es otro gas de efecto invernadero de gran envergadura.

Principalmente, provienen del proceso digestivo de los rumiantes, el tratamiento del estiércol, los terrenos inundados como los arrozales y el empleo de fertilizantes nitrogenados para optimizar la producción de vegetales.

Todo esto viene relacionado con otras actividades que dañan la naturaleza, como la deforestación, el uso excesivo del agua, la contaminación, la producción de desechos no biodegradables, entre otros aspectos.

¿Cómo disminuir el daño al planeta con dietas específicas?

Para tener éxito a nivel nacional y mundial, para revertir los daños graves ocasionados al ecosistema y a la salud humana, la WWF ha concluido que se requieren cinco acciones estratégicas que pueden verse fuertemente influenciadas por la realización de dietas. Estas son:

Revertir la pérdida de biodiversidad

Esta estrategia tiene por objetivo reducir de manera rápida y llegar a la pérdida cero de biodiversidad, debido a la producción de los alimentos. Su realización será a través del uso de sistemas agrícolas que permitan restaurar y mantener estas poblaciones sin poner en riesgo las dietas nutritivas.

Reducir el total de emisiones de gases de efecto invernadero debido a la producción de alimentos

Se trata de llegar a un máximo de 5 Gt CO2-eq, total permitido de emisiones globales (o presupuesto de carbono), derivadas de la comida destinada a nuestras dietas.

Alimentar a la humanidad con la tierra de cultivo existente

El objetivo de esto es detener la expansión de nuevas tierras de cultivo o cualquier terreno de uso agrícola que sea obtenido a expensas de los hábitats naturales para el abastecimiento de la futura demanda de alimentos.

Lograr emisiones de carbono negativas

Para esto, se pueden liberar tierras agrícolas existentes por reforestación e implementar de forma rápida las prácticas de producción de alimentos que incrementen el almacenamiento de carbono en tierras de cultivo existentes.

Optimizar el rendimiento de los cultivo

Esto pretende utilizar todas las tierras agrícolas a través de la optimización del rendimiento de los cultivos. Se logra mediante prácticas que tiendan a una mejor producción de alimentos para utilizar de manera más eficiente el agua y los fertilizantes, preservar las funciones del ecosistema y contribuir a la resiliencia ecológica, a la vez que se fomenta una dieta saludable y nutritiva.

La implementación de estas medidas dependen no solo de las políticas gubernamentales locales y nacionales, sino también de nuestra propia conciencia.


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