Colitis ulcerosa: hallan posible tratamiento con atorvastatina

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Un nuevo estudio realizado por la Universidad de Stanford, en California, les ha brindado esperanza a las personas que sufren de colitis ulcerosa, una enfermedad que causa inflamación y úlceras en el intestino y para la cual no existe una cura definitiva.  

Los fármacos bajo estudio como posible tratamiento para esta condición son las estatinas, normalmente recetados para reducir el colesterol.

La colitis ulcerosa produce lesiones inflamatorias crónicas en el intestino grueso. Foto: Alimmenta.

¿Qué es la colitis ulcerosa?

La colitis ulcerosa es una enfermedad que causa lesiones inflamatorias crónicas en el revestimiento del intestino grueso (colon) y del recto. Los síntomas incluyen dolor abdominal, sangre en las heces, estreñimiento y fatiga. También puede ocasionar pérdida de peso, fiebre y anemia. Dichos síntomas se manifiestan en brotes (fases activas) y períodos de remisión (fases inactivas).

Aunque esta condición no es mortal, puede resultar altamente debilitante, sobre todo si los medicamentos antiinflamatorios no surten efecto. Además, puede desencadenar otras condiciones como la dilatación del colon, inflamación ocular, de las articulaciones, o del hígado, o cáncer de colon.

Las causas de la enfermedad se desconocen, aunque se cree que puede deberse a una interacción de factores genéticos, ambientales (el estrés, el consumo de ciertos alimentos, y exposición al humo del tabaco u otras formas de contaminación) y cambios en la microbiota intestinal, lo cual altera el sistema inmunológico y desencadena una respuesta inflamatoria anómala que se perpetúa en el tiempo y produce la enfermedad.

La enfermedad comienza en la zona del recto y puede concentrarse allí o extenderse a las partes más altas del intestino grueso. Con el paso del tiempo, la enfermedad puede extenderse a todo el intestino grueso. La colitis ulcerosa puede afectar a cualquier grupo etario y grupo étnico. Afecta por igual a hombres y mujeres y es más común en los países desarrollados y en las zonas urbanas.

La colitis ulcerosa es una enfermedad inflamatoria intestinal (EII), grupo que también engloba la enfermedad de Crohn y que afecta a más de 11.2 millones de personas en todo el mundo. Ambas condiciones son patologías crónicas sin un tratamiento definitivo.

La EII suele tratarse con inmunomoduladores, esteroides o aminosalicilatos. Sin embargo, los dos últimos pueden presentar efectos secundarios adversos. En casos muy severos en los que el paciente no responde al tratamiento puede ser necesaria una colectomía total o parcial (un procedimiento quirúrgico mediante el cual se extirpa todo o parte del colon). Según la Asociación Americana de Gastroenterología, alrededor del 10-15% de las personas con colitis ulcerosa necesitarán una colectomía.

¿En qué consiste el estudio?

Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford, en California, Estados Unidos, analizó el impacto de fármacos ya aprobados por la Administración de Alimentación de Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) para otros usos, en personas con colitis ulcerosa.

Esto se conoce como “reutilización de medicamentos” (repurposing drugs) y resulta más rápido y menos costoso que el desarrollo de nuevos tratamientos porque ya se cuenta con datos clínicos sobre la seguridad de dichos fármacos.

“Aproximadamente, el 30% de los pacientes con colitis ulcerosa eventualmente tienen que someterse a una colectomía como último recurso. Es una medida drástica; se está extirpando parte de su cuerpo. Entonces pensamos: ‘¿Podemos usar los datos disponibles para ver si los medicamentos que ya están aprobados por la FDA pueden reutilizarse para tratar mejor a estos pacientes?’» explicó Purvesh Khatri, profesor asociado de medicina y ciencia de datos biomédicos, quien dirigió la investigación.

En lugar de realizar un ensayo clínico, los investigadores cruzaron conjuntos de datos genómicos y experimentales, y lograron identificar tres medicamentos que revirtieron definitivamente la firma genética de la colitis ulcerosa. Los dos primeros eran medicamentos de quimioterapia, que no se les podrían recetar a los pacientes de colitis ulcerosa debido a la gravedad de los efectos secundarios, y el tercero era la atorvastatina, una estatina que se comercializa bajo la marca Lipitor. Dicho medicamento disminuyó significativamente la tasa de tratamiento quirúrgico para la colitis ulcerosa, la necesidad de administrar medicamentos antiinflamatorios para dicha condición y las tasas de hospitalización.

Estos hallazgos se publicaron en el Journal of the American Medical Informatics Association.

¿Qué es la atorvastatina y cómo funciona?

La atorvastatina pertenece a un grupo de medicamentos conocidos como estatinas, los cuales regulan los lípidos como el colesterol y los triglicéridos en la sangre. Suelen recetarse para personas con niveles altos de colesterol o que sufren de enfermedades cardiovasculares, cuando una dieta baja en grasas y cambios en el estilo de vida no han surtido efecto.

Estudios anteriores ya habían demostrado que la atorvastatina y otras estatinas tienen efectos antiinflamatorios y promueven la muerte celular programada. Dichas sustancias regulan a la baja los mediadores moleculares que causan la inflamación. Por ello, Khatri y su equipo decidieron analizar en mayor detalle el impacto de estos fármacos en pacientes con colitis ulcerosa.

El estudio encontró que las personas con colitis ulcerosa que tomaban estatinas, independientemente de su edad, presentaban una disminución de un 50% en las tasas de colectomía y tenían menos probabilidades de ser hospitalizadas. Además, se les prescribieron otros medicamentos antiinflamatorios en menor proporción.

La atorvastatina regula los lípidos en el organismo. Foto: heb.com.mx

¿Cuáles serán los siguientes pasos en esta investigación?

Aunque encontraron que los pacientes con colitis ulcerosa respondían de manera positiva al tratamiento con estatinas, todavía no comprenden los mecanismos implicados en las propiedades antiinflamatorias de dichos fármacos. Khatri explicó que los siguientes pasos serán entender dicho mecanismo y comprobar si otras estatinas tienen el mismo impacto que la atorvastatina.

También será necesario realizar estudios prospectivos que analicen el impacto de las estatinas en pacientes con colitis ulcerosa a lo largo del tiempo, ya que este estudio se basó únicamente en datos retrospectivos. “Mi opinión (muy sesgada) sobre este trabajo es que subraya cómo podemos integrar la ciencia de la medicina (datos moleculares) con la práctica de la medicina (registros de salud electrónicos) para acelerar la interpretación clínica”, explicó Khatri.

Fuentes consultadas: Medical News Today, Medline Plus, Journal of the American Medical Informatics Association, Confederación ACCU, Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.


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