Análisis para COVID-19: ¿en qué se diferencian?

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Para diagnosticar la COVID-19 existen distintas pruebas. El análisis de referencia es la reacción de polimerasa en cadena de transcriptasa reversa (RT-PCR), que se emplea para determinar si en el momento la persona tiene la enfermedad. Por otra parte, el análisis de anticuerpos determina si la persona los desarrolló después de tener la COVID-19.

¿Qué análisis se usan para diagnosticar la presencia del virus?

En el sitio web de la Food and Drug Administration (FDA) se muestran los tipos de pruebas que están aprobados para diagnosticar la COVID-19:

Prueba RT-PCR

La técnica de laboratorio llamada reacción de polimerasa en cadena con transcriptasa inversa (RT-PCR) detecta el ARN viral, que es el material genético del virus SARS-CoV-2 causante de la COVID-19.

Esta prueba es indicada cuando se trata de hacer cribados o existe un elevado número de asintómaticos, como, por ejemplo, los internados en clínicas y hospitales.

Se obtiene una muestra de exudado nasal o faríngeo a través de un hisopo. También, se puede realizar con una muestra de saliva. Esta prueba es muy exacta cuando se lleva a cabo de manera adecuada por un profesional idóneo y dentro del período en el que existe una carga viral suficiente para ser detectada.

Este método es considerado “de referencia” para diagnosticar la enfermedad, pero hay que considerar que dentro de los métodos diagnósticos existen los “falsos negativos”, que corresponden a aquellos casos en los que tienen el virus, pero no es detectado.

Los resultados pueden tardar unos días si se envían a un laboratorio externo, dependiendo de la carga de análisis que estén procesando.

Prueba de antígeno

Esta prueba para la COVID-19 detecta la presencia de ciertas proteínas específicas pertenecientes al virus causante: el SARS-CoV-2.

También se usa un hisopo para tomar una muestra de secreción nasal y sus resultados pueden obtenerse en minutos.

Si bien su rapidez es una ventaja en la detección precoz de la COVID-19, estos exámenes solo son efectivos durante los primeros 5 días de la enfermedad y siempre y cuando el paciente evidencie síntomas. Por lo tanto, no sirven para detectar casos asintomáticos o presintomáticos. 

El resultado también puede dar falsos negativos, por lo que, de acuerdo con la situación, el médico podría recomendar una prueba RT-PCR para confirmar un resultado negativo del examen de antígeno.

¿Cuándo y por qué se debe hacer el análisis de anticuerpos?

El análisis de anticuerpos, también conocido como prueba serológica, generalmente se hace después de que el paciente se recuperó totalmente de la COVID-19.

Esta prueba requiere la toma de una muestra de sangre, que después se analiza para determinar si la persona desarrolló anticuerpos contra el virus.

Este análisis se basa en el sistema inmunitario que produce anticuerpos específicos, que son proteínas producidas por un tipo de glóbulos blancos para combatir y eliminar el virus.

Si los resultados de los análisis muestran la presencia de anticuerpos, indica que es probable que la persona tuvo COVID-19 en algún momento. También, puede implicar que posee cierto grado de inmunidad, pero aún no se sabe si estos anticuerpos protegen contra una reinfección ni cuánto duran.

El  momento en el que se hace esta prueba afecta a su exactitud, por lo que se recomienda hacerla por lo menos 14 días después de la aparición de los síntomas.

En el caso de las personas que se han recuperado de COVID-19 y que presentan una cantidad elevada de anticuerpos, pueden donar plasma (plasma convaleciente) que se puede emplear para tratar a paciente con una enfermedad grave, ya que incrementa su capacidad para combatir el virus.

Un estudio reveló que los anticuerpos de la mayoría de las personas infectadas permanecen estables en la sangre por casi dos meses después del diagnóstico de COVID-19. Sin embargo, también evidenció que no todas las personas expuestas al virus desarrollan anticuerpos.

¿Cómo las pruebas de COVID-19 ayudan a reducir el contagio?

Con la realización de las pruebas diagnósticas para la COVID-19 se detectan a aquellas personas con un resultado positivo y que tienen síntomas para que puedan recibir atención más rápidamente.

Además, hace posible identificar a los contactos y a los asintomáticos, a fin de comenzar el aislamiento o la cuarentena para ayudar a detener la trasmisión del virus.

Pero, dado que no hay ninguna prueba para la COVID-19 que sea 100 % exacta por las limitaciones técnicas inherentes a todo análisis, se puede obtener un resultado negativo y en realidad estar infectado (falso negativo), o tener un resultado positivo y no estar infectado (falso positivo), que es considerablemente menos común.

¿Qué hacer para realizarse una prueba de COVID-19?

En el caso de que la persona quiera hacerse un análisis, debe ponerse en contacto con su departamento de salud local o visitar el sitio web que su gobierno indica para obtener información sobre las pruebas.

Si la persona presenta síntomas de la COVID-19, debe comunicarse con su médico, que le indicará una prueba.

El acceso a cualquiera de estas pruebas depende de dónde viva la persona, si hay disponibles y si se considera que tiene síntomas compatibles con la enfermedad que ameriten un testeo.

Con información de Clínica Mayo y del Comunicado emergente sobre el uso de pruebas para la detección de antígeno SARS-CoV-2 en México.