Mexicanos desarrollan nuevo tratamiento para el trastorno límite de personalidad
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, en su quinta edición clasifica a los tipos de personalidad en tres grupos:
- A: trastornos de personalidad paranoide, esquizotípico y esquizoide.
- B: trastorno antisocial, histriónico, narcisista y el trastorno límite de personalidad.
- C: trastornos por evitación, el obsesivo compulsivo y el dependiente.
En el caso del trastorno límite de personalidad (TLP) se trata de una afectación mental por la cual una persona tiene patrones prolongados de emociones turbulentas o inestables.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, estas experiencias pueden desatar acciones impulsivas y relaciones caóticas con otras personas.
Sus principales características son una alteración a nivel conductual y cognitivo. Los científicos lo conceptualizan como labilidad afectiva.
Hasta ahora, las causas de ese padecimiento no son claras. Algunos las relacionan con factores genéticos, familiares y sociales.
Los especialistas indican que los factores de riesgo pueden ser: abando; vida familiar disociada; comunicación deficiente en la familia; abuso sexual, físico o emocional.
De igual manera, la labilidad afectiva, la impulsividad, la poca tolerancia a la frustración, tienen antecedentes de consumo de sustancias como alcohol, tabaco, cannabis, anfetaminas, cocaína; también experiencias con embarazos no planeados, múltiples parejas sexuales o abortos.
Investigadores de la maestría en psicología clínica de la Universidad Autónoma de Coahuila (Uadec) estudian nuevas alternativas de protocolos de intervención para esta psicopatología.
José González Tovar, coordinador de la Facultad de Psicología de la Uadec, señala que el TLP es una de las patologías con mayor aumento en epidemiología, tanto a nivel nacional como internacional. Además, suele confundirse con otros trastornos; por lo cual, su diagnóstico es difícil.
El TLP es complejo, aseguran los expertos; asimismo, tiene relación con conductas disfuncionales y erráticas que para el individuo no resultan evidentes.
Las personas con TLP son antisociales, narcisistas, ansiosas y con tendencia a la depresión. Difícilmente encuentra por sí solas la manera de salir de sus estados emocionales complicados; de tal manera que pueden llegar hasta la autolesión.
Los integrantes de la Uadec trabajan el TLP en el contexto de Coahuila. En sus observaciones han detectado la relación de este trastorno con la tendencia a la ideación en intento suicida; así como a la depresión y a la ansiedad.
Dadas las múltiples características y síntomas, es difícil detectar y contar con cifras sobre la presencia de TLP en la población.
A pesar de lo anterior, se han identificado más caso en mujeres que en hombres; dicha diferencia es debido a que ellas acuden con mayor frecuencia a solicitar apoyo médico y/o psicológico.
Ante tal situación, surgió el proyecto de protocolos de intervención con tres casos diagnosticados. Los sujetos de estudio fueron mujeres de entre los 22 y 27 años, madres de familia y con pareja. A estas mujeres se les aplicó una batería de pruebas BDI, ISRA, CEper-III; inventario de creencias irracionales de Albert Ellis; y la escala de impulsividad de Barratt.
En los resultados registraron:
- A una de ellas con tendencia a la inestabilidad emocional;
- en otra, predominaba la impulsividad y la poca tolerancia a la frustración;
- la tercera tenía ciertos cuadros disfuncionales tanto en lo conductual como en lo emocional.
A partir de esos registros se desarrolló una propuesta de protocolo de intervención para personas diagnosticadas con TLP.
La propuesta consiste en 22 sesiones donde se especifican los objetivos, las técnicas y un segmento “tarea”; esto último, para concientizar al paciente sobre la relevancia de las actividades de cada sesión y el trabajo fuera de la clínica.
El protocolo se centra en la empatía, para el apego y adherencia; en la psicoeducación, para identificar las dificultades a nivel conductual, cognitivo; y en lo emocional para prevenir conductas de riesgo.
De forma adicional, se trata de identificar y corregir distorsiones cognitivas y creencias irracionales, con la finalidad de trabajar específicamente en ellas.
Los especialistas agregaron que es importante continuar con el proyecto para afinar la parte de la intervención y mejorarla. Igualmente es necesario realizar una base test y postest.
Con información de Conacyt.