Descubren nueva herramienta para combatir enfermedades raras
Las enfermedades raras se definen de diferente manera según el país. En las naciones de la Unión Europea, toda enfermedad que afecta a menos de 5 personas por cada 10 mil se considera rara. En otros, con sólo un paciente por cada 10 mil basta para considerar al padecimiento como raro.
Según la Agencia Europea de Medicamentos, existen entre 5 mil y 8 mil enfermedades raras. Estos desórdenes pueden ir desde la fibrosis quística y la hemofilia, hasta el síndrome de Angelman.
Debido a esas cifras, desde 1997, la Comisión Europea ha apoyado las iniciativas en el tema; con la finalidad de que el diagnóstico de estas enfermedades sea más rápido y también se cuente con tratamientos disponibles.
Fenilcetonuria, la enfermedad que no descompone proteínas
Existen enfermedades genéticas hereditarias. En estas enfermedades, un individuo es incapaz de producir sustancias vitales para el desarrollo y funcionamiento de su cuerpo; todo por un gen mutado.
En algunas ocasiones, esto se puede arreglar con un sustituto sintético. No obstante, existen personas con enfermedades raras como la fenilcetonuria (PKU); esto significa que carecen de una enzima esencial para descomponer las proteínas.
Sin ella, los químicos tóxicos se acumulan en la sangre y pueden causar daño cerebral permanente.
Para tratar la PKU, los médicos ponen a sus pacientes en una dieta baja en proteínas por el resto de su vida. Aunque la solución parece muy fácil, en los hechos, controlar la dieta puede resultar complicado; por esta razón, investigadores están explorando nuevas estrategias y herramientas de tratamiento.
Una de ellas implica el uso de la edición de genes para corregir mutaciones. Sin embargo, esta tecnología aún es arriesgada; pues existe la posibilidad de alterar otros genes y causar daños colaterales.
Para evitar lo anterior, científicos de la compañía Synlogic, en Cambridge, Massachusetts, introdujeron genes terapéuticos directamente en bacterias naturales del intestino humano; dicho de otra manera, no afectaron los del genoma humano.
Las bacterias modificadas genéticamente se encargaron de producir las enzimas que los pacientes con PKU no tenían.
Gracias al microbioma, nuestro intestino es capaz de digerir los alimentos y educar a nuestro sistema inmunológico.
En el microbioma se albergan millones de genes distintos en sus genomas; además, superan en número a los genes humanos. Así, según los investigadores, se pueden usar en propio beneficio.
El microbio elegido por los especialistas fue el coli Nissle 1917; éste ha sido también utilizado como probiótico y es muy común en las personas. A partir de él, los investigadores de Synlogic crearon una nueva “súper bacteria” a la que nombraron: SYNB1618.
Para crearla, introdujeron tres genes que permitieron a SYNB1618 transformar uno de los componentes básicos de la fenilalanina en un compuesto seguro llamado fenilpiruvato.
Con el fenilpiruvato, los niveles de fenilalanina se mantienen bajos; con niveles bajos, los pacientes de PKU están en buenas condiciones de salud.
En SYNB1618, los científicos eliminaron al gen responsable de producir el ingrediente esencial para que las bacterias se desarrollen; si ese ingrediente no existe, las bacterias diseñadas no podrán replicarse.
En las pruebas de laboratorio, lo anterior significó que la súper bacteria es capaz de convertir la fenilalanina. Posteriormente, se probó en ratones. Cuarenta y ocho horas después, la fenilalanina de sus intestinos se degradó.
Los científicos señalaron haber tomado también otras precauciones; de hecho, indicaron, los genes agregados al proceso de fenilalanina contienen los mismos genes que el original E. coli Nissle 1917; por lo cual se garantiza su seguridad.
Con esa certeza, los investigadores hicieron pruebas en monos sanos (sin PKU). También notaron reducción de fenilalanina en la sangre de estos animales.
Dados estos resultados, el laboratorio Synlogic ha comenzado las pruebas en una persona como un nuevo enfoque terapéutico.
Si esto resulta exitoso, el nuevo tratamiento sería capaz de tratar enfermedades raras; pero, de igual manera, padecimientos como la diabetes, el cáncer o los niveles de inflamación de otros desórdenes.