Todos los síntomas del COVID conocidos hasta ahora
El nuevo SARS-CoV-2 puede causar un cuadro clínico muy variado, con manifestaciones de leves a graves, con efectos asociados que pueden ser devastadores e inusuales. Todos los signos y síntomas de COVID-19 conocidos afectan a variadas zonas, desde el cerebro hasta el corazón, los pulmones, el intestino y los dedos de los pies.
La covid-19 se encuentra entre las nuevas enfermedades virales más peligrosas, difíciles de tratar y llenas de complicaciones que no se han visto tal vez en décadas.
Posterior a la infección, al igual que con la gripe o con otras infecciones virales, el SARS-CoV-2 desaparece después de varios días, debido a una respuesta eficiente del sistema inmune que neutraliza el virus.
Pero en algunas personas, especialmente en aquellas mayores de 65 años o con patologías crónicas subyacentes, la respuesta inflamatoria se descontrola, lo que causa un daño celular irreparable. Además, aparece el riesgo de trombos, entre otras complicaciones.
Diferentes respuestas celulares
La infección por el SARS-Cov-2 comienza generalmente en la garganta, lo que puede ocasionar síntomas similares a un cuadro gripal sin mayor gravedad. Asimismo, los virus, protegidos por una cubierta de moco, pueden llegar desde la garganta hasta el estómago. Desde este punto pueden extenderse a otros lugares a través del sistema digestivo, incluido los pulmones, y al torrente sanguíneo.
Los pulmones contienen una gran concentración de células con receptores para la ECA2, a través de los cuales el SARS-CoV-2 penetra en las células, donde comienza a reproducirse. Este proceso lesiona y destruye las células pulmonares, lo que desencadena una respuesta inmune masiva que, a menudo, se torna grave y requiere internación.
Pero existen otras células dotadas de estos receptores para ECA2, como los vasos sanguíneos, en la barrera hematoencefálica, en los intestinos y en las terminaciones nerviosas, lo que podría explicar por qué este coronavirus puede afectar a tantas áreas del cuerpo.
Tormenta de citoquinas e hipoxia silenciosa
Dentro de todos los signos y síntomas de COVID-19 conocidos hasta ahora, cuando los pacientes desarrollan el síntoma clásico de disnea (dificultad respiratoria), es porque el coronavirus ha infectado los pulmones y una respuesta inmune se ha puesto en marcha.
Aunque la mayoría de los pacientes se recuperan, en caso de persistir la infección, el sistema inmunitario exacerba su respuesta y genera una tormenta de citocinas. Estas proteínas inflamatorias contribuyen a la muerte celular y conducen al síndrome de dificultad respiratoria aguda.
En estos casos, el tejido pulmonar puede cicatrizar de manera irreversible y producir un edema pulmonar, lo que es causa habitual de mortalidad. Este exceso de citoquinas también genera un ataque a las propias células del cuerpo por parte de los leucocitos.
Por otro lado, se han reportados casos de pacientes con COVID-19 con una marcada hipoxemia, pero con síntomas leves parecidos a la gripe, a veces acompañado de disnea o de solo cansancio.
Esta condición se llama hipoxia silenciosa, cuyo estado es crítico. Los estudios de imágenes evidencian pulmones edematosos o con pus. Los bajos niveles de oxígeno, de no mediar tratamiento, pueden causar problemas respiratorios graves y daño orgánico. Esta es la neumonía COVID, donde las autopsias de un pequeño número de personas que murieron a causa de esta patología muestran una cantidad de fluido pulmonar excesivo.
Este exceso de reacción inmunitaria es la responsable de una hiperinflamación tisular, con aumento en la permeabilidad de los vasos sanguíneos, hipotensión arterial e hipoxemia.
Síntomas neurológicos
Si bien los síntomas como fiebre y cefaleas pueden formar parte del cuadro clínico de muchas enfermedades, también se han asociado con COVID-19.
Algunas personas han buscado atención médica debido a estados de confusión o de desorientación, a veces con cefaleas y con fiebre, que han terminado con un diagnóstico de COVID-19. En un estudio de casos, los escáneres cerebrales evidenciaron encefalitis en un paciente a causa del SARS-CoV-2.
Un estudio de 214 pacientes con COVID-19 encontró que el 36,4 % manifestaba síntomas neurológicos, como mareos, cefaleas, alteración del conocimiento y convulsiones.
Pero aún no se sabe si el coronavirus realmente infecta al cerebro o si los síntomas neurológicos ocurren a causa de una hipoxia cerebral, secundaria a la afectación pulmonar.
Hipercoagulabilidad y trombosis
El SARS-CoV-2 parece estar infectando la sangre y dañando los vasos sanguíneos, pues, según un estudio, el 31 % de los enfermos en cuidados intensivos con neumonía por COVID-19 tenían coágulos sanguíneos. Estos pueden desprenderse y viajar a los pulmones (tromboembolismo) o cortar el flujo sanguíneo al cerebro, lo que causa un accidente cerebrovascular, donde los anticoagulantes no son una terapia confiable. Estos trombos además pueden dañar peligrosamente a otros órganos.
La presencia de coágulos de sangre puede evaluarse al medir los niveles de fragmentos de proteínas del coágulo, llamado dímero D, que en estos casos puede tener valores muy elevados.
Síndrome inflamatorio en niños
Entre fines de abril y principios de mayo, un síndrome de shock tóxico desconocido comenzó a aparecer en niños en varios países. Esto causó al menos tres muertes en Nueva York. Algunos de esos casos se han vinculado al diagnóstico de covid-19.
Los síntomas del síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico son similares a la enfermedad de Kawasaki, una de las principales causas de cardiopatía en los niños. Ambos presentan fiebre alta, erupción cutánea, labios agrietados y derrame ocular. Esto podría formar parte de una grave reacción del sistema inmunitario.
Anosmia y disgeusia
Los médicos hicieron un hallazgo llamativo a comienzos de año, cuando las personas con anosmia y sin ningún otro síntoma, o muy leves, dieron positivo para COVID-19. Esto es debido a que en el epitelio olfativo existe una capa de piel que contiene las neuronas que detectan los olores, dotada de abundantes receptores para ECA2. Este síntoma remite espontáneamente.
Isquemia distal de miembros
Dentro de todos los signos y síntomas de COVID-19 conocidos hasta ahora se ha observado recientemente la isquemia de los dedos de manos y de pies. Esto corresponde a una reducción del flujo sanguíneo, que ocasiona lesiones rojas o violáceas en la porción distal de las extremidades. Aparte de ser dolorosa, si no se trata, puede provocar necrosis tisular. Aparece, principalmente, en personas más jóvenes, que casi no tienen otros síntomas. Generalmente sana sin complicaciones a largo plazo.
Según un estudio publicado el 15 de abril en The Lancet, este signo se debería a una función reducida en los vasos sanguíneos de menor calibre.
Si bien la variedad del cuadro clínico es importante, aún no se ha visto todo lo que este peligroso virus puede ocasionar.
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