¿Por qué la resistencia a los antibióticos se convirtió en una crisis?

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Los antibióticos son medicamentos que se usan para tratar infecciones causadas por bacterias.

Desde su primera aparición a principios del siglo XX, han demostrado eficacia para mantener la salud; sin embargo, en años recientes, parece que están perdiendo la batalla ante las bacterias.

En otras palabras, hay bacterias que se están convirtiendo en “superbacterias” resistentes a los efectos de los medicamentos creados con el objetivo de suprimirlas y evitar su crecimiento.

Cuando los anterior sucede, los médicos se ven obligados a utilizar terapias mucho más agresivas; o una combinación de varios antibióticos que pueden tener efectos secundarios en la salud.

Más de 30 mil muertes anuales

La semana pasada, los Center for Disease Control and Prevention (CDC) publicaron un reporte con nueva información sobre la resistencia a los antibióticos.

De acuerdo con los CDC, la amenaza es importante: 48 mil 700 familias pierden a un ser querido cada año debido a la resistencia a antibióticos.

Asimismo, 2.8 millones de estadounidense experimentan una infección resistente a antibióticos; y, por si fuera poco, las superbacterias causan 35 mil muertes por año solo en Estados Unidos.

El doctor Jesse Jacobs, especialista del Emory Antibiotic Resistance Center, en Atlanta, declaró a Medical News Today que la primera vez que se reportó la resistencia a antibióticos fue en 2013; y si bien desde entonces las muertes por resistencia a antibióticos ha disminuido, aún existen entre 2 y 3 millones de casos por año.

Esto significa que muchas bacterias no responden al primer o segundo tratamiento; por lo cual ponen en mayor riesgo a los pacientes.

Esta crisis, señala en Dr. Jacobs, no es propia de Estados Unidos, es una crisis global.

¿Qué causa la resistencia a antibióticos?

La respuesta sobre qué causa la resistencia a antibióticos es compleja; aunque la más obvia se refiere al mal uso de estos medicamentos.

Algunas personas creen que tomar antibióticos puede tratar todo tipo de enfermedades como la gripe; no obstante, estos fármacos solo atacan bacterias, no virus.

Así, cuando toman antibióticos para la enfermedad equivocada o se consumen con demasiada frecuencia, eliminan la fuente confiable de bacterias y desequilibran la salud.

Además, las bacterias son naturalmente propensas a evolucionar y mutar; incluso algunas cepas bacterianas, con el tiempo, han encontrado formas de adaptarse para no ser afectadas por ciertos antibióticos.

Si los antibióticos se toman en el momento equivocado o se usan en exceso, las bacterias se propagan y multiplican.

En varios países, la venta de antibióticos solo se hace con receta; aunque parece ser que, a pesar de ello, las personas aún pueden conseguirlos sin recomendaciones oficiales.

Por otro lado, hay médicos que recetan antibióticos por error o prescriben el tipo incorrecto; esto también puede ser una causa de la crisis actual.

¿Cómo hacer frente a la crisis?

Una de las primeras acciones es crear políticas que obliguen al uso de antibióticos con más cuidado y a impulsar la investigación para tratamientos más efectivos para la resistencia a antibióticos.

De manera adicional, se necesitan mejores aproximaciones para determinar cuáles son las infecciones que requieren antibióticos; cuándo es oportuno detener el tratamiento; así como más entendimiento sobre otro tipo de acercamientos para infecciones como vacunas, anticuerpos y bacteriófagos.

Existen instituciones como la Emory University y la Universidad de California donde los investigadores trabajan para encontrar maneras más efectivas de usar los antibióticos existentes y hacer frente a las superbacterias.

Ahora bien, hacer frente a las infecciones bacterianas puede suceder desde otros enfoques; en especial con la escasez actual de antibióticos (documentada por la Organización Mundial de la Salud [OMS] en 2017).

De hecho, científicos de la University of Sheffield y del Ruperton Appleton Laboratory empezaron a desarrollar un nuevo compuesto que podría atacar la bacteria Escherichia coli, resistente a múltiples antibióticos.

Por su parte, un equipo de la University of Pittsburg y del Howard Medical Institute, cree que los bacteriófogos (bacterias que comen virus) puede ser prometedor.

El año pasado, en el National Institute of Allergy and Infectious Disease, usaron Bacillus, un tipo de bacteria probiótica para combatir la resistencia de Staphylococcus aureus a la meticilina.

Los resultados en modelos de roedores de estos nuevos acercamientos han sido prometedores.

Finalmente, algunos especialistas sugieren que lo mejor por ahora es centrar la atención en prevenir la aparición de infecciones, aunque en realidad resulta complicado.

Lo importante, indican, es usar de manera adecuada los antibióticos y garantizar que la información al respecto llegue a personal médicos, pacientes y a sus familias.

Con información de Medical News Today.