Fármaco para la diabetes podría retardar el avance de la enfermedad de Parkinson

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La enfermedad de Parkinson se caracteriza por una variada gama de  síntomas, tanto  motores y no motores, cuya evaluación clínica es crítica para el correcto manejo farmacológico de la enfermedad.

Por varias décadas se han utilizado las escalas de estadios de Hoehn-Yahr y más recientemente, la Escala Unificada de la enfermedad de Parkinson de la Sociedad de Trastornos del Movimiento o MDS-UPDRS,  a fin de evaluar el estado motriz del paciente, el nivel de progresión de la enfermedad y  la respuesta al tratamiento sintomático, tanto para fines clínicos como de investigación.

Tratamientos actuales para la enfermedad de Parkinson

Según las palabras de Dilan Athauda de la University College London Institute of Neurology y The National Hospital for Neurology and Neurosurgery in London, UK: «Todos los tratamientos actuales que tenemos para la enfermedad del Parkinson ayudan a manejar los síntomas, pero no afectan la naturaleza progresiva de la enfermedad subyacente, por lo que encontrar un tratamiento que pudiera limitar la progresión de la enfermedad es uno de los objetivos más importantes y que no se ha logrado cumplir en el tratamiento del Parkinson.

La nueva esperanza es una droga ya existente

Dentro de los fármacos utilizados para el tratamiento de la diabetes mellitus tipos 2 se encuentra la exenatida, que se ha comprobado poseer potenciales efectos para modificar el curso de la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, si bien la exenatida ha evidenciado tener efectos neuroprotectores en modelos animales de la enfermedad de Parkinson, faltaba un estudio en pacientes humanos afectados por esta patología.

Fuente: Bioblog.it

Estudio en humanos

Este estudio fue realizado por el Dr. Athauda y publicado en la prestigiosa revista Lancet el pasado 3 de agosto. Un ensayo piloto aleatorio, doble ciego y controlado con placebo, que se llevó a cabo con una muestra de 62 pacientes con enfermedad de Parkinson idiopática de grado moderado, que presentaban fluctuaciones motoras debido al tratamiento prolongado con levodopa.

Los participantes del ensayo fueron divididos en dos grupos al azar: un grupo que recibió un placebo (n=30)  y el control que recibió inyecciones subcutáneas de 2mg de exenatida (n=32) una vez por semana, por un período de 48 semanas, aparte de sus fármacos habituales, seguido de un período de depuración de 12 semanas.

Resultados

La evaluación se realizó según la escala MDS-UPDRS a las 12 semanas después de haber discontinuado el tratamiento farmacológico con exenatida, es decir, a la semana número 60 del estudio.

Este ensayo mostró que en casos de enfermedad de Parkinson moderadamente avanzada, el uso de la exenatida se asoció con mejoras en la función motora y cognitiva durante 12 meses, que expresado en las palabras del autor:

«Al final de las 48 semanas, al evaluar los movimientos de los pacientes sin la medicación, el grupo placebo había empeorado gradualmente, como se esperaba, mientras que los pacientes tratados con exenatida habían mejorado ligeramente. El grupo tratado con exenatida mantuvo esta mejoría a las 12 semanas después de terminar con las inyecciones, aún cuando los niveles de fármaco ya no eran detectables en el suero«.

«La enfermedad de Parkinson progresa lentamente, por lo que esta ventaja durante el transcurso de un año fue relativamente pequeña y tuvo un efecto mínimo en las actividades cotidianas, pero si esta ventaja se acumulara año tras año con un tratamiento a más largo plazo, se podría haber alterado potencialmente el curso de la enfermedad – un hito importante en el tratamiento de Parkinson”.

En cuanto a la tolerancia al fármaco y las RAM, la exenatida en general fue bien tolerada. Se reportaron algunas reacciones locales en el sitio de la inyección, así como manifestaciones gastrointestinales similares a las que se presentan en los casos de pacientes diabéticos tratados con este medicamento.

Se presentaron seis RAM en el grupo del estudio y dos casos en el  uso del placebo, pero no se relacionaron con la administración de la exenatida.

Relación enfermedad de Parkinson-exenatida

La explicación del porqué el uso de la exenatida podría beneficiar a los pacientes con Parkinson se debería a una pérdida de sensibilidad a la insulina, o resistencia a la insulina a nivel neuronal, que se produce en enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y la enfermedad de Alzheimer.

La exenatida,  a través de su acción sobre el receptor GLP-1, tienen una influencia  sobre la resistencia y señalización de la insulina neuronal, así como las consecuencias que se manifiestan sobre la vía AKT , que en suma, tienen una influencia clave en la supervivencia neuronal, así como la función de las mitocondrias.

Según Athauda: «Uno o más de estos posibles mecanismos pueden promover la supervivencia y la función celular, además de preservar las respuestas compensatorias«.

Sobre este estudio

Werner Poewe y Klaus Seppi de la Medical University of Innsbruck, Austria indican que las conclusiones obtenidas en cuanto al mecanismo potencial que operaría en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson son “emocionantes”, pero hay que considerar también ciertos límites del estudio:

  • «En primer lugar, los grupos estaban desequilibrados al inicio del estudio: los pacientes en el grupo que usó la exenatida eran de mayor edad y tenían puntuaciones más altas de MDS-UPDRS, y dosis de levodopa equivalente más bajas que las del grupo placebo«.
  • Los pacientes que recibieron exenatida también tuvieron un pequeño aumento en la dosis de su terapia dopaminérgica en el transcurso del estudio, en comparación con el grupo control.
  • No se evidenciaron diferencias significativas entre ambos grupos en aquellas medidas secundarias de la escala MDS-UPDRS.

Por lo que  los Drs. Poew y Seppi concluyen: «Si la exenatida actúa como un nuevo agente que mejora la sintomatología o tiene efectos neuroprotectores en la patología de la enfermedad de Parkinson subyacente sigue siendo poco claro, pero el estudio de Athauda y colegas abre una nueva vía terapéutica en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson”.