Faltan en México diagnósticos certeros de casos de depresión

- Por

Los médicos en México aún no están preparados para poder diagnosticar las enfermedades del sistema nervioso central, sobre todo la depresión, enfermedad que puede tardar hasta 15 años en diagnosticarse.

Por ello, los médicos deben tener conocimientos de un manejo integral de esta enfermedad, a fin de poderla diagnosticar y tratar.

Por lo general el paciente llega a un primer nivel de atención y ese es justo el nivel más importante en donde deberíamos promover una conciencia de enfermedades, para que puedan ser referidos al especialista en caso necesario”, dijo Carmen Ayza, Directora Médica de Lundbeck México.

De acuerdo con cifras oficiales, 3.3% de la población mexicana padece depresión pero el diagnóstico puede tardar años en lograrse. Edilberto Peña, Director de Investigación del INCIDE (Instituto de Neurociencias, Investigación y Desarrollo Emocional), explicó que los síntomas se presentan en cuadros parciales y por lo tanto es más difícil establecer el diagnóstico.

La depresión es una mezcla de síntomas afectivos, cognitivos y somáticos que generalmente se manifiestan con tristeza, cansancio, dificultad para concentrarse, para llevar a cabo sus tareas habituales y padecer de constante indecisión.

Cuando se presentan uno o más síntomas es momento de buscar ayuda y un tratamiento, sobre todo cuando esta enfermedad comienza a interferir con el rendimiento laboral y personal. El neuropsiquiatra señaló que el médico debe evaluar cada uno de estos síntomas para comprender el punto en el que está afectando la capacidad funcional y el desempeño de la persona.

Foto: PRnews

La depresión le cuesta a México más de 14 mil millones de dólares en pérdidas por problemas de productividad, ya sea que los empleados faltan al trabajo o acuden todos los días pero no están concentrados en las actividades que deben realizar.

Incluso este último problema genera daños económicos severos. La encuesta global IDEA, elaborada por la farmacéutica Lundbeck, señala que los empleados que van a trabajar aún estando enfermos cuestan a las compañías 11.3 mil millones de dólares, cifra que es casi seis veces más alta que las ganancias que tuvo la empresa América Móvil en 2015 en los países de América Latina.

Aunque no lo parezca, los empleados que sufren de depresión tienen problemas severos para concentrarse, para tomar decisiones y la memoria les falla con mucho más frecuencia que a aquellos trabajadores que están sanos. Esto causa deterioros significativos en la función del trabajo y en la productividad.

Sin embargo, ni las empresas o los empleados mexicanos están conscientes de lo que significa trabajar con un padecimiento de este tipo y siguen sus actividades como si nada pasara. La misma encuesta de la farmacéutica señala que seis de cada 10 empleados no faltan a pesar de que están deprimidos y solo 2 de cada 10 se toman uno o dos días libres. Lo más grave que revela la encuesta es que hay un porcentaje que ni siquiera sabe que tiene depresión.

A nivel mundial se estima que hay 322 millones de personas que sufren depresión y los casos se incrementaron 18.4% entre 2005 y 2015, cifra que obliga a voltear a ver esta enfermedad, que está a punto de convertirse en un problema serio de salud.

De allí la importancia de que a partir de este año se ponga este padecimiento sobre la mesa a fin de generar conciencia entre la comunidad médica para su control.

Rodrigo Corona, médico psiquiatra, señaló que si bien ya considera a la depresión como una enfermedad, todavía existe mucho desconocimiento y confusión en la dinámica y dimensión social.

Esto ha llevado a confundir los datos, dijo, a tal grado que pareciera que las tasas de depresión en México no son tan altas como en Estados Unidos, Brasil o Francia. Pero eso no se debe a que los mexicanos se depriman menos, sino a diagnósticos incorrectos.

Estos malentendidos generan a su vez problemas de estigma, de rechazo y de no comprensión, ya que se percibe que se trata de una falla en la actitud de la persona, que no quiere superarse o hacer un esfuerzo, cuando en realidad tenemos un problema de salud importante, que se debe tomarse en serio y atenderse de manera oportuna con el tratamiento apropiado”, puntualizó el médico.