Endometriosis y opiodes: ¿A un paso de la adicción?

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La endometriosis es un trastorno ginecológico crónico aún poco conocido, que se produce cuando células endometriales crecen fuera del útero, generalmente en la zona pélvica.

Esta patología habitualmente se asocia con dolor, y se ha visto que hasta el 87% de las mujeres con dolor pélvico crónico tiene endometriosis. 

Esta enfermedad afecta aproximadamente al 10% de las mujeres en edad reproductiva y es una de las tres principales causas de infertilidad femenina a nivel mundial.

Tratamiento

Actualmente la endometriosis no tiene ni cura ni tratamiento a largo plazo. En muchos casos, se realizan cirugías que terminan brindando escaso o nulo alivio, por lo que a muchas pacientes les terminan recetando opioides.

Se sabe que estos medicamentos pueden ser útiles en casos agudos, mientras que la evidencia científica indica que los opioides tienen escasa efectividad en el tratamiento del dolor crónico, pero el 92% de los médicos y pacientes creen que estos medicamentos reducen el dolor, y el 57% informa una mejoría en la calidad de vida.

En los últimos 20 años, el dolor crónico se está tratado cada vez más con opioides, lo que ha generado un aumento en el abuso de medicamentos recetados, llegando a convertirse en el problema de drogas de más rápido crecimiento en los Estados Unidos.  

Endometriosis y opioides

Debido al uso- muchas veces indiscriminado- de los opiodes, un equipo de investigadores estudió el uso de estos fármacos, los patrones de prescripción de y el momento de su primera prescripción en 53,847 pacientes con endometriosis, comparándolo con 197,694 mujeres sanas del grupo de control.

El  equipo realizó un análisis retrospectivo de la base de datos Clinformatics Datamart, que incluyó a las mujeres diagnosticadas con endometriosis desde enero del 2006 hasta diciembre del 2016, con edades entre 18 a 49 años.

Los datos recopilados incluyeron: receta completa de un opioide, múltiples recetas de opioides, días de suministro, dosis diaria y recetas conjuntas de opioides y benzodiacepinas.

Los hallazgos fueron publicados en Obstetrics and Gynecology .

Mayor prescripción de opioides

Las mujeres con endometriosis, tenían más probabilidades de adquirir opioides (79,3%), en comparación con las del grupo de control ( 24,2%).

De 2006 a 2016, la Dra. Georgine Lamvu, y sus colegas encontraron que las mujeres con endometriosis tenían casi tres veces más probabilidades de que le prescribieran receta de opioides, en comparación con el grupo de control, que es una cifra preocupante.

Además, encontraron que las pacientes con endometriosis tenían casi cuatro veces más probabilidades de ingerir una dosis mayor de opioides, equivalente a unos 100 miligramos de morfina o más, que según la Administración Federal de Drogas de los Estados Unidos (FDA) es una cantidad suficiente como para causar una sobredosis en pacientes que no toman opioides regularmente.

Los datos revelaron que para estas pacientes también era más probable que usaran opioides durante más de un mes, y en concomitancia con benzodiazepinas , una peligrosa combinación que es 10 veces más probable que conduzca a un sobredosis fatal.

Receta temprana y diagnóstico tardío

Apenas a los siete días de haber sido diagnosticada con endometriosis, sus hallazgos indican que más de una cuarta parte de los pacientes con endometriosis adquirieron opioides.

Las pacientes con endometriosis podrían constituir una parte oculta en la epidemia de opioides, pero simplemente no se disponen de datos para decir con certeza, por eso la importancia de este ilustrativo estudio.

Lamvu cree que a estas pacientes les dieron sus primeros opiodes en una atención de urgencia en su hospital local ante un intenso dolor pélvico, porque los médicos pueden ver a un narcótico como la única opción en ese momento. 

La investigadora piensa que, debido al alivio experimentado gracias a este fármaco, las pacientes podrían ir posteriormente a su médico habitual y solicitar nuevas recetas para opioides.

Ante estos datos, Lamvu lamenta la falta de alternativas para pacientes con dolores agudos y crónicos como los ocasionados por este trastorno tan común, para el que los médicos desean ayudar y no conocen otra forma de proporcionar alivio que a través de estas adictivas drogas. 

Además,  para llegar un diagnóstico de endometriosis, a la paciente promedio, le lleva más de cuatro años, padeciendo dolores, muchas veces de elevada intensidad.

Por lo que ante los significativos hallazgos, la Dra. Lamvu, autora principal y especialista en dolor pélvico crónico comenta: «Casi me pareció inconcebible que los pacientes con endometriosis con dolor pélvico crónico se salvaran de alguna manera de la epidemia de opioides«, pero también indica «Me sorprendió la magnitud de los números, no puedo mentir sobre eso«. «Pensé que veríamos una diferencia, pero simplemente no pensé que sería esto».

Desconocimiento de los médicos

Para complicar aún más el panorama, pocos médicos están capacitados adecuadamente para diagnosticar o controlar la endometriosis. Aparte de esto, pocos facultativos se ocupan en educar adecuadamente a sus pacientes sobre el manejo del dolor o ayudarles a fijar ciertas expectativas con la analgesia en sus casos particulares.

Esta estrategia ha mostrado buenos resultados, pues un estudio recientemente realizado ha demostrado que el disponer de esta información sobre qué esperar del control del dolor puede disminuir el uso de opioides post histerectomías.

Por todos estos datos, es necesario que las pacientes con endometriosis dialoguen con sus médicos de atención primaria y encuentren un ginecólogo que escuche atentamente sus inquietudes.

Para esta comunicación y manejo de las pacientes, es fundamental que el especialista conozca completamente todas las opciones disponibles- ya sean quirúrgicas o farmacológicas- que se adapten a las necesidades de cada paciente,  debiendo además ser seguras y no adictivas para controlar efectivamente el dolor crónico.