Dieta del ADN: ¿cómo saber si tus genes te ayudan a combatir la obesidad?

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Cuando hablamos de genética solemos referirnos a temas sencillos como que nuestro ADN es el resultado de la combinación de los genes de nuestros padres.

De los genes dependen el color de nuestros ojos, nuestra altura; e incluso las probabilidades de padecer alguna enfermedad como diabetes, obesidad, cáncer o problemas cardiacos.

A pesar de ello, hay muchas otras situaciones que influyen en nuestro ADN.

El Proyecto del genoma humano, Human Genome Project, una colaboración internacional que ha permanecido durante 13 años, se ha encargado de hacer un mapa de los genes en humanos. Ha descubierto alrededor de 50 mil variantes en el código genético responsables de las diferencias de funcionamiento en el cuerpo.

Uno de los hallazgos más importantes es la relación entre el ambiente donde nos desenvolvemos y nuestros genes; y eso incluye nuestra alimentación.

Ese campo de interacción se llama nutrigenética; la cual se encarga de estudiar cómo nuestros genes responden a los alimentos y bebidas. La finalidad es entender la respuesta individual a ciertos nutrientes y realizar recomendaciones nutricionales más precisas.

Lo anterior surge de la existencia de algunas variaciones controversiales en las dietas que pueden darse por variaciones genéticas.

Uno de los ejemplos más sonados es la colina, presente en la yema de los huevos. Esta parte del huevo está calificada como una de las responsables del colesterol alto; sin embargo, en años recientes ha estado en medio de la controversia porque algunos científicos han observado que efectivamente aumenta los niveles de colesterol, mientras otros han notado que no sucede así en todas las personas.

De hecho, algunos investigadores han hallado variantes genéticas que generan problemas como hígado graso, infertilidad, pérdida muscular en quienes consumen cantidades inadecuadas de colina.

Otros nutrientes controversiales son las grasas saturadas, la vitamina D y el sodio, pues han tenido diferentes resultados en estudios.

De acuerdo con CNN, Jose Ordovas, director de nutrición y genómicas en el Jean Mayer USDA Human Nutrition Research Center on Aging, de la Tufts University, descubrió una asociación entre la variación genética en el gen APOA2 y la absorción de grasa.

Dicha variación sería la responsable de que algunas personas sean más propensas a ganar peso al comer muchas grasas saturadas.

Del mismo modo, hay otras variantes genéticas que influyen en la absorción de la sal en la sangre y la manera que los nutrientes son asimilados para mantener al cuerpo saludable.

Pérdida de peso: una situación complicada

La obesidad es un padecimiento complejo que va más allá de no tener buenos hábitos alimenticios. Es quizá uno de las enfermedades que más retos ha presentado y que está muy relacionada con la genética.

Se estima que entre el 30% y el 70% de las personas con obesidad tiene un componente genético que se asocia a tal desorden.

Para los científicos, identificar las respuestas a intervenciones alimenticias específicas ha sido todo un reto.

Por ejemplo, en 2012, un estudio de Harvard encontró que la variante en el gen FTO predice una mayor pérdida de grasa después de dos años en las personas que han seguido una dieta alta en proteína.

En 2018, la Universidad de Stanford no halló relación entre la pérdida de peso y una dieta baja en grasas o una baja en carbohidratos.

Hay investigadores de la nutrigenética que indican que los resultados negativos o dispares se deben a una elección errónea de las variantes genéticas.

Ahmed El-Sohemy, profesor y presidente en la University of Toronto, fundador de la empresa Nutrigenomix, declaró a CNN que una dieta basada en el ADN mejoran las adherencias a las recomendaciones nutricionales.

Dieta del ADN

En la actualidad, hay compañías dedicadas a comercializar las dietas del ADN.

Una dieta de ADN ofrece un programa de pérdida de peso basado en las características genéticas de una persona; de esa manera, se establecen un regimen y un estilo de vida personalizados. El objetivo es respaldar los cambios de comportamiento también.

Hasta ahora, no hay una investigación clara sobre las variantes genéticas que utilizan las compañías; aunque una las aplicaciones relevantes de la nutrigenética son los alimentos médicos que, a diferencia de los suplementos, sí deben estar aprobados por la Food and Drugs Administration (FDA) y ser recetados por un profesional de la salud.

El objetivo con esos esos alimentos es desbloquear aquello que no permiten la absorción adecuada de los nutrientes.

Finalmente, los expertos hacen hincapié en la necesidad de una dieta balanceada; pero reiteran que la nutrigenética es un área prometedora para mejorar el cumplimiento, a largo plazo, de las recomendaciones nutricionales guiadas por los genes.

Y, aunque aún falta mucho camino por recorrer, con más investigación se podrá obtener información genética más precisa para guiar a los pacientes.

Con información de CNN.