El metabolismo y la genética de las personas

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La nutrición es un tema que implica importantes diferencias individuales, pero el metabolismo y la genética de las personas están en estrecha relación. A esto hay que sumar que el microbioma, el entorno y la epigenética influyen en cada una de las vías metabólicas.

Si bien los efectos de la nutrición tienden a ser modestos, constituyen una intervención importante para prevenir y tratar los problemas de salud producto de una dieta inadecuada.

Diferencias metabólicas individuales

En la actualidad, los científicos están aprendiendo que nuestros genes, el ambiente, el microbioma y otros factores influyen en nuestra capacidad individual para sintetizar y procesar nutrientes. Esto implica que dos personas pueden responder a dietas idénticas de diferentes maneras. Esto se traduce en metabolismo y estado de salud diferentes.

Estas diferencias metabólicas individuales pueden impactar en el riesgo de enfermedades crónicas, dice Steven Zeisel, director del Instituto de Investigación de Nutrición de la universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill

Los nuevos hallazgos están llevándonos hacia un mundo de «nutrición de precisión», escribe el investigador en la Revisión Anual de Ciencia y Tecnología de Alimentos.

Esta nueva información puede ayudar a adaptar la nutrición a subgrupos de personas, dependiendo de su metabolismo y de su genética. Como ejemplo en este campo, la compañía de Zeisel, SNP Therapeutics, está trabajando en una prueba que analiza patrones genéticos de 20 variantes que pueden identificar a las personas con riesgo de padecer hígado graso.

Nutrición y genética: algunos ejemplos

Los estudios nutricionales siempre han tenido problemas con la variabilidad en los resultados experimentales. Esto puede deberse a la suposición de que todos los organismos son o responden de la misma manera. Pero el hallazgo fundamental de que el metabolismo, la genética y los requerimientos nutricionales de las personas están en estrecha relación ha llevado a una mejor comprensión de estas aparentes disparidades.

Por ejemplo, un ensayo, en el que los bebés recibieron ácido graso DHA (ácido docosahexaenoico), demostró que algunos mejoraron su rendimiento cognitivo (15 %) y otros no (85 %). Se descubrió que si la madre tenía una variante genética que la hacía lenta para sintetizar DHA (15 % de mujeres), su bebé necesitaba aporte de DHA para mejorar su respuesta.

Otra serie de estudios encontró una gran variación en las cantidades de colina (un nutriente esencial) que las personas requerían. Observaron que los hombres y las mujeres posmenopáusicas se enfermaban al no contar con él. Pero, en igual situación, solo la mitad de las mujeres jóvenes se enfermaban.

Descubrieron que algunas mujeres producen colina, debido a que el estrógeno activa un gen que codifica la síntesis de esta molécula. Otras mujeres poseen una variante de este gen que no responde al estrógeno. Dado que hombres y mujeres posmenopáusicas tienen niveles muy bajos de estrógeno en sangre, necesitan obtener el nutriente a partir de los alimentos.

Importancia del microbioma y del entorno

Otro factor importante en cuanto a la síntesis, aprovechamiento y funcionamiento de los nutrientes es el microbioma. Además de identificar a los microorganismos intestinales, los investigadores pueden saber qué genes microbianos se activan, qué nutrientes sintetizan y cómo influye en el metabolismo, según la genética del individuo.

El  entorno en el que nos movemos también podría ser un factor muy importante. La exposición a diferentes químicos ambientales podría explicar muchas de nuestras variaciones y enfermedades metabólicas. 

La epigenética, que estudia las marcas químicas colocadas en el ADN para activar y desactivar genes, también es de crucial interés. Pero su dificultad radica en la obtención de muestras de tejido hepático o cardíaco para realizar una prueba de nutrición. 

Por lo tanto, hay que intentar rastrear estos cambios de manera indirecta para analizar si son los mismos que ocurrieron en los propios órganos.

Pruebas de nutrición

En la actualidad, la mayoría de las pruebas estudian un gen a la vez y, en base a estos resultados, estiman la susceptibilidad de la persona a metabolizar o a sintetizar algún nutriente. 

Pero las vías metabólicas, para la mayoría de los nutrientes, están bajo el control de varios genes. A modo de ejemplo, puede haber 10 o 20 pasos que se suman al metabolismo de los azúcares y cualquier alteración en alguno de ellos puede causar un problema. 

El saber dónde se producen variaciones a lo largo de una vía metabólica determinada puede ayudar a predecir la probabilidad de que exista una alteración y alguna patología asociada. Pero esta metodología aún reviste varias dificultades.

Prevención de enfermedades

Ante las dificultades anteriores, se puede usar la nutrición de precisión para encontrar soluciones alternativas. Por ejemplo, en el caso de las mujeres que sintetizan colina con más lentitud, podría realizarse una prueba económica y asequible solo para evaluar esa variante genética. También se les pueden dar suplementos de colina a todos si resulta ser una solución más rentable.

En el caso de la obesidad, se sabe que, a medida que las personas aumentan de peso, desarrollan el síndrome metabólico, que se relaciona con la acumulación de grasa a nivel hepático. Debido a las diferencias genéticas, alrededor del 20 % de la población tiene mucho más riesgo de desarrollar hígado graso y problemas asociados. 

En el caso de la sensibilidad a la sal, el 10 % de las personas sufren elevación de la tensión arterial con su mayor ingesta. Pero, al desconocer las diferencias metabólicas que inciden en esta variación, a todos los hipertensos se les indica restricción de sal. 

Si podemos evaluar estas diferencias genéticas, identificaremos quienes se benefician de los cambios en la dieta y de la pérdida de peso para tratarlos, ya sea con suplementos, medicamentos o modificaciones en el estilo de vida.