Británicas posponen examen del Papanicolaou por vergüenza

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La vergüenza sobre sus genitales y su vida sexual ha hecho que un tercio de las mujeres británicas pospongan su visita al ginecólogo para realizarse un Papanicolaou, a pesar de que este examen les puede salvar la vida.

Lauren Bennie era una de ellas. La joven narró a BBC Mundo que siempre pospuso este examen médico hasta los 30 años, por una decisión de que calificó de “ingenua y tonta” sobre su cuerpo.

«Tantas cosas tontas me impidieron ir a mi examen médico. Me preocupaba que la enfermera pudiera echar un vistazo a mi cuerpo y tener alguna habilidad mágica para poder determinar el número de parejas sexuales que tenía. Pensé mucho sobre qué tipo de ropa interior y ropa usar«, explica.

Sin embargo, cuando llegó el momento de enfrentar los resultados, el terror fue mucho mayor que la vergüenza sobre su cuerpo: el médico le mandó hacer más estudios.

«Cuando me enfrenté a palabras como discariosis (células anormales) de alto grado y colposcopia, me di cuenta de la gravedad de la situación«, añade.

Los resultados de estos nuevos exámenes confirmaron que Lauren tenía células anormales en el cuello uterino que, además, eran precancerosas.

«Fue aterrador. Me sentí enojada, no triste, porque me había tardado tanto tiempo para realizarme un Papanicolaou”, dice después de haber enfrentado esta experiencia.

Pero Lauren no es la única que ha pasado por esto.

Foto: BBC

El dilema del examen

La organización benéfica Jo’s Cervical Cancer Trust encuestó a dos mil 17 mujeres en Reino Unido y un tercio de ellas, admitieron que la no aceptación de su cuerpo, y sobre todo de su área vaginal les ha hecho posponer una y otra vez este examen médico.

El estudio revela que a 35% le da vergüenza ir al estudio debido a la forma de su cuerpo, otro 34% reconoce que la apariencia de su vulva no les gusta y 38% más añade que les preocupa que el médico detecte el olor de sus partes íntimas.

Pero eso no es todo, la apariencia externa también es preocupante para estas jóvenes: un tercio asegura que no acude al médico si no se ha depilado o afeitado el área del bikini.

Y lo más preocupante es que 15% de las participantes señala que prefieren ir a una clase de gimnasia o una cita de depilación, en lugar de acudir al ginecólogo.

Estos datos son alarmantes, ya que a las mujeres les preocupa más la apariencia física que su salud, pues una simple muestra previene hasta 75% de los canceres de cuello uterino que se desarrollan a temprana edad.

La organización señala que este tipo de cáncer es el más común en mujeres menores de 35 años. No obstante, casi dos tercios de las mujeres que participaron en la encuesta reconocieron que no sabían el riesgo al que se enfrentaban al no acudir al médico.

«No permitas que la infelicidad o la incertidumbre sobre tu cuerpo te impidan asistir a lo que podría ser una prueba para salvar vidas. Las enfermeras son profesionales que llevan a cabo millones de pruebas cada año, pueden desempeñar un papel importante para garantizar que las mujeres se sientan cómodas«, explica Robert Music, de Jo’s Cervical Cancer Trust ante los resultados obtenidos.

La organización señala que de los cinco millones de mujeres que hay en Reino Unido, una de cada cuatro no asiste al examen médico. Y la cifra aumenta a una de cada tres cuando son mujeres de entre 25 y 29 años.

Además, el estudio encontró que en ciertas regiones de Reino Unido hay más resistencia que en otras para acudir al médico.

Sin embargo, los datos más preocupantes son que un tercio de los médicos y los consejeros locales de salud no están tomando medidas para aumentar la aceptación del Papanicolaou ni para priorizarlo en los temas de salud de las mujeres.

¿En qué consiste el Papanicolaou?

De acuerdo con la Sociedad Americana de Cáncer, la prueba es  un procedimiento que se usa para la obtención de células del cuello uterino con el fin de observarlas con un microscopio y así detectar si hay cáncer y precáncer.

Para realizarlo, el médico debe colocar un especulo de metal o plástico en la vagina, para mantenerla abierta y pueda observarse el cuello uterino de forma más completa.

Posteriormente, el médico toma una pequeña muestra de células y mucosidad del ectocérvix con una espátula. Aunque a este procedimiento se le conoce como raspado, en realidad lo que se hace es insertar un hisopo o una torunda de algodón para tomar la muestra.

Fuente: Elnuevodiario.com.ni

Una vez que se tiene, la muestra se coloca en una lámina  de vidrio, se resguarda con un líquido preservativo y se envía al laboratorio para su análisis.

Si bien no es completamente perfecto y puede tener margen de error, el Papanicolaou es la prueba más exitosa en la detección de cáncer cervico-uterino.

El caso de Lauren lo demostró. La prueba les permitió a los médicos extraer las células precancerosas antes de que pudieran convertirse en un tumor maligno.

El tratamiento incluyo la extracción de una parte del cuello uterino, pero le permitió continuar con su vida.

«Mi prueba me salvó la vida, por favor no te quites la oportunidad de salvar la tuya”, puntualiza la joven.

Con información de BBC Mundo