Consumo de alcohol y el riesgo de padecer demencia
Desde hace tiempo se conoce que los trastornos por consumo crónico y excesivo de alcohol son un factor de riesgo importante para la aparición de todo tipo de alteraciones neurológicas, como la demencia, especialmente entre la población más joven.
La OMS define el consumo excesivo de alcohol como la ingestión de más de 60 g de alcohol puro por día, en el caso de los hombres (que corresponde aproximadamente a unas de 6 o más bebidas estándar por día en promedio) y más de 40 g por día para las mujeres (que son unas 4 o más bebidas estándar diarias).
El abuso del alcohol dificulta el desarrollo social y económico de muchos países, en especial del continente americano, ya que su consumo es aproximadamente un 40% mayor que el promedio mundial, donde la ingesta por parte de adolescentes y niños se ha visto incrementado de forma alarmante.
El estudio observacional francés
Este estudio observacional- publicado recientemente en la revista The Lancet Public Health- fue realizado en Francia, donde analizó específicamente el efecto sobre los trastornos ocasionados por el consumo del alcohol en personas diagnosticadas con trastornos mentales o enfermedades crónicas atribuidas al consumo crónico y nocivo de bebidas alcohólicas.
El estudio hizo uso de la información de la base de datos de altas del Hospital Nacional Francés (Programa de Médicalisation des Systèmes d’Information), en que figuran detallados todos los ingresos hospitalarios, datos demográficos de los pacientes, razones de la hospitalización y los tratamientos recibidos.
El grupo de estudio incluyó a más de 1,1 millones de pacientes mayores de 20 años, que residían en Francia y que fueron dados de alta con daño cerebral relacionado con el consumo de alcohol, demencia vascular u otras demencias (incluida la enfermedad de Alzheimer) entre los años 2008-2013. Los autores excluyeron a los pacientes que padecían demencias raras y a aquellos que evidenciaron trastornos de la salud mental desde los primeros años de vida.
Fuerte asociación causa-efecto
Partiendo de la muestra de aproximadamente 1,1 millones de pacientes estudiados, había un total de 57,000 pacientes (5%) afectados por demencia de inicio temprano (antes de los 65 años), de los cuales un 39% estaba relacionados de manera definida con el alcohol y un 18% tenía un diagnóstico adicional de trastornos por consumo de alcohol.
De todos los casos de demencia, aproximadamente, el 3% fueron atribuibles a daño cerebral relacionado con el alcohol, mientras que en el 5% se registraron otros trastornos asociados al consumo de bebidas alcohólicas.
En general, los trastornos por ingesta alcohólica se asociaron con un riesgo tres veces mayor de padecer todos los tipos de demencia y constituyeron el factor de riesgo modificable más importante para el comienzo de la demencia. Además, se asociaron con un riesgo dos veces mayor de desarrollar demencias vasculares y otras patologías asociadas, según manifiesta el autor principal, Dr. Michaël Schwarzinger: «El vínculo entre la demencia y los trastornos por consumo de alcohol necesita más investigación, pero es probable que sea el resultado de que el alcohol lleve a un daño cerebral estructural y funcional permanente. Los trastornos por consumo de alcohol también aumentan el riesgo de hipertensión arterial, diabetes, accidente cerebrovascular, fibrilación auricular e insuficiencia cardíaca, lo que a su vez puede aumentar el riesgo de demencia vascular. Por último, el consumo excesivo de alcohol está asociado con el tabaquismo, la depresión y el bajo nivel educativo, que también son factores de riesgo para la demencia”.
Como resultado de la fuerte asociación causa-efecto encontrada en este estudio, los autores sugieren la implementación de medidas aficaces para limitar el consumo excesivo de alcohol, así como el tratamiento oportuno de las patologías atribuibles al consumo de alcohol: «Nuestros hallazgos sugieren que la carga de la demencia atribuible a los trastornos por consumo de alcohol es mucho mayor de lo que se pensaba, lo que sugiere que el consumo excesivo de alcohol debe ser reconocido como un factor de riesgo importante para todos los tipos de demencia. Se necesita una variedad de medidas, como reducir la disponibilidad, aumentar los impuestos y prohibir la publicidad y comercialización de alcohol, junto con la detección temprana y el tratamiento de los trastornos por consumo de alcohol”, señala Schwarzinger.
Algunas limitaciones del estudio
Los autores señalan algunas limitaciones posibles del estudio, incluido el riesgo de clasificación errónea de los datos médicos individuales o de pérdidas de registros debidas a errores administrativos.
Además, debido al estigma social, es probable que los trastornos por consumo de alcohol no se notifiquen en su totalidad y solo se incluyan los casos más graves- que implicaron hospitalizaciones- lo que podría significar que la asociación está subestimada.