Uno de cada 10 adultos mayores en Estados Unidos consuman alcohol en exceso

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Beber en exceso puede ser aún más perjudicial para los adultos mayores, porque incrementa el riesgo de lesiones y caídas, además de aumentar las posibilidades de desarrollar patologías de salud crónicas o agravar las existentes, como osteoporosis, diabetes, hipertensión arterial, accidente cerebrovascular, úlceras, pérdida de memoria y trastornos anímicos.

Dentro de otras patologías por consumo crónico de alcohol, puede conducir a algunos tipos de cáncer, daño hepático y del sistema nervioso, además de alteraciones en el sistema inmunológico.

El beber en exceso puede llevar a confusiones clínicas, al dificultar que los médicos diagnostiquen y traten algunas patologías, como por ejemplo, el alcohol causa modificaciones en el corazón y en los vasos sanguíneos, enmascarando el dolor que podría ser una señal de advertencia de un ataque cardíaco. Además, puede causar que algunas personas mayores sufran olvido y confusión, síntomas que pueden confundirse con indicios de la enfermedad de Alzheimer.

En cuanto a aspectos conductuales, al afectar al sistema nervioso, las bebidas alcohólicas predisponen a que este grupo etario tenga mayor probabilidad de accidentarse, sufrir caídas, fracturas y accidentes automovilísticos, entre otros riesgos para su vida  salud.

Alcohol y adultos mayores

A fin de obtener datos fidedignos y actualizados, un nuevo estudio realizado por el Journal of the American Geriatrics Society analizó datos recientes de encuestas nacionales sobre el consumo de alcohol en los Estados Unidos en el grupo de personas mayores.

Los datos provienen de 10,927 mayores de 65 años, que completaron la Encuesta Nacional sobre Uso de Drogas y Salud durante los años 2015, 2016 y 2017.

La encuesta les había preguntado si habían «participado en el consumo de alcohol y embriaguez en el último mes«. Para efectos investigativos, se definió el consumo excesivo de alcohol para las mujeres como consumir 4 o más bebidas alcohólicas, y para los hombres 5 o más bebidas, en una sola ocasión.

Alcohol y condiciones crónicas.

El análisis estimó que el 10,6% de los adultos mayores- de 65 o más años- en los Estados Unidos son «bebedores compulsivos actuales«.

Según el autor principal del estudio, Benjamin H. Han, profesor asistente de medicina geriátrica y cuidados paliativos en la NYU School of Medicine Nueva York, dentro de las consecuencias negativas de las bebidas alcohólicas:

«El consumo excesivo de alcohol, incluso episódicamente o con poca frecuencia, puede afectar negativamente otras afecciones de salud al exacerbar la enfermedad, interactuar con medicamentos recetados y complicar el manejo de la enfermedad«.

Los investigadores evidenciaron que una gran cantidad de adultos mayores que informaron al menos una ocasión de consumo excesivo de alcohol en el mes anterior padecían afecciones crónicas que podían agravarse con el consumo excesivo de bebidas etílicas.

El estudio incluyó el cálculo que el 41,4% de los que bebían en exceso tenían hipertensión arterial , el 23,1% tenía enfermedad cardiovascular y el 17,7% diabetes .

Factores asociados al consumo excesivo de alcohol

Los investigadores, además de estimar los niveles de consumo excesivo de alcohol, examinaron factores más estrechamente asociados con esta variable, en comparación con el consumo de alcohol que estaba por debajo de ese umbral.

Encontraron una asociación más estrecha entre el consumo excesivo de alcohol y ser hombre, consumir cannabis o tabaco, ser afroamericano y haber alcanzado un nivel educacional inferior a la secundaria.

Con respecto al consumo asociado de cannabis, el autor e investigador principal del estudio Joseph J. Palamar, del Centro Médico Langone de la NYU, comenta:

«La asociación del consumo excesivo de alcohol con el consumo de cannabis tiene importantes implicaciones para la salud«. «Esto es particularmente importante«, agrega, «ya que el consumo de cannabis es cada vez más frecuente entre los adultos mayores, quienes pueden no ser conscientes de los posibles peligros del consumo de cannabis con alcohol«.

Con respecto a las situaciones que requirieron una atención de emergencia, aquellas personas que llegaron a estar ebrias, también tuvieron más probabilidades de haber visitado la sala de emergencias el año anterior, en comparación con aquellas que bebieron alcohol sin alcanzar este estado, sobre lo que Han enfatiza:

«Los médicos deben ser conscientes de que algunos adultos mayores con enfermedades crónicas todavía tienen comportamientos de consumo excesivo de alcohol, lo que puede empeorar sus problemas de salud«, «esto puede explicar por qué los bebedores compulsivos tenían más probabilidades de informar visitas a la sala de emergencias«.

Por otra parte, este estudio no encontró ningún vínculo significativo entre el consumo excesivo de alcohol y las condiciones de salud mental , dato que es consistente con los hallazgos de estudios realizados previamente.

Ebriedad y enfermedades crónicas

Los investigadores también encontraron que aquellos que evidenciaban consumo excesivo de alcohol tenían menos probabilidades de tener dos o más afecciones crónicas en comparación con aquellos que mantenían su consumo de alcohol por debajo de ese umbral, por lo que Han sugiere que una explicación posible para este hallazgo podría ser que algunas personas dejan de beber en exceso una vez que se enferman con una afección relacionada con el alcohol u otra condición.

Los investigadores indican que dados los hallazgos del estudio, hay que poner más énfasis en la importancia de evaluar a los adultos mayores en busca de consumo excesivo de alcohol,  para reducir los daños potenciales en la salud, según explica Han:

«Nuestros resultados subrayan la importancia de educar, evaluar e intervenir para prevenir daños relacionados con el alcohol en adultos mayores, que pueden no ser conscientes de su mayor riesgo de lesiones y cómo el alcohol puede exacerbar las enfermedades crónicas«.