Respuestas epigenéticas y antiinflamatorias en la depresión frente al consumo de uvas
Como un fenómeno a nivel mundial, la depresión es una enfermedad frecuente y se calcula que afecta a más de 300 millones de personas- según datos de la OMS-, que deriva en efectos personales y económicos importantes, como el aportado por la prestigiosa revista The Lancet, que en el 2016, publicó un artículo en el estimaba que la depresión y la ansiedad no tratadas eran responsables de más de 12,000 millones de días productivos perdidos al año, en 36 países, que equivalía a una pérdida económica superior a 925,000 millones de dólares.
En cuanto al panorama mexicano, se estima que este cuadro actualmente afecta a más de 10 millones de personas—que equivale a un 8,4% de sus habitantes —ubicándose entre las principales causas del menoscabo en la calidad de vida, ausentismo laboral y disminución de la productividad.
Cambios cerebrales asociados con la depresión
La depresión se asocia con una multiplicidad de procesos patológicos. Se cree que la inflamación periférica y las anomalías sinápticas inducen de manera directa o indirecta en anormalidades funcionales a nivel cerebral que contribuyen en su génesis.
Los pacientes que sufren trastornos de depresión mayor (TDM) muestran atrofia neuronal y una reducción del volumen cerebral en regiones que incluyen la corteza prefrontal, la amígdala, el hipocampo, el cuerpo estriado ventral y el tálamo, aparte de variadas alteraciones bioquímicas de índole inflamatorio. Además, estudios transcriptómicos realizados post-mortem en cerebros de sujetos con TDM identificaron alteraciones en la expresión de genes involucrados en importantes funciones sinápticas.
A pesar de los roles cruciales que juegan la inflamación y la remodelación sináptica cerebral en la patogénesis de la depresión, los antidepresivos convencionales de los que se dispone actualmente no abordan estos mecanismos de manera específica, resultando en una efectividad real muy escasa, ya que menos del 50% de los diagnosticados con depresión experimentan una remisión temporal de la enfermedad, además de las variadas reacciones adversas que puede desencadenar su uso.
Dentro de las investigaciones realizadas con polifenoles, éstos han demostrado cierta eficacia en la modulación de aspectos de la depresión; sin embargo, los mecanismos involucrados en su accionar son, en gran medida, desconocidos.
Uvas y compuestos antidepresivos
Esta es la razón por la cual un grupo de científicos, dirigidos por Giulio Maria Pasinetti, profesor de neurología en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai en Nueva York, se propusieron investigar una vía alternativa para tratar la depresión.
Investigaciones previas han evidenciado que los polifenoles presentes en la uva tienen cierta eficacia en el tratamiento del TDM, pero los mecanismos precisos involucrados en este hallazgo no estaban claros.
Este nuevo estudio, liderado por el Prof. Pasinetti, pone en evidencia el mecanismo por el cual estos compuestos mejoran la resistencia al estrés en ratones y aminoran los cambios bioquímicos a nivel cerebral que se relacionan con la depresión.
BDPP y su efecto sobre el cerebro
Los investigadores probaron en ratones una mezcla de tres polifenoles derivados de uvas, conocida como “preparación de polifenoles dietéticos bioactivos» (BDPP), elaborada con jugo de uva Concord , un extracto de semillas de uva y trans-resveratrol. Sus resultados fueron publicados en la revista Nature Communications.
Además de la BDPP, los investigadores pusieron en evidencia el efecto de dos fitoquímicos que se derivan del BDPP: Mal-gluc y DHCA, dos metabolitos biodisponibles derivados de los metabolismo xenobiótico y de la microbioma intestinal de BDPP, sobre un grupo de ratones que había estado estresado crónicamente.
Descubrieron cómo la BDPP mejoró la resistencia de los ratones frente a la depresión inducida por el estrés: uno de sus metabolitos influía en un aspecto de índole epigenético para elevar la expresión de los genes, que a su vez servía para promover la plasticidad sináptica; mientras que el otro compuesto derivado, reducía los niveles de una sustancia proinflamatoria.
Estos hallazgos se corresponden con experimentos previos en que los ratones estresados crónicamente habían demostrado que «los mecanismos epigenéticos e inflamatorios desempeñan un papel importante en la capacidad de resistencia y la susceptibilidad a la depresión«.
Como explica uno de los autores, Jun Wang: «Nuestra investigación muestra que el tratamiento combinado con los dos compuestos puede promover la resiliencia contra los fenotipos similares a la depresión mediados por el estrés mediante la modulación de las respuestas inflamatorias sistémicas y la plasticidad sináptica cerebral en un modelo de depresión en ratones«.
Implicancias terapéuticas de estos hallazgos
Los investigadores señalan que este descubrimiento acerca a un tratamiento para los mecanismos alternativos, a menudo ignorados de la depresión, como son la inflamación y el mal funcionamiento de las sinapsis .
Como explica Pasinetti: «Nuestro enfoque para usar un tratamiento combinado de DHCA y Mal-gluc [los dos fitoquímicos] para inhibir simultáneamente la inflamación periférica y modular la plasticidad sináptica en el cerebro«, «trabaja sinérgicamente para optimizar la resiliencia contra fenotipos crónicos similares a la depresión inducida por el estrés«. «El descubrimiento de estos nuevos compuestos naturales de polifenoles derivados de uva dirigidos a las vías celulares y moleculares asociadas con la inflamación puede proporcionar una forma efectiva de tratar a un subconjunto de personas con depresión y ansiedad , cuadros que afectan a tantas personas«.