Psoriasis: la terapia biológica tendría beneficios cardiovasculares

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La psoriasis es una patología cutánea inflamatoria, de origen autoinmune y curso crónico de gran complejidad, pues no sólo se restringe a la piel, ya que puede comprometer estructuras articulares y ocasionar alteraciones sistémicas de gran importancia.

La susceptibilidad a la psoriasis está dada por factores de riesgos genéticos y ambientales, que se han demostrado por la presencia de más de 40 variantes genéticas comunes que predisponen a la psoriasis. A su vez, estas variantes se localizan en genes que han proporcionado información valiosa sobre las vías inmunopatológicas relacionadas.

Estos hallazgos han llevado a que los estudios se dirijan hacia blancos más específicos, como las vías inmunológicas de las interleuquinas IL-23 e IL-17, que son sintetizadas por la piel o por células inmunitarias en el curso de la psoriasis, que al ser secretadas se unen a otras células inmunes, propiciando y desencadenando la respuesta inflamatoria.

Este conocimiento ha llevado al desarrollo de varios medicamentos biológicos (anticuerpos monoclonales) muy efectivos, dirigidos a bloquear la actividad inmunológica anómala, que han revolucionado la terapia para la psoriasis en placa moderada a severa en la última década.

Como la psoriasis se relaciona con una inflamación a nivel sistémico, se pueden producir trombos (coágulos), que bloquean las arterias y provocan infartos al miocardio. Esta respuesta se ha visto en personas con enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico- además de la psoriasis- que tienen una tasa mucho mayor de patologías cardiovasculares. De hecho, investigaciones anteriores han relacionado esta patología cutánea con el desarrollo prematuro de aterosclerosis, que puede llevar a la ruptura de las placas de ateroma y consiguiente infarto cardíaco. Además, se ha observado que los pacientes jóvenes con psoriasis grave tienen el doble de riesgo de sufrir un primer ataque cardíaco a los 40-50 años de edad.

Según la OMS, se calcula que la prevalencia de la psoriasis a nivel mundial oscila entre el 2 y el 3%, por lo que afecta a cerca de 125 millones de personas en el mundo. En México, alrededor de 2,5 millones de personas padece esta enfermedad en sus diversos grados, de los cuales un 70 a 75% es leve; de 25 a 30% es de tipo moderada y el 25 a 30% moderada-severa, que indicaría que un número no despreciable de pacientes tendrían mayor riesgo de enfermedad cardiovascular asociado a esta enfermedad.

Terapia biológica y formación de ateromas


Placa de la arteria descendente anterior izquierda identificada antes (2A) y después (2B) de la terapia biológica. Gentileza de Cardiovascular Research.

En este marco de psoriasis y riesgo cardiovascular, un nuevo estudio prospectivo y observacional se llevó a cabo por parte de la Psoriasis, Atherosclerosis and Cardiometabolic Disease Initiative , cuyo objetivo era comprender la asociación entre la psoriasis y la enfermedad cardiometabólica. Fue financiado por el National Heart, Lung, and Blood Institute (NHLBI), que forma parte del National Institutes of Health y fue publicado en la revista Cardiovascular Research.

Contó con una muestra de 290 pacientes con psoriasis, 121 de los cuales presentaban una forma de moderada a severa de la enfermedad, tenían un bajo riesgo cardiovascular y calificaban para recibir la terapia biológica aprobada por la FDA.

Los investigadores compararon dos grupos de pacientes: aquellos que no recibieron terapia biológica y los que fueron tratados con terapia biológica, con fármacos como adalimumab, etanerceptustekinumab, secukinumab, e ixekizumab. 

Los investigadores siguieron a los participantes durante un año, con la obtención de datos clínicos, análisis de laboratorio (para ver factores de riesgo como niveles de glucemia y colesterolemia) y angiografías seriadas coronarias por tomografía computarizada (CCTA), para ver la formación de ateromas.

Importancia del estudio

El estudio mostró que el tratamiento de la psoriasis con medicamentos biológicos tiene un papel preventivo de las enfermedades cardiovasculares, pues puede reducir tempranamente la acumulación de ateromas, al disminuir el proceso inflamatorio sistémico. La terapia biológica se asoció con una reducción del 8% en la placa que afecta a la arteria coronaria.

Como explica el Dr. Nehal N. Mehta, director del Laboratorio del NHLBI, sobre la enfermedad cardíaca:

Clásicamente, un ataque cardíaco es causado por uno de los cinco factores de riesgo: diabetes, hipertensión, colesterol alto, antecedentes familiares o tabaquismo. Nuestro estudio presenta evidencia de que hay un sexto factor, la inflamación; y que es fundamental tanto para el desarrollo como para la progresión de la aterosclerosis al ataque al corazón.

Con respecto a los hallazgos del ateroma, Mehta enfatiza:

Los hallazgos que más nos intrigaron fueron que los subcomponentes de la placa coronaria cambiaron durante un año, incluidos el núcleo necrótico y los componentes no calcificados, que son los culpables de la mayoría de los ataques cardiacos.

Además de los beneficios de la terapia biológica, el equipo de Mehta demostró modificaciones positivas en el tamaño y composición del ateroma cuando la psoriasis se trataba con terapia biológica, incluso sin cambios en otros factores de riesgo cardiovascular como el colesterol, la glucosa y la tensión arterial:

Esto parece ser un efecto antiinflamatorio. En ausencia de mejoría en otros factores de riesgo cardiovascular, y sin agregar nuevos medicamentos para el colesterol, la placa blanda de los pacientes aún mejoró. El único cambio fue la gravedad de la enfermedad de la piel .

El equipo dice que habrá que seguir investigando, para confirmar si estos hallazgos son fidedignos o si el efecto positivo es el resultado del tratamiento de la enfermedad inflamatoria subyacente, como indica Mehta:

Nuestros datos son observacionales, por lo que los próximos pasos deben ser ensayos controlados aleatorios.

Dr. Nehal N. Mehta