Productos de limpieza y sus efectos sobre la función pulmonar

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La atractiva publicidad, los coloridos envases e intensos olores inducen a los consumidores a comprar productos de limpieza, cuya composición incluye un gran número de sustancias químicas tóxicas y materiales peligrosos.

La investigación realizada por parte del Enviromental Working Group (EWG) sobre más de 2,000 productos de limpieza, revela una completa falta de supervisión por parte de la FDA de los Estados Unidos, que de este modo expone a las personas, especialmente las usuarias, a sustancias altamente peligrosas.

Los fabricantes de productos de limpieza, en la mayoría de los países, no están obligados a publicar la lista de ingredientes en los envases, aunque sean reconocidos por ocasionar erupciones cutáneas,  alergias, asma o estén vinculados con el cáncer. Aún en los sitios web de las empresas, la información disponible sobre los productos podría ser ambigua e incompleta.

Aunque varios fabricantes oculten muchos de sus ingredientes, el cloro-cuyo olor es inconfundible y casi imposible de enmascarar- ha sido vinculado por pruebas científicas con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Un nuevo estudio

En  el artículo «Cleaning at Home and at Work in Relation to Lung Function Decline and Airway Obstruction«, los investigadores de la  University of Bergen en Noruega revelan los resultados obtenidos tras analizar los datos de 6,235 participantes en la Encuesta de Salud Respiratoria de la Comunidad Europea. Los voluntarios, cuya edad promedio era de 34 años cuando se inscribieron, fueron seguidos durante más de 20 años.Esta investigación fue publicada en línea en el American Thoracic Society’s American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine.

El estudio encontró que las mujeres que trabajan en labores de aseo o que emplean de manera regular aerosoles limpiadores u otros productos de limpieza para el hogar, parecen experimentar un mayor deterioro de la función pulmonar a través del tiempo, en comparación con aquellas que no realizan estos trabajos, que se evidencia en los siguientes parámetros medidos por el equipo de investigadores:

  • El volumen espiratorio forzado en un segundo (FEV1) disminuyó 3,6 ml/ año más rápido en mujeres que limpiaron en casa y 3,9 ml / año más rápido en mujeres que trabajaban en labores de aseo.
  • La capacidad vital forzada (FVC) disminuyó 4,3 ml / año más rápido en mujeres que limpiaron en casa y 7,1 ml / año más rápido en mujeres que trabajaban como aseadoras.
  • El hallazgo evidenció que la prevalencia del asma era mayor en las mujeres que limpiaban en sus casas (12,3%) o que eran del personal de aseo (13,7 %) en comparación con aquellas que no realizaban labores de limpieza (9,6%).
  • El estudio no encontró diferencias respiratorias- como una mayor disminución en FEV1 o FVC- entre los hombres que efectuaban labores de limpieza, ya sea en el hogar o en el trabajo, en comparación a los hombres que no hacían estas tareas.

Según manifestaron los autores de este estudio, esta disminución acelerada de la función pulmonar en las mujeres aseadoras era «comparable a fumar algo menos de 20 cigarrillos diarios por 20 años«.

En palabras del autor principal del estudio, Øistein Svanes: «Es muy probable que los productos químicos de limpieza causen daños importantes a los pulmones. Piensa en partículas de limpiadoras destinadas a los pisos, no para los pulmones, y tal vez no sea una sorpresa».

Cecile Svanes, profesor de la universidad agregó: «Si bien los efectos a corto plazo de los productos químicos de limpieza en el asma están cada vez mejor documentados, carecemos del conocimiento del impacto a largo plazo«, «Temíamos que tales sustancias químicas, que estaban causando constantemente un pequeño daño a las vías respiratorias, día tras día, año tras año, pudieran acelerar el índice de disminución de la función pulmonar que ocurre con la edad«.

Posibles causas

Los autores especulan que la disminución de la función pulmonar es atribuible a la irritación que ocasionan la mayoría de las sustancias químicas de los productos de limpieza sobre las mucosas que revisten las cavidades respiratorias, que con el tiempo produce cambios permanentes en dichas vías, con la consiguiente modificación de las estructuras que las conforman.

Los investigadores tomaron en cuenta los factores que podrían haber ocasionado sesgos en los resultados, incluido el historial de tabaquismo, el índice de masa corporal y la educación de los participantes.

Las limitaciones del estudio incluye el hecho de que la población de estudio tenía muy pocas mujeres en el grupo de las que no realizaron labores de limpieza, tanto en el hogar como en el trabajo, las que podrían «constituir un grupo socioeconómico seleccionado«, según indican los autores de la investigación. Igualmente, el número de hombres que trabajaban como aseadores, era pequeño, y probablemente su exposición a los agentes químicos de limpieza era diferente al experimentado por las mujeres que se emplean en dicha área.

Según Øistein Svanes: «El mensaje de este estudio es que a largo plazo es muy probable que los productos químicos de limpieza causen daños bastante importantes a sus pulmones«, «Estos productos químicos son generalmente innecesarios, las telas de microfibra y el agua son más que suficientes para la mayoría de los propósitos«, que a su vez agregó que los funcionarios que trabajan en salud pública deben regular estrictamente los químicos que se usan en los agentes de limpieza y fomentar a los fabricantes de estos productos a desarrollar formulaciones que no puedan ser inhaladas.

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