Gastritis nerviosa: qué es y cómo tratarla
La gastritis nerviosa es un tipo de afección que cursa con inflamación del revestimiento interno del estómago, como respuesta del organismo ante una situación de estrés excesivo. Produce ardor, malestar estomacal y acidez.
Gastritis: tipos y causas
La gastritis corresponde a la inflamación de la mucosa gástrica, que puede tener diversas causas: infecciones, estrés excesivo, lesiones, algunos fármacos y trastornos del sistema inmune.
Normalmente, la mucosa gástrica resiste la irritación y la acción del ácido muy fuerte, pero, en casos de gastritis, la mucosa gástrica se irrita y se inflama, lo que ocasiona acidez estomacal, ardor y malestar gástrico.
La gastritis se divide en dos categorías en función de su gravedad:
Gastritis erosiva
Esta forma de gastritis es más grave, pues produce inflamación y desgaste (erosión) de la mucosa gástrica.
Este trastorno suele evolucionar de forma repentina (gastritis erosiva aguda), aunque también se puede instaurar lentamente (gastritis erosiva crónica) en personas sanas.
En general, se produce a causa de la ingesta de alcohol, del estrés (derivado de diversas causas como enfermedades graves y situaciones angustiantes), de sustancias irritantes como fármacos, especialmente la aspirina (ácido acetilsalicílico) y otros antinflamatorios no esteroideos, como diclofenac.
Gastritis no erosiva
Se caracteriza por alteraciones en la mucosa gástrica que van desde el desgaste (atrofia) hasta la transformación del tejido gástrico (metaplasia) y la inflamación de la mucosa.
Generalmente, está causada por infección de Helicobacter pylori. Cuando aparecen síntomas de gastritis, estos incluyen dolor o malestar abdominal y, a veces, náuseas o vómitos.
Gastritis nerviosa
La gastritis nerviosa o dispepsia funcional es un tipo de gastritis erosiva. Los motivos por los cuales se presentan las alteraciones de la mucosa gástrica y la sintomatología en el sistema digestivo están relacionados con la gestión de las emociones y con la tensión diaria.
Esta afección suele ser la consecuencia de un shock emocional importante, que afecta directamente al estómago. Puede ser aguda o crónica, por lo que es importante tratarla a tiempo para evitar que se cronifique.
Principales síntomas de la gastritis nerviosa
La gastritis nerviosa no siempre evidencia manifestaciones claras. Además, hay que considerar que estos síntomas pueden presentarse de forma puntual.
Los síntomas más comunes son los siguientes:
- Dolor en el estómago
Es el síntoma más evidente de cualquier tipo de gastritis, pero que, en este caso, puede ser muy intenso en períodos de elevado estrés.
- Saciedad prematura
Debido a la distensión estomacal, existe la sensación de saciedad, aun al ingerir escaso alimento.
- Pesadez estomacal
La persona siente que no digiere bien los alimentos y que el estómago está más lleno de lo normal.
- Acidez
Debido a la inflamación, los alimentos tardan más en ser digeridos y esto hace que exista ardor en el estómago, lo que aumenta con los picos de estrés.
- Náuseas y eructos
El malestar y la digestión inadecuados de los alimentos que tienen lugar en el estómago producen que el paciente tenga ganas de vomitar. Además, se acumulan gases.
Aunque no siempre se presentan de forma simultánea, los síntomas suelen empeorar a la hora de comer, especialmente, durante los períodos de crisis de la enfermedad.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico suele basarse en los síntomas y, generalmente, se realiza cuando el cuadro empeora, es decir, durante períodos de mayor estrés que acaban por desencadenar las crisis.
Sin embargo, primero es necesario descartar otras posibles causas, por lo que se debe realizar una prueba para detectar la infección del estómago por la bacteria Helicobacter pylori.
Para determinar qué tipo de gastritis es, el médico necesita explorar el estómago a través de una endoscopía alta, con la que se buscan signos de inflamación o erosión en la mucosa gástrica. Si encuentra un área sospechosa, puede extraer una pequeña muestra para biopsia para ser analizada en el laboratorio.
Fármacos
- Medicamentos que bloquean la producción de ácido y promueven la recuperación de la mucosa gástrica:
Estos fármacos reducen el ácido, bloqueando el funcionamiento de aquellas estructuras de las células que lo producen.
Hay tanto de venta libre como bajo receta médica: omeprazol, lansoprazol, rabeprazol, esomeprazol, dexlansoprazol y pantoprazol.
- Medicamentos para reducir la producción de ácido:
Los bloqueadores de ácido o «antihistamínicos (H2)» reducen la cantidad que se libera al tubo digestivo, lo cual alivia el dolor y promueve la recuperación de la mucosa gástrica.
Algunos de estos medicamentos son famotidina, cimetidina y nizatidina.
- Antiácidos que neutralizan el ácido estomacal:
Los antiácidos neutralizan el ácido estomacal existente, por lo que pueden brindar un rápido alivio del dolor.
Gestión emocional
Conviene acudir a terapia o cambiar los hábitos para tener una vida más relajada y tranquila, ya que el estado de estrés es la base de esta condición.
Dieta ligera
También, se debe seguir una dieta para la gastritis con base en alimentos fáciles de digerir, que alivien los síntomas y favorezcan la recuperación de la mucosa gástrica.
Con información extraída de Clínica Mayo, Manual MSD y Mundo Deportivo