Encuentran más de 500 genes relacionados con la inteligencia humana
La inteligencia se ha definido en un sentido más amplio como nuestra capacidad de aprender y adaptarnos a diferentes situaciones y entornos de la vida, que en su conjunto implica la resolución de problemas, empleo del pensamiento abstracto y la planificación.
Las investigaciones han debatido largamente sobre si la inteligencia proviene de nuestra información genética o se obtiene a través de la crianza, hecho que significaría que puede ser adquirida a través de la educación.
La investigación previa ha demostrado una asociación muy fuerte entre la inteligencia y los genes. Como un ejemplo de estos hallazgos, en el 2017, una investigación publicada en Nature Genetics relacionó este rasgo con 52 genes, tras el análisis del ADN perteneciente a 78,000 individuos. Un estudio más reciente, publicado en el mes de enero en la Nature Reviews Genetics, reveló que las diferencias presentes en el ADN de un individuo pueden determinar la heredabilidad de la inteligencia en un 20 a 50%.
Pero el ambiente en que el individuo se desarrolla también juega un papel fundamental, hecho que se evidencia en la obtención de mejores puntajes en los test de inteligencia entre poblaciones de niños bien alimentados, que han sido criados en entornos seguros, estimulantes y libre de contaminantes, en comparación con niños carenciados material y afectivamente.
El nuevo estudio
Este nuevo estudio, publicado en la revista Molecular Psychiatry – que ha sido el más grande hasta la fecha- ha focalizado sus esfuerzos en evaluar si los genes pueden predecir nuestra capacidad intelectual.
Tenía cuatro objetivos definidos: descubrir nuevos loci genéticos asociados con la inteligencia; comprender los rasgos de la biología que se relacionan con diferencias en los niveles de inteligencia; analizar si la combinación de rasgos correlacionados genéticamente producen resultados consistentes con el fenotipo primario de la inteligencia y por último, probar el grado de predictibilidad de estos datos en la inteligencia fenotípica en una muestra independiente.
Para esto, investigadores de las Universidades de Edimburgo y Harvard utilizaron datos del UK Biobank, comparando variantes de ADN de más de 240,000 personas. Posteriormente analizaron los puntajes de los sujetos, obtenidos en evaluaciones verbales y numéricas diseñadas para medir la inteligencia.
Los genes involucrados
El equipo identificó 538 genes vinculados a la capacidad intelectual, junto con 187 regiones del genoma humano que están asociadas con habilidades cognitivas y de pensamiento creativo. Algunos de estos genes también están vinculados a otros procesos biológicos, como la salud y longevidad, hallazgos que fue dado a conocer en un comunicado por el coautor del estudio y psicólogo Ian Deary, de la Edimburgh University de Escocia.
Implicancias de estos hallazgos
Sin embargo, incluso con la identificación de esta gran cantidad de genes, sigue siendo difícil predecir la inteligencia de una persona a partir de la información de su genoma, puesto que cuando el equipo de investigadores analizó el ADN de un grupo de sujetos diferentes e intentó predecir su inteligencia basándose únicamente en la composición genética, fueron capaces de predecir la diferencia en este rasgo solo el 7% de las veces.
El Dr. David Hill, investigador del Centre for Cognitive Ageing and Cognitive Epidemiology de la Edimburgh University (CCACE), quien dirigió la investigación, indicó que los procesos biológicos genéticamente regulados, como la neurogénesis y mielinización, así como los genes expresados en la sinapsis y los que intervienen en la regulación del sistema nervioso, están vinculados a la inteligencia y tienen una repercusión directa en los procesamientos de índole cognitivo.
El Dr. Hill indicó que los valores de coeficiente intelectual más bajos en la infancia se relacionan con una mortalidad más precoz en las décadas próximas, ya que “Se ha observado que las personas con un mayor nivel de función cognitiva tienen una mejor salud física y mental, así como una vida más larga”.
Este estudio, según este investigador, también muestra que del 50 al 80% de la inteligencia en una persona depende de los genes y el resto está fuertemente influenciado por el medio ambiente, la educación, etc. :“Sabemos que los entornos y los genes contribuyen a las diferencias que observamos en la inteligencia de las personas. Este estudio se suma a lo que sabemos sobre qué genes influyen en la inteligencia, y sugiere que la salud y la inteligencia se relacionan en parte porque algunos de los mismos genes influyen en ellos.”
Controversias éticas relacionadas
Las consecuencias de estos resultados deberán ser analizados de manera concienzuda, para determinar el riesgo de discriminación que podría conllevar la determinación genética de la inteligencia de un sujeto, al considerar que aquellos menos dotados intelectualmente puedan ser considerados menos valiosos en lo que respecta a su importancia intrínseca como individuo, así como para la sociedad.
Así mismo, se plantea la posibilidad de realizar una manipulación genética futura que lleve a la “producción de bebés de diseño”, donde los grupos económicamente dominantes puedan pagar para seleccionar genéticamente esta característica y lograr tener hijos más inteligentes, un interesante cuestionamiento ético…