Científicos siguen rastro de los PFAS en casos de cáncer

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Una nueva revisión de 26 sustancias con poli y perfluoroalquilo (PFAS) hecha por científicos ha generado preocupación sobre las características que los químicos comparten con ciertos cancerígenos. 

En un estudio, que apareció en la Revista Internacional de Investigación Ambiental y Salud Pública, científicos subrayan que la exposición a estas sustancias se extiende más allá del contacto directo con los bienes de consumo. También se han encontrado en agua potable y en suministros de alimentos, así como en el suero (de sangre) de casi todas las personas analizadas. 

Los PFAS son un grupo de compuestos que se utilizan en protectores de alfombras, utensilios antiadherentes, hilo dental, batas, cortinas quirúrgicas, alimentos precalentados, aviones comerciales, vehículos de bajas emisiones y teléfonos celulares.

Científicos que siguen el rastro de los PFAS en casos de cáncer, estiman que probablemente esté presente en todos los principales suministros de agua en los Estados Unidos. Citando altos niveles en muestras de áreas metropolitanas tan grandes como Miami, Filadelfia, Nueva Orleans y fuera de la ciudad de Nueva York.

Según una investigación separada que cita el estudio, se encontraron 30 PFAS únicos en la cuenca de Wilmington, Carolina del Norte. Incluso, el agua de lluvia podría contener PFAS, de acuerdo con el Programa Nacional de Deposición Atmosférica.

¿Qué sabemos de los PFAS?

Otro estudio más de científicos siguen el rastro de los PFAS en casos de la enfermedad, publicado en la revista Enviromental Health Perspectives, descubrió que la contaminación del suministro de agua y los niveles elevados de la sustancia en el cuerpo humano correspondían a una mayor incidencia de cánceres testiculares y renales. 

Las personas que participaron en el muestreo también estaban expuestas a PFAS a través de los alimentos, incluidos los productos precalentados, como los envasados y las palomitas de maíz para microondas. 

Se sabe que, una vez que ingresan al cuerpo, los PFAS se pueden alojar en los tejidos del hígado, el páncreas, los riñones, los pulmones y el cerebro, así como en la sangre del cordón umbilical, el tejido fetal y la leche materna. Son sustancias que tardan mucho en abandonar el cuerpo.

Se calcula que dentro del organismo humano, la vida media de estos compuestos puede variar entre 2.7 a 5.3 años.

Los investigadores analizaron todos los datos epidemiológicos, toxicológicos y mecanicistas disponibles relacionados con estos compuestos. Encontraron que cada uno de los 26 PFAS examinados exhibía características de cancerígenos.

El estudio no profundizó en los posibles efectos de diferentes niveles de PFAS en el riesgo de cáncer ni analizó el impacto que podrían tener múltiples características cancerígenas dentro de un solo PFAS. Esto deja abiertas nuevas líneas de investigación.

Nuestra larga historia con los PFAS

La mayoría de la gente ha estado expuesta a las PFAS. Se utilizan desde los años 40 en industrias muy variadas. Desde febrero de 2019, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) anunció su Plan de Acción sobre PFAS y describió acciones específicas de protección para la salud pública.

Las medidas implican normas más robustas para garantizar agua potable libre de estas sustancias, recomendaciones provisorias de limpieza del agua subterránea, así como un inventario de emisiones tóxicas reportadas por sectores industriales y centros federales.

También se propone monitorear el agua potable en todo el país para contar con un registro de frecuencia y de concentración de PFAS. Además de continuar realizando investigación para mejorar la detección y la medición de la presencia de estas sustancias en el medio ambiente y en el agua potable. Esto para encontrar métodos para revertir las concentraciones tóxicas.

¿Dónde se encuentran los PFAS?

De acuerdo con la agencia estadounidense, las PFAS pueden encontrarse en los siguientes lugares:

  • Alimentos envasados con materiales que contienen PFAS, procesados con equipo que utilizó PFAS, o cultivados en tierra o con agua contaminada con PFAS.
  • Productos domésticos comerciales, como telas repelentes de manchas y agua, productos antiadherentes (como teflón), compuestos para pulir, ceras, pinturas, productos de limpieza y espumas para combatir incendios.
  • Lugares de trabajo, como plantas de producción o industrias de cromados, fabricación de productos electrónicos o recuperación de petróleo que utilizan PFAS.
  • Agua potable, comúnmente localizada y asociada con una planta específica, como relleno sanitario, planta de tratamiento de aguas residuales y centro de entrenamiento para bomberos.
  • Organismos vivos, como peces, animales y seres humanos, donde las PFAS pueden acumularse y persistir con el paso del tiempo.

Con información de Medical News Today


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