Demuestran la asociación entre determinadas bacterias intestinales y la depresión
Se sabe que el cuerpo de un ser humano promedio contiene de 30 a 40 billones de células, pero este valor se ve elevado ampliamente, pues las bacterias que forman parte de nuestra microbiota agregan otros 38 billones a esta cifra.
Nuestro microbioma– que corresponde al total de los genes de los microorganismos que portamos en el cuerpo- se encuentran íntimamente relacionados con nuestro organismo, pues contribuyen al funcionamiento del sistema inmunológico.
La variación en el microbioma intestinal entre diferentes personas y ubicaciones geográficas a nivel mundial es sorprendente. Si bien se ha encontrado que existen más de 1,000 especies bacterianas diferentes en el intestino humano, cada individuo alberga solo unas 160 de este total.
Salud intestinal y corporal
Hoy en día, muchos científicos piensan que la sumatoria de los procesos metabólicos y moleculares equilibrados del conjunto de la microbiota son fundamentales para el mantenimiento de un intestino sano, ya que estos microoorganismos colaboran en los procesos digestivos, así como a la síntesis de vitaminas, hormonas y aminoácidos esenciales.
La dieta un papel determinante sobre qué gérmenes permanecen en los intestinos a largo plazo, por lo que la dieta occidental- rica en grasas y azúcares refinados, pero baja en contenido de fibra- reduce esta diversidad microbiana y altera el funcionamiento intestino y afecta la salud general de los individuos.
Durante años, los científicos han intentado identificar las especies bacterianas asociadas con los estados de salud y sus alteraciones en distintas patologías, tanto de índole física como mental. Como antecedente a estas interrelaciones metabólico-funcionales, en investigaciones anteriores , el profesor Raes y su equipo descubrieron que una comunidad bacteriana específica (enterotipo), caracterizada por una diversidad microbiana deficiente, aparecía con mayor frecuencia en pacientes aquejados por la enfermedad de Crohn , un tipo de enfermedad inflamatoria intestinal
Un nuevo estudio
El nuevo estudio- publicado en la revista Nature Microbiology -sugiere una asociación significativa entre la salud intestinal, su población bacteriana y la salud mental.
Los investigadores del Centro de Microbiología VIB-KU Leuven en Bélgica analizaron los datos de un gran grupo de personas, para determinar qué bacterias intestinales pueden afectar en la depresión. Estudiaron los datos de microbioma fecal en conjunto con los diagnósticos de depresión en 1,054 personas, que formaban parte de un proyecto de investigación de la flora intestinal.
Aparte de identificar las bacterias presentes en los intestinos, el estudio puso en evidencia que muchas de ellas pueden sintetizar sustancias que interactúan bioquímica y funcionalmente con el sistema nervioso del huésped, los llamados neuroactivos.
Los hallazgos evidenciaron que dos tipos de bacterias en particular- pertenecientes a los géneros Coprococcus y Dialister– estaban ausentes en los intestinos de las personas diagnosticadas de depresión, aún en aquellos que ingerían medicamentos antidepresivos.
Para confirmar los hallazgos, el equipo empleó los datos de otras dos cohortes,consistente en 1,063 personas que se inscribieron en LifeLinesDEEP- que recopila datos sobre la microbiota intestinal- además de un grupo de pacientes tratados por depresión clínica en los hospitales universitarios de Lovaina.
Los investigadores crearon una técnica para descubrir qué bacterias podían influir en el funcionamiento y salud del sistema nervioso, para lo cual se basaron en la observación de más de 500 bacterias intestinales humanas y en determinar si tenían la capacidad de sintetizar compuestos neuroactivos.
Con estos datos elaboraron una lista que incluye el rango característico de neuroactividad de las diferentes especies bacterianas, como explica la coautora del estudio Mireia Valles-Colomer: «Muchos compuestos neuroactivos se producen en el intestino humano«, «Queríamos ver qué microbios intestinales podrían participar en la producción, degradación o modificación de estas moléculas«.
Microbioma intestinal y salud mental
En este estudio, el equipo notó que un enterotipo similar es característico de las personas con un diagnóstico de depresión y que se corresponde con una calidad de vida más precaria.
Con respecto al estudio, el coautor, Prof. Jeroen Raes manifiesta: «La relación entre el metabolismo microbiano intestinal y la salud mental«, «es un tema controvertido en la investigación de microbiomas«.»La idea de que los metabolitos microbianos pueden interactuar con nuestro cerebro, y por lo tanto el comportamiento y los sentimientos, es intrigante, pero la comunicación entre microbioma y cerebro intestinal se ha explorado principalmente en modelos animales, con la investigación humana a la zaga». A lo que agrega: «En nuestro estudio a nivel de población, identificamos varios grupos de bacterias que variaban con la depresión humana y la calidad de vida en todas las poblaciones«.
Raes puntualiza sobre una especie en particular causante de este desequilibrio: «Este hallazgo agrega más evidencia que apunta a la naturaleza potencialmente disbiótica del enterotipo Bacteroides 2 que identificamos anteriormente. Aparentemente, las comunidades microbianas que pueden estar relacionadas con la inflamación intestinal y el bienestar reducido comparten un conjunto de caracteristicas.»
Las bacterias y el sistema nervioso
La investigadora señala que determinados compuestos liberados por ciertas bacterias intestinales muestran una activa influencia sobre la salud mental: «Nuestra caja de herramientas no solo nos permite identificar las diferentes bacterias que podrían desempeñar un papel en las condiciones de salud mental, sino también los mecanismos potencialmente involucrados en esta interacción con el anfitrión«.
Valles-Colomer menciona un compuesto particularmente activo a nivel nervioso:«Por ejemplo, descubrimos que la capacidad de los microorganismos para producir DOPAC, un metabolito del neurotransmisor humano dopamina, se asociaba con una mejor calidad de vida mental«.
En el futuro, el profesor Raes y sus colegas pretenden confirmar estos resultados a través de la ampliación del muestreo, a través del análisis de nuevas muestras recolectadas a través del proyecto de flora intestinal Flemish Gut Flora Project.