Terapia psicológica contra los síntomas del síndrome del intestino irritable

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El síndrome del intestino irritable (SII) es un trastorno funcional del aparato gastrointestinal de carácter crónico, que afecta a alrededor del 11% de las personas en todo el mundo y tiene un impacto significativo en la calidad de vida de quienes lo padecen.

Los síntomas incluyen distensión y dolor abdominal, con predominio de estreñimiento/ diarrea, o alternancia de ambas manifestaciones clínicas; además de síntomas extraintestinales como fatiga crónica y mayor prevalencia de síntomas psiquiátricos, incluyendo ansiedad y depresión.

Con respecto al tratamiento, durante los últimos años, la investigación se ha focalizado en desarrollar fármacos que puedan controlar alguno de los mecanismos más íntimos implicados en la patogenia de los síntomas. Pero el tratamiento habitual del síndrome del intestino irritable se basa en medicamentos y consejos sobre el estilo de vida y dieta, si bien existen varios casos que no responden satisfactoriamente a los tratamientos y deben convivir con este síndrome de manera persistente.

Dentro de las terapias psicológicas que se han aplicado, se encuentra la terapia cognitiva conductual (TCC), que consiste en una «terapia conversacional» que se centra en el presente y ayuda a las personas a modificar su pensamiento y comportamiento, al implementar cambios graduales que les permitan manejar los problemas de una manera positiva.

Terapia cognitiva conductual y SII

Un ensayo controlado aleatorio se llevó a cabo en el Reino Unido bajo la dirección de investigadores de la Universidad de Southampton y el King’s College de Londres, que aparece publicado en un artículo de la revista Gut.

Para el ensayo, los investigadores reclutaron a 558 personas con SII que habían experimentado síntomas continuos sin alivio durante al menos 12 meses, pese a recibir tratamiento.

Asignaron aleatoriamente a los participantes a tres grupos:

La atención estándar: que comprendía el «tratamiento habitual», con uso de medicación y el seguimiento habitual de los médicos sin recibir terapia psicológica. También incluía consejos y un folleto sobre el estilo de vida y la dieta.

Otro grupo consistía en la aplicación de terapia cognitiva conductual (TCC) administrada por teléfono: los participantes hablaron durante 1 hora por teléfono con un terapeuta de TCC seis veces durante las primeras 9 semanas. Luego, tuvieron dos sesiones de refuerzo de 1 hora con el terapeuta telefónico, a los 4 meses y 8 meses posterior al inicio del programa. Además recibieron un manual con consejos detallados y tareas. 

El tercer grupo con TCC basada en la web y mínimo apoyo de un terapeuta, podían acceder a un paquete de autoayuda interactivo basado en materiales que una prueba anterior deTCC para SII había probado. También recibieron tres sesiones telefónicas de 30 minutos con un terapeuta en las primeras 5 semanas y luego dos sesiones de refuerzo de 30 minutos después de 4 y 8 meses.

Las dos formas de TCC – la por vía telefónica y web- si bien perseguían los mismos objetivos, diferían en los modos de administración y trabajo de los terapeutas.

Con respecto a los objetivos, ambas TCC buscaban mejorar los hábitos intestinales y desarrollar patrones de alimentación estables y saludables. También instaban a controlar el estrés, desafiar el pensamiento negativo, reducir el enfoque en los síntomas y prevenir las recaídas.

Ambas TCC fueron efectivas

Para evaluar la efectividad del tratamiento en los tres grupos, los investigadores analizaron varios aspectos: los cambios en las puntuaciones de gravedad de los síntomas, el grado de afectación en el trabajo y la vida social, así como el estado anímico.

Evaluaron algunos de estos aspectos a 3 los y 6 meses posteriores al comienzo de los tratamientos y luego al finalizar el estudio, que tuvo una duración de 12 meses.

Los resultados mostraron que, en comparación con los participantes que solo fueron tratados con la atención estándar durante 12 meses, aquellos que recibieron TCC  por teléfono o por internet tenían mayores probabilidades de comunicar la disminución de la gravedad de sus síntomas, así como una mejoría en su vida laboral y social.

Limitaciones y posibilidades del estudio

Hay que considerar como limitante, que solo las personas cuyo SII fue refractario a los medicamentos participaron en el ensayo, por lo que los resultados no necesariamente son aplicables a todos los pacientes que padecen SII.

Actualmente, los investigadores está trabajando con el National Health Service (NHS) del Reino Unido, para que más personas con SII puedan acceder a estos tratamientos. También comparten sus esfuerzos con una compañía privada para hacer que la TCC basada en la web para SII sea más accesible para el público fuera del NHS y en otros países.

Para el Dr. Hazel Everitt, que es profesor asociado de práctica general en la Universidad de Southampton y primer autor del estudio:

«El hecho de que se demostró que las sesiones de TCC tanto en el teléfono como en la web son tratamientos efectivos es un descubrimiento realmente importante y emocionante. Los pacientes pueden realizar estos tratamientos en un momento conveniente para ellos, sin tener que viajar a las clínicas«.