Importancia del sueño en la adecuada respuesta inmune del organismo

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Nuestro sistema inmunológico es un factor clave que nos ha permitido sobrevivir en un medio hiper-poblado de microorganismos -muchos de ellos potencialmente patógenos- al ser el encargado de la destrucción de estos gérmenes y  el mantenimiento de la homeostasis del organismo.

Las células inmunitarias conocidas como glóbulos blancos o leucocitos– que habitualmente andan circulando en la sangre- para llegar al sitio donde se ha producido una infección, deben adherirse a un vaso sanguíneo y luego transmigrar hacia el tejido infectado. Para hacer efectivo este pasaje, las moléculas proteicas adhesivas conocidas como integrinas se expresan en la superficie de un tipo de leucocito, los linfocitos T.

Para lograr una respuesta eficiente, las células T requieren una firme adhesión a  las células blanco o diana para poder interactuar con ellas y eliminarlas. De esta forma, las integrinas sirven para controlar el tráfico de linfocitos durante el proceso inflamatorio y regular la destrucción de agentes patógenos.

Si bien se tiene bastante conocimiento sobre las señales que activan a las integrinas, se sabe muy poco sobre los factores anti-adhesivos potenciales que podrían reducir la capacidad de las células T para unirse a sus dianas, como la proteína Ga s –que corresponden a un heterogéneo grupo de moléculas proteicas que forman parte de los receptores transmembrana, desde donde pueden ejercer una función inhibitoria del sistema imunológico.

Se sabe que el sueño desempeña un rol crucial en el funcionamiento del sistema inmune, pues algunos estudios han demostrado que la privación del mismo puede tener efectos en los niveles de varias proteínas con funciones regulatorias y de los marcadores de inflamación, disminuyendo también la función de leucocitos como los linfocitos T y los monocitos. Además, los niveles de sustancias estimulantes del sistema nervioso como la adrenalina y proinflamatorias como las prostaglandinas, disminuyen durante el sueño.

Además se ha observado que el sueño regula la activación de las integrinas- en comparación con el estado de vigilia nocturna- que podría constituir un mecanismo que subyace a algunos de los efectos inmunes positivos a través de varios mecanismos, como el incremento de la memoria inmunológica, las funciones proinflamatoria y activadora de variadas respuestas bioquímicas que se desarrollan durante esta fase de “reposo”.

Sueño y salud

Imagen gentileza de JEM.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Tübingen en Alemania han realizado importantes hallazgos sobre el sueño y su potencial aplicación medicinal en patologías infecciosas.

El estudio- que fue dirigido por Stoyan Dimitrov y Luciana Besedovsky- pone en evidencia como el sueño mejora la capacidad de algunas de las células inmunitarias del organismo para unirse a sus dianas, optimizando así la respuesta inmune, según aparece publicado en el Journal of Experimental Medicine.

Los científicos se focalizaron en investigar los efectos de las proteínas Ga s, que responden a una variedad de estímulos extracelulares, para finalmente dar origen a  respuestas celulares específicas, para lo cual compararon células T tomadas de voluntarios sanos mientras dormían o permanecían en estado de vigilia durante toda la noche. 

Encontraron que los linfocitos T obtenidos de voluntarios dormidos mostraron niveles significativamente más altos de activación de integrinas en comparación a las células T procedentes de sujetos despiertos. 

Además, descubrieron que ciertos agonistas del receptor que se acoplaban con Gα s , (agonista es un compuesto que aumenta la actividad que realiza otra sustancia, gracias a su facultad de acoplarse a un receptor celular) como las hormonas adrenalina y noradrenalina, las moléculas proinflamatorias prostaglandina E 2 y D 2 , y la adenosina neuromoduladora, impedían que las células T activen sus integrinas después de reconocer su célula blanco.

En base a estos hallazgos, los investigadores pudieron confirmar que el efecto beneficioso del sueño sobre la activación de la integrina de las células T se debió a la disminución en la activación del receptor acoplado con Gα s.

Importancia del estudio

Además de ayudar a explicar los efectos beneficiosos del sueño en el cuerpo, sirve para comprender cómo ayuda a combatir una infección y por qué otras condiciones- como el estrés crónico- pueden volver al cuerpo más susceptible de padecer enfermedades.

La importancia del estudio con respecto a la utilidad del sueño para mejorar el funcionamiento de los linfocitos T lo explica Besedovsky:

«Nuestros hallazgos muestran que el sueño tiene el potencial de mejorar la eficiencia de las respuestas de las células T, lo cual es especialmente relevante en vista de la alta prevalencia de trastornos y condiciones del sueño caracterizadas por trastornos del sueño, como depresión, estrés crónico , envejecimiento y trabajo por turnos”.

La relevancia de estas evidencias también se apoya por la observación de otras patologías en las que se ven afectadas por la capacidad inhibitoria de algunos agonistas que se acoplan con Gα s, como comenta Dimitrov:

«Los niveles de estas moléculas necesarios para inhibir la activación de las integrinas se observan en muchas condiciones patológicas, como el crecimiento de tumores , la infección por malaria, la hipoxia y el estrés«, «Esta vía puede, por lo tanto, contribuir a la supresión inmunológica asociada con estas patologías«.

Estos descubrimientos podrían servir como punto de partida para el desarrollo de nuevos enfoques terapéuticos que mejoren la capacidad de las células T para adherirse a sus objetivos, que podría revestir gran importancia en la optimización de tratamientos de vanguardia- como la inmunoterapia contra el cáncer-donde se requiere que las células T ataquen y maten específica y efectivamente a las célula tumorales.