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Promoción de seguridad alimentaria y desarrollo de economías regionales: OMS

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Los alimentos contaminados con gérmenes como bacterias, virus, además de parásitos, toxinas o sustancias químicas nocivas producen enfermedades, que se presentan con mayor frecuencia en la temporada veraniega, debido a que las condiciones de humedad y temperatura facilitan la proliferación de los gérmenes en los productos contaminados.

Las comidas se consideran inseguras debido a la falta de higiene y salubridad en su manipulación y/o por su procedencia de sitios contaminados, falta de cocción o tiempo insuficiente de cocción y por conservación inadecuada, lo que determina la no eliminación de los agentes patógenos o su posterior contaminación una vez obtenida, que las vuelve potenciales fuentes de infecciones.

Algunas enfermedades como el síndrome urémico hemolítico (SUH), la gastroenteritis por rotavirus, o el botulismo son ejemplos del tipo de patologías que aparecen por la ingesta de alimentos “inseguros”, cuyo mayor efecto se da sobre los grupos más vulnerables como son los niños, las embarazadas, los adultos mayores y aquellos pacientes con alteraciones inmunológicas, como los trasplantados o personas con VIH/SIDA y oncológicos.

Las enfermedades causadas por alimentos afectan a más de 600 millones de personas y la muerte de unas 420,000 en todo el mundo cada año, según datos de la OMS. Este hecho ocasiona una sobrecarga de los sistemas sanitarios y perjudican las economías regionales, el comercio y el turismo de manera variable, pero cuyo impacto es más notable en el caso de aquellas economías que perciben bajos y medianos ingresos, que les significa alrededor de US 95 mil millones en pérdida de productividad cada año. 

Conferencia mundial y alimentos seguros

Debido a estas graves amenazas para la salud y la economía mundial, la inocuidad de los alimentos debe ser un objetivo fundamental a lograr en cada etapa de la cadena alimentaria, desde la producción hasta la cosecha; pasando por las fases de su manipulación posterior, como el procesamiento, el almacenamiento, la distribución, la preparación y el consumo final, todo ello enmarcado en la seguridad alimentaria como objetivo de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Estas son las bases que  destacaron los participantes de la Primera Conferencia Internacional sobre Seguridad Alimentaria, celebrada en Addis Abeba, organizada por la Unión Africana (UA), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) los días 12 y 13 del presente mes.

En esta multitudinaria cita internacional participan unos 130 países, representados a través de sus ministros de agricultura, salud y comercio. Se encuentran destacados expertos científicos del área, representantes de los consumidores, productores de alimentos, organizaciones de la sociedad civil, del sector privado y agencias asociadas.

En la sesión inaugural de esta conferencia, los líderes mundiales participantes coincidieron que para lograr el objetivo planteado, es imperiosa una mayor cooperación y compromiso internacional concreto, para evitar que los alimentos inseguros ocasionen enfermedades y dificulten el avance hacia el desarrollo sostenible, buscando identificar acciones clave que garanticen la disponibilidad y el acceso a alimentos seguros ahora y en el futuro, como manifestó José Graziano da Silva, Director General de la FAO:

«No hay seguridad alimentaria sin alimentos seguros«, “Esta conferencia es una gran oportunidad para que la comunidad internacional fortalezca los compromisos políticos y participe en acciones clave. Salvaguardar nuestra comida es una responsabilidad compartida. Todos debemos jugar nuestro papel. Debemos trabajar juntos para ampliar la seguridad alimentaria en las agendas políticas nacionales e internacionales”.

Refiriéndose a la función de los alimentos, a la falta de atención y reglamentación sobre la seguridad alimentaria, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud dijo:

«La comida debe ser una fuente de nutrición y disfrute, no una causa de enfermedad o muerte«, “Los alimentos inseguros son responsables de cientos de miles de muertes cada año, pero no han recibido la atención política que merecen. Asegurar que las personas tengan acceso a alimentos seguros requiere una inversión sostenida en regulaciones, laboratorios, vigilancia y monitoreo más estrictos. En nuestro mundo globalizado, la seguridad alimentaria es un problema de todos«.

El Director General de la OMC, Roberto Azevedo por su parte agregó: 

«La seguridad alimentaria es un elemento central de la salud pública y será crucial para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030″, «El comercio es una fuerza importante para sacar a la gente de la pobreza … cuando nos reunamos nuevamente en Ginebra en abril, consideraremos estos temas con mayor profundidad«, haciendo alusión al Foro Internacional sobre Inocuidad de los Alimentos y Comercio, que está programado por la OMC en Ginebra los días 23-24 de abril y que se centrará en la relación existente entre la inocuidad de los alimentos y el comercio, tendiente a lograr acciones de apoyo en los aspectos clave de valor estratégico para mejorar la seguridad alimentaria en un futuro cercano.

Nuevas tecnologías y alimentos

Cambios globales notables y avances tecnológicos como la digitalización, el surgimiento de nuevos alimentos y modificación en los métodos de procesamiento constituyen ayudas valiosas para lograr la inocuidad de los alimentos y mejorar la nutrición, la calidad de vida, fortalecer el comercio y permitir la llegada oportuna y en buenas condiciones de los alimentos a los mercados, por más distantes que se encuentren. 

Dentro de los factores que están promoviendo estos ajustes en la producción y la distribución de los alimentos, se encuentran el cambio climático y la globalización de la producción de alimentos, junto con un marcado incremento de la población mundial, una mayor migración desde los campos y la consiguiente urbanización aumentada, suponen nuevos retos para la seguridad alimentaria. 

Todas estas dinámicas han hecho que los sistemas alimentarios se hayan tornado cada vez más complejos e interconectados, dificultando y hasta diluyendo los lineamientos y normativas regulatorias de los distintos sectores participantes, por lo que las soluciones a los problemas potenciales que aparezcan requieren de una acción internacional, intersectorial y concertada. Todos estos aspectos en juego necesitan una inversión sostenida y coordinación multisectorial, basada en la información, sostenida a través de una la legislación eficiente en su aplicación y cumplimiento; adecuado equipamiento, capacidad de laboratorio y programas eficaces de vigilancia epidemiológica y monitoreo de alimentos, que se deben fortalecer a través de la educación constante y responsable de todos los actores involucrados.

Con información de OMS.


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