El medicamento APPA y la artrosis
Investigadores de Reino Unido están probando un medicamento para tratar enfermedades inflamatorias. Este hallazgo podría servir para tratar la artritis reumatoide, así como otras patologías de etiología inflamatoria, incluida la COVID-19.
El estudio mostró la relación positiva entre el medicamento APPA y la artrosis, al frenar la tormenta de citoquinas, pero sin perder los beneficios de las funciones defensivas de los neutrófilos.
Artrosis: cuando la inmunidad nos ataca
El complejo de células y de moléculas de señalización que forman el sistema inmune del cuerpo son fundamentales para nuestra supervivencia. Pero este sistema debe mantener un delicado equilibrio, sin caer en hiperactividad, porque podría ser extremadamente dañino para el cuerpo.
Cuando ingresa un patógeno al organismo, se envían rápidamente neutrófilos al sitio de la infección, donde atacan y destruyen al invasor. También producen moléculas de señalización llamadas citocinas, que atraen a otras células inmunes para ayudar a combatir la infección.
Si bien es una respuesta muy útil, a veces, los neutrófilos se vuelven hiperactivos o se produce un deterioro de los mecanismos regulatorios. Cualquiera de las dos situaciones produce la liberación de un exceso de citocinas, incluso, en ausencia de una infección. Esta situación desencadena una reacción inflamatoria que causa daño tisular. En casos donde el nivel de liberación de citoquinas es tan alto se lo denomina tormenta de citoquinas.
Estas moléculas proinflamatorias pueden dañar el sistema circulatorio, lo que lleva a la hipovolemia y al colapso circulatorio. La insuficiencia orgánica que produce puede ser grave e incluso mortal. De hecho, un sistema inmunitario hiperactivo causa una serie de enfermedades autoinmunes. Estos incluyen la enfermedad inflamatoria intestinal, la esclerosis múltiple, algunas formas de artritis, como la osteoartritis, entre otras.
La osteoartritis o artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones con mayor prevalencia en todo el mundo. En los países industrializados, el 80 % de la población mayor de 65 años la padece. Es una enfermedad muy dolorosa e incapacitante, que requiere medicación analgésica y antinflamatoria.
Frenando la tormenta de citoquinas
En un estudio reciente publicado en la revista Inflammopharmacology, los investigadores de la universidad de Liverpool en el Reino Unido se unieron con la compañía farmacéutica AKL Research & Development.
El profesor Steve Edwards y su equipo probaron el efecto de un nuevo medicamento combinado, derivado de plantas, llamado apocinina, apocinina–ester y paeonol (APPA) sobre el funcionamiento de los neutrófilos. AKL desarrolló originalmente el medicamento para tratar la osteoartritis.
Para estudiar el medicamento APPA y la artrosis, el equipo aisló estas células de la sangre de voluntarios sanos y las trató con APPA. Posteriormente, analizaron su efecto en varias funciones importantes de las células. Los investigadores también consideraron procesos potencialmente dañinos, como la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS). Estas corresponde a un conjunto de moléculas de señalización que pueden causar inflamación y la liberación de citocinas.
APPA en acción
En este contexto, el objetivo del desarrollo de fármacos era suprimir la actividad exacerbada y nociva del sistema inmune, pero sin afectar su capacidad para combatir infecciones.
«Dirigir terapéuticamente los efectos nocivos de los neutrófilos en la inflamación, sin interferir en su capacidad para combatir infecciones, ha sido un objetivo a largo plazo de muchos científicos en todo el mundo», explica Edwards.
Los científicos descubrieron que este nuevo fármaco de prueba para la osteoartritis podría ayudar a mantener al sistema inmune bajo control. A la vez, podría garantizar que sus funciones protectoras permanezcan intactas, puesto que el APPA puede controlar la tormenta de citoquinas y la inflamación en la artrosis.
Este hallazgo podría conducir al uso del medicamento para tratamientos más específicos para la artritis reumatoide y para otras enfermedades con una etiología que obedece a procesos inflamatorios.
Inmunidad bajo control
El equipo descubrió que el medicamento APPA y la artrosis mostraron una relación positiva, pues disminuyó con éxito los niveles de expresión de ROS y de citocinas. A la vez, no tuvo ningún efecto sobre la capacidad de los neutrófilos para defenderse de la infección al interactuar físicamente con la bacteria.
«Hemos demostrado que APPA tiene el potencial de amortiguar esa inflamación grave que causa enfermedades reumáticas, pero no tiene un impacto en la función antimicrobiana crucial de los neutrófilos. Hemos estado esperando durante muchos años un medicamento tan selectivo», explica el investigador Robert Moots, profesor de Reumatología en la universidad de Liverpool.
Se ha observado que algunas de las citocinas que regulan la APPA también juegan un papel en las tormentas de citoquinas que los investigadores han visto en pacientes con COVID-19. Este hallazgo pone en evidencia que APPA podría tener aplicaciones mucho más amplias.
«Nuestros resultados sugieren un papel primordial de APPA para ayudar a modificar de manera segura la respuesta inmune agresiva, no solo en la artritis que trató todos los días, sino incluso en la COVID-19», dice Moots.
La prevención de las tormentas de citoquinas en COVID-19 podría convertirse en parte del protocolo de tratamiento. El enfoque selectivo de un medicamento como el APPA, que bloquea los efectos nocivos de un sistema inmunitario hiperactivo, pero sin detener su capacidad de combatir infecciones, es un área prometedora para investigar sus aplicaciones.