La prometedora vacuna contra la malaria

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Pese a que se han probado muchas vacunas contra la malaria a lo largo de los años, la R21 ha demostrado un 77 % de efectividad en los primeros ensayos. Esto podría representar un gran avance, según manifiestan sus desarrolladores, los científicos del Instituto Jenner de la universidad de Oxford.

Malaria: un parásito muy evasivo

Los fallidos intentos de vacuna contra la malaria o paludismo se deben a que su agente causal, un protozoo del género Plasmodium, es un patógeno complicado que dispone de muchos mecanismos de evasión.

Su constitución genética lo dota de 5300 genes y de más de 30 millones de años de antigüedad, lo que le ha conferido una enorme adaptabilidad a su huésped humano, además de una gran variabilidad expresada en varias cepas.

A diferencia de las bacterias y de los virus, los protozoos como el Plasmodium atraviesan varias etapas de su vida en el cuerpo humano, hecho que dificulta aún más la creación de una vacuna eficaz contra ellos. 

Cuando el mosquito vector hembra, del género Anopheles, clava su probóscide en la piel para alimentarse de la sangre, los parásitos Plasmodium presentes en la saliva del mosquito se transfieren al torrente sanguíneo. Después de media hora, estos parásitos abandonan la circulación periférica y migran al hígado, donde se multiplican por miles.

Es por esta capacidad evasiva y de enmascaramiento ante el sistema inmune que la malaria mata a más de 400 000 personas al año, con una mayoría que habita en la zona de África subsahariana.

Las escalofriantes cifras indican que, cada dos minutos, la malaria cobra otra víctima menor de cinco años, mientras que en el 2019 hubo unos 229 millones de casos de malaria, que causaron la muerte de unas 409 000 personas, de las cuales, un 75 % eran niños pequeños.

Estancamiento y esperanza

La enfermedad comienza con síntomas como fiebre, cefalea, escalofríos, mialgia y vómitos, los cuales, sin tratamiento, pueden progresar rápidamente a una patología grave y, a menudo, a la muerte.

Los criterios de severidad o complicación incluyen la malaria cerebral, la insuficiencia renal y el síndrome de distrés respiratorio agudo.

En los últimos veinte años, el mundo ha avanzado significativamente al disminuir la incidencia de la malaria, gracias al uso generalizado de mosquiteros, insecticidas, el diagnóstico más rápido y la profilaxis estacional de medicamentos antipalúdicos. 

Estas intervenciones sanitarias hicieron que entre 2000 y 2015 la incidencia de casos de malaria entre las poblaciones en riesgo se redujera en un 27 %. Pero, entre 2015 y 2020, el éxito se vio mermado, pues los casos disminuyeron menos del 2 %.

Puesto que estas medidas profilácticas no funcionaron lo esperado, la forma de lograr un progreso significativo y un verdadero impacto en la salud pública es la introducción de una vacuna contra la malaria que sea eficaz y que actúe directamente contra el parásito causante.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) está expectante ante el desarrollo de una inmunización altamente efectiva contra la malaria, ya que se están desarrollando más de 140 candidatas diferentes a vacunas, aunque, por ahora, ninguna cuenta con una aprobación formal.

Ensayo prometedor

La malaria afecta de manera masiva a África. Con la llegada del monzón africano cada verano, los casos de malaria aumentan no solo en Nanoro, sino en todo el país. Burkina Faso, un país de 20 millones, registra alrededor de 11 millones de casos de malaria al año, así como 4000 muertes.

Desde hace más de una década, el epidemiólogo Halidou Tinto, experto en malaria y director regional del Instituto de Investigación en Ciencias de la Salud de Burkina Faso, atiende en el distrito de Nanoro, cercano al noroeste de la capital, Uagadugú. 

En esta localidad es donde se realizó el ensayo de una nueva vacuna contra la malaria: la R21, bajo la dirección de Tinto, que se publicó recientemente en un estudio en The Lancet.

El equipo internacional, liderado por Adrian Hill, director del Instituto Jenner y profesor de vacunación en la universidad de Oxford, compartió nuevos datos sobre una posible vacuna, los cuales parecen ser muy prometedores. 

El ensayo de fase II, que fue realizado en 450 niños de Nanoro, con edades comprendidas entre 5 y 17 meses de edad, evaluó la vacuna contra la malaria R21, que se ha estado desarrollando en el Reino Unido durante más de una década. 

Los 450 bebés seleccionados se dividieron en tres grupos:

  • Un tercio recibió la R21 con una dosis alta de un coadyuvante (sustancia que potencia la respuesta del sistema inmune).
  • Otro tercio recibió la misma vacuna, pero con una dosis baja del coadyuvante.
  • Un grupo de control fue inmunizado contra la rabia (Rabivax-S).

La campaña vacunatoria se extendió desde mayo hasta principios de agosto de 2019, con la finalidad de que estuviera lista antes del pico estacional de transmisión de la enfermedad, que inicia en julio.

Desde esa fecha y durante dos años, es decir, hasta julio de 2021, se está testando la seguridad de esta vacuna contra la malaria (que no implica riesgos para la salud), la inmunogenicidad (capacidad de generar una respuesta inmune en el paciente) y la eficacia (cuánto logra reducir la enfermedad) tras haber inoculado tres dosis, más una cuarta de refuerzo aplicada a los seis meses.

Impacto en la salud pública

Después de un año, los resultados han mostrado un 77 % de efectividad en el grupo que recibió mayor cantidad de coadyuvante y un 74 % en el grupo que recibió menos concentración de este compuesto, en comparación con una vacuna de control contra la rabia que se empleó en lugar de un placebo estándar.

Si las próximas investigaciones confirman estos resultados positivos, se cumpliría el objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de contar con una vacuna capaz de alcanzar más del 75 % de efectividad antes del 2030.

Para ver si se confirman estos hallazgos, se llevarán a cabo ensayos más grandes en casi 5000 niños con edades comprendidas entre cinco meses y tres años, en cuatro países africanos.

En palabras de Hill, «eso es un verdadero desafío técnico, ya que la gran mayoría de las vacunas no han funcionado porque es muy difícil». Pero los resultados de este ensayo significan que la vacuna es «muy utilizable» y «tiene el potencial para un gran impacto en la salud pública».

Por su parte, Tinto, manifestó que los resultados de la vacuna contra la malaria fueron «muy emocionantes» y mostraron «niveles de eficacia sin precedentes». «Esperamos con interés el próximo ensayo de ‘fase III’ para demostrar datos de seguridad y eficacia a gran escala para una vacuna que es muy necesaria en esta región».

Hasta el momento, cabría esperar los resultados de la fase III del estudio, para confirmar los hallazgos y su autorización por parte de las entidades sanitarias.

Con información de BBC News, El País, Revista Médica Sinergia  y National Geographic.