La obesidad afecta de forma distinta a hombres y mujeres
La obesidad es una acumulación anormal y excesiva de grasa. En la actualidad, es uno de los problemas de salud que más aqueja a las personas alrededor del mundo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren, como mínimo, 2.8 millones de personas a causa de esta enfermedad.
Anteriormente, se consideraba sólo un problema de los países con altos ingresos; sin embargo, recientemente también hay una prevalencia de obesidad en países de ingresos bajos y medios. Tan sólo en 2016, había más de 650 millones de adultos obesos a nivel mundial.
En México, según cifras de la Secretaría de Salud, 42.6% de hombres mayores de 20 años presenta sobrepeso; el 26.8% padece obesidad. Por otro lado, de las mujeres, un 35.5% tienen sobrepeso; un 37.5% a llegado a ser obesas. Se estima que 7 de cada 10 adultos tienen exceso de peso.
Como consecuencia de padecer obesidad se pueden desencadenar enfermedades cardiovasculares, diabetes, insuficiencia renal, hipertensión, artritis; incluso puede generar enfermedades neurodegenerativas o inmunitarias.
Para combatir esta enfermedad, se recomienda tener actividad física regular y llevar una dieta balanceada. Los especialistas sugieren que la cintura de los hombres mida menos de 90 centímetros; y la de las mujeres menos de 80.
Por supuesto, cada cuerpo toma de forma diferente a las medidas para evitar o combatir el sobrepeso y la obesidad. De hecho, un estudio de la University of California, en Riverside, ha explorado las diferencias de la acumulación de grasa en el cuerpo femenino y en el masculino.
Reacciones diferentes
Biológicamente, hombres y mujeres somos distintos. Nuestros cuerpos reaccionan de distinta manera a muchas situaciones, enfermedades y tratamientos; la obesidad es uno de ellos.
De acuerdo con los especialistas de la University of California, los ovarios, fuente principal de estradiol —una forma de estrógeno en mujeres premenopáusicas—, juegan un papel protector importante durante la acumulación de grasa.
Para comprobarlo, los investigadores retiraron los ovarios de ratones hembras de laboratorio y las alimentaron con una dieta alta en grasa; así, compararon la respuesta de las hembras con la de ratones machos.
Aunado a la prueba anterior, examinaron la cantidad de esperma en los machos; la ciclicidad del estrógeno en hembras; y, en ambos géneros, los marcadores de síndrome metabólico e inflamación.
Protección ante la grasa: una característica evolutiva
Después de las pruebas de laboratorio, los científicos notaron que los ovarios funcionan como hormonas protectoras ante la ganancia de peso en el caso de las hembras; como resultado no hay neuroinflamación, ni cambios en hormonas reproductivas.
El estudio sugiere que las mujeres están protegidas a los efectos dolorosos de la obesidad. Este fenómenos quizá se debe a la forma del cuerpo femenino y la distribución de la grasa en él. Además, confirmaron que la grasa se deposita de forma subcutánea o sobre la piel.
Los científicos piensas que la actividad protectora ante una situación de aumento de peso en mujeres puede deberse a una característica evolutiva ante la posibilidad de tener mayores cambios de peso durante el embarazo.
Caso contrario fue el de los roedores machos, los cuales mostraron un decremento de 50% en testosterona y número de espermas; asimismo, se hizo evidente la expresión de neuropéptidos hipotalámicos.
En los hombres, los depósitos de grasa son mucho más largos y la grasa tiende a acumularse en la parte del abdomen.
La obesidad sigue siendo un problema
A pesar de las diferencias de la acumulación de grasa en hombres y mujeres, la obesidad continúa siendo un factor de riesgo para ambos géneros. Aunque haya menor menor riesgo de inflamación neuronal en mujeres; las consecuencias del exceso de peso son diversas: puede provocar alteraciones en los ciclos menstruales y en la fertilidad. Para los hombres, la libido baja, hay poca energía y se reduce la fuerza muscular.
El estudio completo fue publicado en la revista Frontiers in immunology; y contó con el apoyo de la UCR School of Medicine.