Exceso de hierro en la sangre puede ser responsable de infecciones cutáneas

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El hierro es un mineral metálico esencial para los seres vivos, pues interviene en un gran número de procesos biológicos críticos para la vida. Parte de sus funciones están dadas por la capacidad de participar en reacciones de transferencia de electrones (oxidación y reducción).

El hierro también puede actuar como un factor dañino para los seres vivos, debido a su capacidad de producir radicales libres, por lo que al encontrarse en exceso se vuelve tóxico, motivo por el que su concentración está regulada estrictamente. El hierro que no se requiere para los procesos metabólicos se encuentra ligado a proteínas de transporte y de reserva (ferritina, transferrina, lactoferrina).

Todas las células humanas contienen algo de hierro, pero alrededor del 70% se utiliza en los glóbulos rojos, donde juega un papel clave en la síntesis de la proteína hemoglobina, encargada de transportar oxígeno desde los pulmones al resto del cuerpo y de captar el dióxido de carbono procedente de los procesos de la respiración celular.

El hierro y los organismos patógenos

El hierro también es indispensable para la sobrevivencia, la multiplicación y la virulencia de varios microorganismos protozoarios, hongos y bacterias.

Dentro de los mecanismos de defensa que han desarrollado los mamíferos, existen diversas estrategias para el transporte y almacenamiento del hierro, como una forma de limitar la disponibilidad de de este mineral libre en el medio, que sirve para impedir que los patógenos se multipliquen en ellos, sin embargo, éstos han desarrollado mecanismos de captación del hierro, que les permiten infectar a los huéspedes. 

Algunas investigaciones han podido demostrar que los niveles altos de hierro también pueden conducir a un mayor riesgo de infecciones bacterianas de la piel, como celulitis y abscesos.

Concentración de hierro y salud

Recientemente, los investigadores han estudiado el efecto de la concentración de hierro en sangre -tanto niveles bajos, como altos- en la salud humana, al analizar el papel de este mineral en una variedad de condiciones de salud, utilizando datos genéticos y clínicos de unas 500,000 personas, pertenecientes al Biobanco del Reino Unido.

En el grupo de interés buscaron tres variantes genéticas de la hemocromatosis -patología que se conoce por estar asociada con una mayor saturación de hierro sérico, ferritina y transferrina, además de niveles reducidos de transferrina- sirviendo así como indicativos del estado de hierro sistémico, cuyo nivel sanguíneo fue medido en el laboratorio. Los hallazgos fueron publicados en la revista PLOS Medicine.

El autor del estudio –Dr. Coeben Benyamin, genetista de la Universidad de Australia Meridional (UniSA) en Adelaide- en colaboración con el Imperial College London en el Reino Unido y la Universidad de Ioannina en Grecia- explica la metodología de trabajo:

«Utilizamos un método estadístico, denominado aleatorización mendeliana, que emplea datos genéticos para estimar mejor el efecto causal del estado del hierro en 900 enfermedades y afecciones. A través de esto, encontramos un vínculo entre el exceso de hierro y un riesgo reducido de colesterol alto«.

Los hallazgos incluyen la confirmación del hecho que los niveles altos de hierro previenen la anemia y la hipercolesterolemia, sobre lo que Benyamin indica:

«Esto podría ser significativo, dado que el aumento del colesterol es un factor importante en las enfermedades cardiovasculares y los accidentes cerebrovasculares , causando alrededor de 2,6 millones de muertes cada año, según la OMS.

Segun este estudio, niveles elevados de ferremia pueden elevar el riesgo de padecer infecciones en la piel y tejidos blandos, incluidas las manos, brazos, dedos de los pies, pies y piernas. Estas infecciones incluyen celulitis y abscesos. La importancia de estos hallazgos radica en que esta investigación es la primera en utilizar datos de un gran número de tamaño muestras para investigar más a fondo el vínculo con las condiciones cutáneas de índole infecciosa.

Pese a estos reveladores resultados, los investigadores necesitan más estudios antes de intentar la manipulación de los niveles del hierro para ayudar en el control y tratamiento de estos cuadros infecciosos, como explica Benyamin:

«En este estudio, proporcionamos evidencia basada en la población de que el hierro está asociado con ciertas enfermedades. El siguiente paso es investigar si la manipulación directa de los niveles de hierro mejora los resultados de salud a través de ensayos clínicos«.